Un milagro para Rukia

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Los personajes de Bleach pertenecen a Tite Kubo.

Advertencias: Contiene OoC y corren el riesgo de sufrir un coma diabético....

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UN MILAGRO PARA RUKIA

A pesar de ser una fría mañana las personas transitaban por las calles de Karakura cargando grandes bolsas llenas de los más diversos productos; los grandes centros comerciales y las pequeñas tiendas estaban de lo más concurridos, ya que el frío no era impedimento para que la gente saliera a hacer sus compras navideñas de último minuto.

Era la mañana del veinticuatro de diciembre y en el ambiente se podía apreciar ese aire navideño, los pinos de navidad eran el ornamento principal en todos los locales, desde el pequeño sobre el mostrador hasta aquel que llegaba al techo, todos engalanados con esferas y luces multicolores.

En medio de una concurrida acera un chico de cabello naranja deambulaba por la calle sosteniendo en una mano las compras recién hechas, mientras en la otra llevaba un pequeño bulto cubierto por un cobertor blanco, por supuesto bien resguardado entre su brazo, pues era algo sumamente importante para él. Él también se protegía del frío con un largo abrigo negro.

Ichigo también era una de esas personas que habían esperado a que fuera la mañana de nochebuena para comprar la cena de ese día o los regalos de navidad. Y no es que lo hubiera hecho a propósito o por desidioso, sino que sus trabajos no se lo permitieron, pues trabajar de médico de día, Shinigami a cualquier hora y padre de tiempo completo no le habían dejado tiempo para nada más. Pero no podía quejarse de ninguno de los tres empleos, pues es lo que le gustaba hacer.

Mientras él caminaba hacia su casa pasó frente a una mueblería y se detuvo un momento para observar un espejo de cuerpo completó a través del cristal, dibujó una sonrisa en su cara al recordar aquel día cuando le confesó a Rukia sus sentimientos en la azotea de la escuela y e hizo aquella promesa de amarla para el resto de su vida*.

Después de eso sólo fue cuestión de dos años para que se casaran, pues ellos estaban muy conscientes de que estaban hechos el uno para el otro. Hubiera sido antes pero la Sociedad de Almas sufrió la invasión del Vandereich.

El pequeño bultito que traía en el brazo comenzó a moverse, señal de que tenía que apurarse para llegar a casa, así que dejó sus pensamientos de lado y siguió su camino.

Después de casarse se mudó a vivir a una linda casa, a unas cuadras de la de su padre, está también era de dos plantas y muy acogedora.

Cuando llegó a casa dejó la bolsa sobre la mesa del comedor y subió a su cuarto, esquivando los juguetes que estaban regados en las escaleras. Depositó con cuidado sobre la cama al pequeño bultito enrollado en el cobertor blanco, este comenzó a moverse y él retiró el cobertor dejando ver a una risueña niña de tez blanca, cabello naranja y ojos violetas.

—¿Así que ya te despertaste? —le preguntó Ichigo. —eres un pequeña dormilona. —le dijo mientras le daba un suave toque en la nariz con un dedo, la niña sonrió e hizo pequeños ruidos.

Después Ichigo le cambió el pañal y la ropa y bajó con ella en brazos hasta la sala, en la que también había ropita rosa por los sillones y biberones por todos lados. Como la pequeña comenzaba a caminar tenía que andar detrás de ella cuidando que no se fuera a dar un mal golpe, así que el tiempo que permanecía en casa no le alcanzaba para hacer la limpieza.

Ichigo se sentó en un sillón mecedor con la niña en brazos, frente a ellos estaba un árbol de navidad verde, decorado con esferas y listones dorados y en la punta del árbol brillaba una hermosa estrella de cristal, aunque si la miraban de cerca se podía apreciar que en realidad estaba hecha de una fina capa de hielo solidificado.

Un milagro para RukiaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang