Cap.31 Saúl

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Al cabo de un rato aterrizamos en una pista situada en un edificio no muy alto ni ancho, prácticamente redondo, que estaba rodeado de arena. Bajamos de la nave, a la que llamaban Iceberg, y nos dirigimos a la puerta principal, donde ponía en letras mayúsculas CRUEL. Por dentro vimos que en realidad, era un sitio enorme.
Entramos en el edificio y todo era de color blanco y gris con conductos colgando del techo. Intuía que era una especie de laboratorio. La mujer del Iceberg se puso delante de nosotros y nos miró atentamente.
-Este sera vuestro refugio, cada uno tendra una habitación asignada. Se divide en grupo A y grupo B. Excepto Teresa y Aris que vendrán conmigo -.
Por mi como si los devuelves al desierto-pensé.
En un papel que os daremos encontraréis los horarios. En vuestra habitación tenéis ropa limpia. Espero que sea de vuestro agrado.- Decía la señora mientras unos hombres repartían las llaves y el papel con los horarios. Necesitaba una buena ducha...Bueno creo que todos la necesitábamos.
Cuando ya tenía mis cosas fui directa a la señora que se giraba para irse.
-¡Espere! -le grite, y ella se dio la vuelta.
-Sí -dijo firme.
-¿Dónde está Saúl? Nos dijeron que ustedes se lo habían llevado -dije.
-Él está bien, y sí, está con nosotros -contestó.
-¿Puedo verle? -le pregunté, tenía la necesidad de abrazarle y estrecharle entre mis brazos.
La señora se extraño un poco, pero mantenía su postura firme.
-Reunete conmigo en la sala 5 -dijo la señora a la vez que sacaba un boli rojo y marcaba en un mapa que nos había dado la sala y la hora en la que nos reuniríamos. ¿Por qué nos daban un mapa? Si queríamos escaparnos sería fácil.
Le di las gracias y me acerqué a Minho que me estaba esperando.
-¿Puedo preguntar? -me preguntó.
-Sólo estaba preguntando donde estaba Saúl -.
-Y que te ha dicho -.
-Que me reúna con ella en una sala y lo veré -.
-Bueno me voy a duchar. Apesto -me respondio y sonreí.
-Nuestra habitación es la 250 -le dije.
-La mia la 275 -me respondió con su típica sonrisa.
Cada uno se dirigió hacia su habitación y me arreglé, después de tres lavados por lo menos. Lo reconozco, echaba de menos un lavabo decente para asearme. Sabía que CRUEL seguía con un plan y lo quería descubrir, pero no podría sola y me tomarían por loca los demás ya que algunos piensan que éste lugar es bueno.

Miré un reloj que había colgado en la habitación y marcaban las 18:15. Me dirigí hacia la sala donde la señora me había marcado y me paré enfrente de la puerta. Al entrar en la habitación me recorrió un escalofrío, ya que no era para nada lo que me esperaba. La habitación era toda blanca, con una camara de vigilancia colgada de un lado de la habitación y una mesa con dos sillas. Parecía la sala de un interrogatorio. Entre en la habitación y escuché unos pasos, en ese momento me giré hacia la puerta y ví a la señora rubia de ojos azules con su postura firme. Deseaba meterme en su cabeza para ver que pensaba, ella seguro que sabe todo lo que pasó con este mundo y porqué acabé en un fuco laberinto junto con un gilipullo.
Pero algo me distrajo de ella, a su lado apareció un niño con los ojos marrón chocolate que tanto me encantaban y extrañaba. El corazón me iba a mil por ahora. Saúl.

Unidos por CRUEL (Minho, TMR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora