Desperté envuelta en el varonil aroma del perfume de Ross y en sus protectores brazos. Sonreí escuchando sus tranquilos y pesados suspiros, una sensación de remordimiento atravesaba mi estómago con el simple echo de pensar en despertarlo. Pero como eran las 7:00...
-Ross...- susurré.
Gruñó levemente y me abrazó mas fuerte, quedando mi cara en el hueco de su cuello.
-Son las 7:00, tenemos que llegar al instituto a las 8:00, Lynch- murmuré un poco más fuerte, intentando no perder el suave tono.
-No quiero, Lau- abrió lo ojos- Quedémonos por hoy, ¿sí?
Hizo un puchero, lo que causó la elevación de las comisuras de mis labios.
-No. Es viernes y tengo examen de química- me removí, intentando zafarme de su agarre, fallando notablemente.
-Mmm- cerró los ojos- Okey, pero solo por tu ridícula nota de física...
-Química...
-Eso, eso- murmuró adormilado.
Le di un fuerte golpe en la espalda.
-¡Despierta!- chillé molesta.
-¡Auch!- gritó, abriendo los ojos. Su ceño fruncido.
-¡A la ducha!- le señalé el baño de la habitación.
-Pero tu siempre te bañas primero...- dijo como un pequeño.
-Ross, ve ahora. Me ducharé en el baño del pasillo- expliqué.
-¿Dices fuera del cuarto?- preguntó nervioso.
-¿Sí? ¿En dónde más?
Él se paró de golpe, poniéndose su camisa.
-Ve al lavabo de aquí, yo voy afuera- sacudió su cabeza, despertando.
-Mmm, si tu lo dices...
Después de la extraña plática, me adentré en la lluvia artificial, para luego vestirme con un jeans rasgado, una camisa a cuadrillé con distintos tonos de azul y mis infalibles converse negras. Bajé y para nuestra suerte, Josh no estaba.
-¿Listo?- ajusté mi mochila al hombro, acercándome a un rubio vestido con jeans, una polera roja y sus new balance.
-Sip- hizo explotar la "p".
Tomó mi mano y las llaves del auto que mi padre había dejado de herencia. Lo pude recibir recién este año, debido a la edad, y Ross era quien recurrentemente lo conducía.
-Ten...- me arrojó una cajita de leche mientras virábamos a la izquierda, camino a la escuela.
Entregué una sonrisa al mundo.
-Gracias, Lynch.
Sonrió.
-Oye, ¿y qué le compraste a Morgan?- pregunté. Él frunció el ceño.
-¿Mmm? ¿Por qué le compraría algo?- su rostro mostraba un gran desconcierto de la situación.
-Ross, ¿Qué día es hoy?- inquirí obvia.
-Diez de noviembre, ¿por?- su vista seguía en el camino, aunque de vez en cuando la giraba, produciendo el encuentro de nuestras miradas.
-¡Shor, hoy es el cumpleaños de tu adorable novia!
Grité molesta, a veces los hombres puedes ser... Bueno, como sea. Lo de adorable era un total sarcasmo. Si existía alguien desagradable y regalada, era ella, Morgan. Y Ross lo sabía.
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Our Forever ||Raura|| #RauraAwards
FanfictionEl rubio pasó su mano por el rasguño en mi mejilla. -Te dije que algún día lo mataré...- suspiró pesadamente. -Oye, él no vale la pena, ni siquiera para eso- negué con la cabeza. -Te sacaré de aquí...- me miró fijamente. -Dirás, nos sacarás- acentué...