Capítulo 9 °Hiraeth parte final°

8.6K 635 20
                                    

( Hola de nuevo, por aquí un pequeño apartado para que si quieren coloquen la música despues del * para darle más drama a lo que se narra ;)

Nos leemos en los comentarios. No se olviden de darle estrellita y leer el apartado final. )

26 de septiembre 2020.

Malva.

Los seres humanos somos muchas cosas y entre esas el ser curioso por naturaleza, unos más que otros pero curiosos al fin, siendo así desde que nuestros ojos se abren por primera vez que queremos saber más sobre todo lo que nos rodea; después de todo llegamos al mundo con un cerebro vacío, de ahí nuestra búsqueda de respuestas por querer saberlo todo. Muchos somos curiosos cuando sólo sabemos muy poco de algo o cuándo nos estrellamos con un rompecabezas de piezas faltantes; e incluso si obtenemos el mínimo de fundamentos sobre un tema cualquiera, nuestro cerebro nos empuja a buscar más información y rellenar aquellos cabos sueltos que claman por ser llenados.

Pero cuando se trata de algo inexplicable, el deseo se hace más fuerte afianzándose como un virus que enferma a las personas, en dónde hasta que su objetivo de vida o muerte es alcanzado que se detiene.No sin dejar secuelas, claro esta.

Siendo así que mis incesantes ganas de encontrar respuestas podrían considerarse incluso como una enfermedad, un trastorno que amenaza con desestabilizarme tanto mental como físicamente. Pero lo que más me asusta hasta aterrarme es el no saber si realmente hay respuestas a mís interrogantes, si me lo he venido imaginando y no se trata más que de una mala pasada de mi mente. Y si al contrario de todo si las hay, el no saber con qué podré encontrarme me paraliza.

El que el pueblo de Forest se haya vuelto repentinamente aterrador, mis extraños sueños que han reaparecido tras 6 meses de ausencia, aunado a que todo diera su inicio tras la llegada de aquel chico de ojos leonados hace que mi fuerza de voluntad tambalee.

La curiosidad mato al gato, dicen. Pero al menos murió sabiendo ¿No?

Trago grueso para parpadear e intentar anclar mi vista a la ancha espalda que a duras penas puedo divisar en la penumbra, los escasos rayos de luz del satélite natural sobre nuestras cabezas que me han estado guiando desde nuestra salida del campamento siendo dejados atrás para el momento en que el pelinegro se pierde entre unos matorrales y decido hacer lo mismo.

Mi cerebro lanza mil señales de advertencia, todo movimiento o sonido que escucho en la lejanía grita peligro, no obstante como puedo me armo de valor para continuar siguiéndolo. La brisa fría que danza en el ambiente me pone los vellos de punta, el sudor que minutos antes relucía sobre mi piel transformándose en una sensación pegajosa que se adhiere en todo mi cuerpo, la cual no hace más que resultar incómoda y causar una fricción molesta entre la tela de los vaqueros y mis muslos.

Inhalo hondo ignorando las sensaciones que ha desatado la caminata y con los ojos ardiendo por la falta de luz trato de ubicarlo para el instante en que lo pierdo, los árboles junto a la densa vegetación que me rodea convirtiéndose en una barrera que me impide localizar mi objetivo.

En mi búsqueda las ramas parecen susurrar, los ojos que parezco vislumbrar en la oscuridad por una milésima de segundo cada vez que cambio la mirada de un lugar a otro me asustan, los árboles que se encuentran doblados sobre si mismo dando una apariencia espiral aterradora junto a las sombras que asoman en los troncos parecen salidas de una película de terror.Y no es hasta que siento que algo o alguien me roza una mano que la desesperación comienza a golpearme, la sensación de opresión al comenzar a pensar que me encuentro perdida me provocan ganas de llorar.

Y cuando pienso que nada más me puede asustar me pega un brinco al corazón para cuando las negruras comienzan a emitir palabra.

Di su nombre, sus susurros rasgan el aire sonando ahogados.

La Clave: Lazos de Sangre.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant