capitulo 2

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Comenten errores de adaptación.


Ambos se acercaron a donde yo estaba sentado. Los miré y les hice un gesto para que se sentaran.

—La hiciste buena esta vez —me acusó Josh con una sonrisa mientras me daba una palmadita en la espalda y se sentaba aun lado de mí en la mesa.

Estábamos en la cafetería de la Universidad.

—Nunca me enorgullezco de mis impulsos —le contesté encogiéndome de hombros.

—Volviste a caer en la rectoría y todavía no son las 10 de la mañana —sentenció Liam.

—Así es —contesté.

— ¿Y cómo te fue? —preguntó Josh.

—Creo que el rector y la secretaria están tomándome afecto. Me invitaron un café, unos bocadillos y el rector se fumó un cigarrillo conmigo mientras me decía la importancia de causar una buena impresión en esta Universidad, debido a las altas personalidades que aquí se encuentran —rieron con ganas.

—Ya no hayan cómo llegarte —dijo Liam en una carcajada.

— ¿Llamaron a tu padre? —preguntó Josh. Me encogí de hombros.

—No —contesté secamente —El rector prefiere tratar esto directamente conmigo... creo que mi padre ya le pidió que no le hablase cada 5 minutos por mis estupideces. De todos modos él no se encuentra en el país.

—Viaje de negocios —dijeron mis amigos al unísono.

—Fiesta —sentencié con seguridad.

—Me agrada cómo trabaja tu mente —dijo dándome una palmadita en la espalda Josh.

—Mira quien viene ahí —dijo Liam con desenfado y un poco divertido

—Parece estar echando chispas. "Ay no Eleanor, no por favor" pensé.

No estoy de humor para ser simpático, y mucho menos con ella. Me volteé con temor y sonreí al ver que era el nuevo y echaba chispas por los ojos. Me puse de pie.

—Lo siento —me disculpé cuando estuvo cerca y paró en seco su brusco andar.

Estuvo bueno ese beso y no me arrepiento de habérselo dado, pero no estuvo bien besarlo sin su permiso.

— ¿Te arrepientes? —me preguntó haciendo un esfuerzo por controlarse.

—No —fui sincero y recibí un puñetazo en la cara de su parte. Me sobe — ¿Y eso por qué fue? —pregunté haciéndome el inocente.

— ¡Por besarme sin antes preguntarme! —me dijo y giró sobre sí mismo para volver a irse.

Yo lo tome del brazo y lo jalé hacia mí.

— ¿Te puedo besar? —le pregunté.

— ¡No! —me dijo y jaló su brazo para poder irse.

Entonces lo tomé por la cintura y lo sujeté con firmeza. Lo volví a besar mientras forcejeaba conmigo para soltarse. Y lo besé de la misma manera que antes, pero esta vez fui más rudo. Todavía me ardía la quijada por su culpa.

Hasta que se quedó quieto y dejó caer sus brazos a los costados. Sus ojos color esmeralda miraban fijamente los míos, mientras mi boca seguía sobre la de él. Me aleje despacio y le tapé la boca con mi mano derecha antes de que me gritara.

Mi Peligrosa Obsesion ; Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora