Una horrible bestia

44 2 0
                                    

Si alguien encuentra esto, lo mas seguro es que ya este muerto si es así, por el amor del creador haz lo que este en tus mano por detenerlo.
Bueno, para que él lector de este diario me entienda debería de empezar por él principio.
Vivo en una pequeña ciudad a las afueras de Texas, todo tranquilo siempre por aquí. Mi único vecino de toda la vida vivía a kilómetros de mi propiedad y falleció de un terrible accidente hace apenas dos años. Era un buen hombre, gris, serio, llano, ni rico ni pobre, sin familia, sin seres queridos y sin nada que mencionar. Me agradaba bastante, que lástima. Aunque la verdad siempre disfrute mas de la soledad trabajando en mi pequeño rancho. Algunas vacas, dos borregos y un pequeño plantío de maíz y punto. La verdad es que no soy nadie interesante. Hace unas semanas se mudaron a la hacienda de mi vecino fallecido ya mencionado. Como dije, era mi único vecino, así que me di cuenta el primer día de la mudanza. No pude evitar ir mas despacio mientras pasaba delante de la hacienda mucho acero, cadenas y hombres bajando y acomodando muchas cosas, pero había uno solo que parecía ser él que se mudaba.

Día 1
Hoy note algo definitivamente extraño. Noté que venia un camión, uno grande de una carnicería. Iba por el camino y al verme me preguntó por la hacienda de mi vecino. ¿Cuantos kilos tendrá adentro?¿Para que tanta carne? De seguro tendrá una fiesta, es raro ver algo moverse por aquí. Estaba acostumbrado a que mi vecino hace dos años vendiera cosas artesanales, por eso iba y venia de la ciudad y desde que murió no se movía nada. Es como mi paraíso personal, bueno, era.

Día 4
Pasó él mismo camión con dirección a la hacienda de mi vecino, otra vez. Esa noche que pasó por primera vez no noté que viniera alguien.

Día 7
Pasó de nuevo él mismo camión, aquí hay algo raro. Le hice una visita engañosamente amistosa a mi vecino. Me aparecí con un cesto lleno de mis mejores elotes y un kilo de queso. Salude amablemente a los hombres que bajaban y bajaban muebles. Ya había pasado una semana y no eran capaces aun de desempacar todo. Observe que seguían bajando cosas pesadas, cadenas y algunas rejas. Me fui abriendo paso. Los muebles se veían elegantes, caros y exóticos. Parecía un hombre elegante y con algo de clase, me pregunté ¿Que demonios hace un tipo de hombre así en una zona rural como esta? Mas bien parece que le gustaría vivir en una ciudad gótica no en este lugar perdido en la mitad de la nada. No veo a nadie mas que a un montón de trabajadores acomodando muebles, cuadros finos, mesas y sillones. No veo a nadie que parezca hijo,hija,esposa, madre o algún familiar cercano al nuevo dueño de la hacienda. Después de caminar me encontré de espaldas a un señor como de 40 años indicándole a un trabajador como acomodar ciertas armas medievales, algunas espadas y escudos. Lo salude amablemente tocándole un hombro para que me hiciera caso, cuando volteó él hombre pude ver que en definitiva este lugar no era para él. Vestía ropa elegante, tenia un puro que parecía bastante caro, un traje estilo frak negro y cuadrado, se veía sedoso y caro, una corbata negra con un nudo impecable, barba cerrada muy abundante y castaña, pelo largo casi rubio agarrado con una coleta, algunas cicatrices en la cara, unos acentuados y fríos ojos azules, actitud ruda y difícil. Aunque lo salude muy amablemente solo me vio de soslayo como si fuera una molestia.
-Gran gusto de conocerle.
Dijo con una cara que denotaba lo contrario y con un acento europeo muy peculiar.
-Le he traído estos pequeños regalos, soy del rancho que esta arriba siguiendo la carretera unos cuantos kilómetros.
Le decía mientras le pasaba la pequeña canasta donde venían mis ofrendas. Las tomo con la mayor amabilidad que pudo fingir y se las paso a un hombre que parecía trabajaba directamente para él. Era mas bien como un mayordomo. Este mismo hombre se fue hasta que desapareció en algún cuarto con las cosas, habrá ido a acomodar las cosas a un refrigerador. Regreso casi de inmediato pero se le veía preocupado. Él señor platico con él un poco atrás y le dijo algo misterioso señalando la parte de atrás de la hacienda. Volvió la mirada conmigo.
-Lo siento, un gusto haber hablado con usted. Lo recebiré después con mas calma.
Decía con su molesto acento y se retiro a toda velocidad. Me quede parado sin saber que hacer y cuando nadie pasaba me retiré.
Parecía bastante uranio, nunca pasara por mi rancho, no me visitara en fiestas, no recebiré tarjetas navideñas, perfecto me agradara bastante. ¿Que asunto habrá sido tan importante?
Llegue a mi rancho y atendí unos asuntos para tener una noche tranquila. En la terraza con una cerveza en mano me dispongo a disfrutar de las estrellas y de las hectáreas y hectáreas de terreno baldío, un escenario precioso. Los grillos están cantando tranquilamente al compás del viento, se mueven las hojas de la vegetación. Todo en conjunto como una tonada perfecta, cerraba los ojos disfrutando del audio natural y precioso, los abría y veía a las estrellas folgurantes y perfectas colgadas del firmamento azul marino.
"Pobres de los citadinos con su tecnología desgastante, con su vida superficial y vana, pagando deudas toda vida, con su cielo negro y opaco que los hace olvidarse de esto."
Entre cierro los ojos y solo disfrutó de mi cerveza y la naturaleza. Toda la vida trabajando arduamente de día y descansando serenamente de noche y ¿Saben algo? Es perfecta.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 08, 2016 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Una Horrible BestiaWhere stories live. Discover now