Capítulo 6

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Involuntariamente retrocedí dos pasos atrás. Mi respiración estaba atascada en mi garganta haciéndome más dificultosa la acción se respirar, la bilis insistía en subir por mi tráquea y él ardor que quemaba en mi laringe era insoportable.

El color azul intenso de sus ojos eran un punto fijo en los míos dándome esa aterradora mirada de deseo, sus mejillas estaban perfectamente coloradas y su cabello castaño lacio estaba totalmente revuelto, su viejo vestido azul marino desgastado, aquel vestido que le llegaba hasta las rodillas, recuerdo que lo usaba frecuentemente.

Sus pasos se adelantaron buscando llegar hasta mí, pero como si fuera una danza yo retrocedía conforme avanzaba, sus labios mencionaron mi nombre por segunda vez, de forma provocativa cosa que solo provocó asco en mi sistema digestivo. Le apunté con la navaja nerviosamente a lo cual ella respondió con una sonrisa psicópata.

Alejate, ya no te tengo miedo —mis palabras salieron apenas audibles y temblorosas, mis músculos estaban tensados gracias al pánico que experimentaba mi débil cuerpo ahora, el cual extrañamente no pesaba ni por un milímetro—. Te lo advierto —.apunté nuevamente con el arma a su dirección.

Sus labios se fueron apretando lenta y ligeramente, hasta formar una sonrisa sin mostrar sus dientes, un paso nuevamente acortó la distancia entre ambos cosa que me provocaba más hostilidad. Unos segundos en silencio y una carcajada proveniente de una femenina resaltó en la estancia.

Oh vamos Jaxxy, sabes que no lo harías —exclamó con un tono burlón—. Ven aquí bebé.

Nuevamente un paso acortó la distancia, pero yo volví a retroceder, su opresión me irritaba, necesitaba distancia no quería a esa mujer que solo me causaba repulsión se acercara a mí nuevamente.

Una lágrima escurridiza se deslizó por mi mejilla, y de nuevo el hormigueo se situó en mi espalda baja provocando un insoportable dolor en mi cintura. Me sentía un niño de nuevo, sentía como si mi pasado volvía a mí, e imágenes de mi sufrimiento se reproducían en mi mente. Apreté mi ojos como solía hacerlo cuando tenía siete años, como lo hacía cuando me sentía aferrado y sin salida solo dejando que de mí hicieran lo que quisieran.

Jaxon, amor —su aliento golpeó mis labios, y su mano sin ningún permiso alguno ahuecó mi mejilla izquierda.

El temor y el miedo consumió mi cuerpo al sentir el tacto de su piel tocar la mía, en un acto furioso abrí mis ojos en menos de un instaste encontradome con sus ojos azules que daban miedo. Un grito en mi interior no pudo contenerse, un grito de enojo mezclado con euforia salió de mis labios inundando la habitación entera.

(***)

Siento mi cuerpo caer y estamparse con un material sólido y plano, puedo sentir como la inercia abandona mi cuerpo al sentir el dolor que se sitúa en mi frente. Levanto la vista y entreabro mis párpados para encontrarme con la estancia de mi habitación vacía siendo vislumbrada por la luz del sol.

Tallo mi cara con ambas manos. El ringtone de mi teléfono me sobresalta haciéndome liberar unas cuantas maldiciones, lo tomo entre mis manos y contesto sin siquiera mirar la pantalla.

—¿Hola? —respondo con la voz soñolienta.

—Jaxon, ¿Dónde mierda has estado? —la voz chillona de Olivia provoca que aleje mi oído de la bocina.

Ahí es donde la coherencia viene a mí. Ayer tenía trabajo y ni me molesté en presentarme, me sobresalté y me reincorporé nuevamente en un santiamén, mientras comenzaba a dar vueltas por toda la habitación.

Peligroso & Posesivo  •CANCELADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora