Octavo Semestre

El primer día

El octavo semestre pintaba de maravilla, el año nuevo acaba de empezar con un  frió invierno, lleno de vientos, cosa que disfrutaba ya que amaba los días con viento.

Faltaban dos largos años para poder titularme como Arquitecta y era la primera vez en dos años que no trabajaba y estudiaba. Hace solo unos cuantos meses había renunciado al trabajo que amaba tanto; la construcción.

La vida está llena de sacrificios, tenemos que dejar ciertas cosas para obtener otras. Pequeños retos que alentaban mi vida. El quedarme quieta sin cambios, me alteraba por las noches, generando ansiedad y huecos mentales, hasta llegar al insomnio por eso mismo el verano pasado, trabajaba hasta las 5 de la tarde y corría en el transporte urbano para poder llegar a mi hora de natación, mi deporte favorito. Estar bajo el agua, mover mi cuerpo en el agua, era una satisfacción grande en mis días. Mi meta era obtener la mayor condición posible para poder recorrer más y más kilómetros. Solo éramos yo, el agua y algunas veces él.

¿Quién es él? Él fue una persona importante en mi vida, muchos le llamarían el amor de mi vida, pero no fue así. Él era alguien que marco mi vida, alguien a quien quise demasiado. Lo interesante aquí fue, que a pesar de amarlo tanto, nunca he podido sentir un pequeño roce de sus labios, sus dedos entrelazados con mis dedos, ningún contacto físico. Simplemente éramos él y yo hablando todos los días a todas horas y con eso tuve suficiente para quererlo como lo llegue a querer. Así que después de irse, de avanzar y olvidarme, a pesar de esos años que habían pasado, seguían apareciendo ciertos recuerdos en mi mente debes en cuando. Y algunas veces mientras nadaba solía pensar en aquellos momentos a su lado y despertaba de los recuerdos al sonar la alarma finalizando la clase.

Seguí mi camino a la escuela agradeciendo el que él se cambiara de escuela, así seria mas fácil el ya no tener que fingir una sonrisa cuando nos topábamos. Sacudí mi cabeza y seguí mi camino al edificio M salón 5, para mi primera clase.

-Hola Camila- escuchaba cada vez que caminaba por la escuela, mientras yo respondía con el mismo saludo a mis compañeros.

No fue tan extraño volver y acostumbrarme nuevamente a la rutina de la escuela, apenas llevaba solo unos días de vacaciones, cuando ya estaba de vuelta pagando mi inscripción, escogiendo mi horario y entrando a la escuela. Mis vacaciones habían durado prácticamente nada.

El salón estaba igual que siempre, el piso sucio lleno de chicles ya color negro de tantas veces que fueron pisados, las mismas bancas negras con tablas de madera o de plástico ralladas o quebradas, ventanas sin poder abrirse con persianas que no cubrían ni la mitad de una y sin olvidar los horribles plafones colgando del techo, con lámparas parpadeando pidiendo a gritos ser remplazadas. Así era mi maravillosa escuela de Arquitectura, agregándole a una de las personas que menos me agradaba ver, el cual estaba ahí estaba sentado observándome, mientras yo decidía cual era la banca que sería mejor para mí. El presidente de la sociedad de alumnos.

Sabia que me sonreía por si yo llegaba a voltear a verlo, siempre fingiendo que le agradaba y que no pasa nada entre nosotros. Como la especie mitológica entre vampiros y hombres lobo, así era nuestra relación, hablando políticamente. Donde el militaba en el partido equivocado o eso mismo podría decir el de mi. Me forcé a no dirigirle la mirada, el podía fingir una sonrisa agradable pero sabia que yo no podía fingir una también y para empezar mi ciclo escolar al parecer compartiríamos clase. Así que me limite a dejar mi mochila, tome mi celular para ir en busca de rostros agradables.

-Camila- escuche su terrible voz, mientras yo cruzaba por el marco de la puerta y todas las miradas a nuestro alrededor se centraron en nosotros. Ya era conocida nuestra ''buena'' relación.

-¿Si?- me gire sobre mis talones y lo encare. En un segundo estaba en sus brazos.

-Feliz año nuevo- su voz sonaba bastante creíble aunque oculto estaba el sarcasmo. Deje los brazos a mis costados.