Capitulo 45 "Tu novia no tiene porqué enterarse"

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Cuando llegamos al departamento me lleve una grata sorpresa, la mesa estaba puesta para dos personas y en el centro había un hermoso arreglo de alcatraces, lo miré boquiabierta y lo abracé efusivamente luego de darle un beso.

– Julián, ¿cómo sabías que los alcatraces son mis flores preferidas?

– Sé más cosas de ti de las que te imaginas – respondió guiñándome un ojo.

– ¿Ah sí?, ¿y cómo puede ser eso?

– Es un secreto, siéntate que la cena ya está lista.

– ¿Te ayudo en algo?

– No corazón, tú vienes de trabajar, debes estar cansada, aunque espero que no tanto para el postre – dijo en tono sensual.

Me sirvió una copa de vino y fue a la cocina, regresó con una cacerola con pescado y en la otra mano una bandeja con ensalada, me sirvió en un plato el pescado y en el otro la ensalada y después se sirvió él, puso algo de música y se sentó frente a mí. Cenamos tranquilamente y me comentó que Yolanda le había llamado para confirmar mi asistencia a su boda y él le aseguró que por ningún motivo faltaría.

– Por cierto, corazón, ¿puedes permiso para faltar ese viernes?, por favor, me gustaría llegar al ensayo, ¿sabes?, soy el padrino.

– ¿En serio?, no tenía idea, voy a hablar con Agustín, si no se puede, llego el sábado yo sola y así no te pierdes el ensayo.

– De ninguna manera, tienes que llegar conmigo.

– Cierto, que soy tu “novia” – exclamé en tono gracioso – no se vería bien si llego sola.

– Exacto, daría la impresión que estamos disgustados.

– Julián… hablando en serio… ¿por qué le dijiste a esa chica que soy tu novia?

– ¿No lo eres?

– ¿Lo soy?

– ¿No quieres serlo?

– ¿Lo quieres tú?

– ¿Vas a seguir respondiéndome con preguntas?

– ¿Vas a seguir evadiéndolas?

– ¿Vas a continuar evadiéndolas tú?

– Julián, en serio, esto no es ningún juego – dije un tanto seria.

– Para mí tampoco lo es Ori – dio un suspiro – sé que no te lo he preguntado formalmente, pero así te considero.

– No tienes que preguntarlo, las palabras se las lleva el viento, lo que cuentan son los hechos, sólo me tomó por sorpresa escuchártelo decir… ¿me presentarás de igual forma con tu familia? – pregunté con cierto temor.

– Por supuesto, ¿no te agrada la idea?
– No es eso.

– Yo no soy de tu clase, Julián, tú has estudiado en las mejores escuelas privadas, yo siempre en públicas y si pude costearme la carrera fue porque trabajaba.

– No conoces a los Serrano, mi familia no es nada pretenciosa, créeme que lo que menos les importara es tu status social, has tratado con Yolanda, ¿acaso te ha hecho menos?

– No, pero, eran cuestiones de trabajo, ahora se trata de su hermano y se ve que te adora, ¿qué pasara si se entera no fuimos juntos a la universidad?

– Nada, en primera estará demasiado feliz y entusiasmada por su boda y en segunda no es nada rencorosa, además le caes muy bien.

– No me gustan las mentiras y no creo que a ella tampoco, a nadie le gustan.

Grande Tentación - OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora