Capitulo 2 - Un juicio extraordinario

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 05 de Noviembre – Año 559 – Era Sadoeiji

Ha pasado día y medio desde aquel incidente en el portal noroeste de la cuidad, donde una batalla con un mercenario tuvo lugar.

La puerta de la habitación de Kaen se abre haciendo gran ruido provocando que este dejara de dormir, era Emi, la madre de Kaen, una mujer adulta y esbelta, tenía su pelo muy largo y liso que le llegaba a la cintura de un color marrón chocolate, sus ojos eran del mismo color y su cara siempre llevaba una sonrisa, su boca y nariz tenían una apariencia frágil como si solo el aire pudiera tocarle sin hacerle daño. Llevaba de ropa un vestido ajustado celeste y encima un delantal con una insignia de un tenedor. Cargaba una bandeja con un par de platos y una taza de té, lo deja en el velador de Kaen y con un suspiro dirigiéndose habla pasible a su hijo.

- ¿Haz dormido bien hijo? Te traje desayuno.

Kaen lentamente pestañeaba y se enderezaba en la cama para poder tomar la bandeja, se la pone sobre las piernas, mientras tomaba la taza para empezar a probar el té, responde.

- Si, dormí bastante bien, ya no siento dolor en mi brazo, aquel choque fue fuerte y me desgarre los músculos de este brazo, pero ya estoy bien... a todo esto... ¿Te han dicho algo ya del juicio? Se supone que es hoy ¿no?

La madre de Kaen solo miraba por la ventana y sin darse vuelta contesta.

- Sí, es hoy... debes prepararte luego y tener tu cabeza clara, estará el juez de operaciones del ejército y seguramente los comandantes, esta situación es poco común y tu testimonio es importante.

Kaen miro el contenido de su taza, en su cara solo se lograba ver preocupación y parecía estar recordando lo que sucedió y sobre todo al tipo de armadura negra, le dio un sorbo a su te y miro fijamente a su madre, sin romper aun el silencio pero esta vez pensando algo totalmente distinto, ¿Cómo sabia su madre tanto de los juicios del ejercito? Se supone que no ha estado dentro de él.

- Y... ¿Cómo sabes eso? Es mucha información para ser un juicio extraordinario ¿no? ¿Cómo sabes tanto? –pregunta el joven.

Ella se dio media vuelta con los ojos bien abiertos, parecía sorprendida, sonrió y la sorpresa de su cara desapareció.

- Lyan vino a decírmelo- decía tiernamente su madre- me dijo como sería más o menos el juicio, él también estará ahí.

Kaen siguió mirándola fijamente, le pareció creíble lo que dijo aunque quedo con una rara sensación ante aquella respuesta. No le tomó mucha importancia y de un salto tomo su ropa que le traían de la base de la novena división para presentarse al juicio.

Ya saliendo de casa de forma apresurada y con un brazo colgado de su cuello por una bufanda de su madre, se topa con la pequeña hija de la vecina, quien tiene ya 12 años recién cumplidos. Kaen solo alcanza a verla de reojo mientras corría y sin detenerse le saluda.

- Hola Ailen, después hablamos que estoy retrasado.

La niña que en un principio no estuvo atenta ya que observaba el cielo desde la plazoleta justo al frente de la casa de Kaen, le miro rápidamente sin alcanzar a responderle, él ya estaba lejos como para oírle. Solo frunció el ceño.

El palacio de justicia se encontraba a pocos metros de la plaza central de Gyakio, era muy fácil encontrarle ya que la forma del palacio era muy peculiar. Tenía una forma muy parecida a cinco cuchillos alzados sobre una base rectangular, en cada una de las cinco puntas tenía una bandera, todas ellas con el símbolo de la ciudad.

HíbridoWhere stories live. Discover now