Capítulo 2

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Esa noche no pude dormir, no sabía dónde ni con quién me iba a meter en ese avión. Además estaba pensando en cómo iba a ser Dani, si como yo me imaginaba o todo lo contrario.
- Venga Paola despierta que nos vamos al aeropuerto.- dijo mi padre desde el aseo.
- Ya voy Papa.- le contesté con la voz ronca.

Enseguida me puse la ropa que me preparé el día de antes, me hice una coleta alta, suspiré, y salí de mi casa. Allá que íbamos, mis padres, mi hermano y yo.
-  ¿Estas nerviosa?- me preguntó mi hermano.
-  Un poco...¿me vas a echar de menos?
-  Que va¡ Voy a tener la tele para mí solo.- dijo subiendo los pies al asiento.
- Iker baja los pies de ahí.- le dijo enseguida mi madre.
La relación con mi hermano es como la de todos los hermanos, hay peleas, pero nos queremos aunque solo nos lo decimos en cumpleaños o en fiestas especiales.

(Aeropuerto)

-  Mama somos los primeros en llegar, qué vergüenza.-le dije a mi madre mientras no paraba de moverme.
- Seguro que Noemí estará a punto de llegar.-contestó tranquilizándome.

Cinco minutos después de que mi madre dijera eso, por la puerta entraron Irene y Pablo. Y mientras llegaban los demás estábamos hablando sobre el viaje.
Paola, ¿estas nerviosa?- me preguntó riéndose de mí ya que no paraba de morderme las uñas.
- Casi nada....- dije mintiendo, pero mi cara me delató.
-  No pasa nada, seguro que hay mucha gente que te cae bien.- dijo Pablo.
- Si y luego al irnos lloraras, es lo que nos pasa a todos.- comentó Irene riéndose.

Llegaron todos menos Dani y Jesus.
- Veremos a ver si llegan estos dos pesados.- dijeron Marina y Blanca.

Justo en ese momento vimos a dos chicos que se acercaban hacia el grupo. Madre mía, eran iguales.
- Por fin estáis aquí¡ Cuánto tiempo.- dijo Pablo mientras le daba un abrazo a cada uno.

Ahí fue cuando vi que uno de ellos era Dani, pero ¿cuál? estaba en duda hasta que uno de ellos me sonrió, ¿sería ese Dani?
- Uy uy veo que uno te sonríe.- dijo Inma acercándose a mi.
- Puede ser...es que llevo tiempo hablando con Dani pero no sé cuál de los dos es.

Y llegó el momento de despedirnos de nuestras familias, les di una abrazo a mis padres y a mi hermano, que estaba llorando, y nos metimos por el pasillo.

-  Vale chicos, vamos a sentarnos aquí hasta que abran la puerta para embarcar.- dijo Noemí mientras se sentaba.

Como de costumbre, estaban los chicos en un lado hablando y las chicas por otro. Me sentía un poco incómoda porque cada vez que miraba para el lado de los chicos, estaba Dani mirándome, ya que después de dos horas largas conseguí distinguirlos.
Entramos en el avión, a mí me tocó en el lado derecho en la ventana, al lado mía estaba Inma y al otro lado Pablo. En el lado izquierdo estaban, Alex, Jesús y Dani en la esquina. Entre los 6 estábamos hablando la mayoría del tiempo, ya que los demás estaban en la parte de delante.
-  Dios mío que sueño tengo.- dijo Dani mientras bostezaba.
- Eso es por quedarte toda la noche de fiesta.- le contesté con cara de pillina.
-  Uooo te ha pillado.- dijo Jesus riéndose.
- Si tú también estabas.- contestó Dani.
En ese momento Jesús se sonrojó y todos nos empezamos a reír.

Después de casi tres horas, por fin aterrizamos en Londres, aunque todavía nos quedaban dos horas más hasta llegar a Boermouth.
Cogimos nuestras maletas y nos metimos en aquella furgoneta pequeña, delante estaban los padres de Irene y Pablo, detrás estaban Cristina, Marina, Irene y Blanca; más atrás éramos Inma, Dani y yo; y en la parte de atrás del todo, Pablo, Jesús y Alex.
Estábamos tan cansados que nos fuimos durmiendo, menos Jesús, Dani, Inma y yo. Yo apoyé las piernas encima de Dani, él me miró con una cara de asesino y yo me empecé a reír. Estuvimos los cuatro que quedábamos despiertos gastándonos bromas, que bien me caían.

Seguíamos en aquella furgoneta, aunque decidimos hacer un parón, a mí no me apetecía bajar. Así que nos quedamos en la furgoneta Inma, Jesus, Dani y yo.
- Dani, no me habías dicho que tenías un hermano gemelo.- le dije susurrándole.
- Cosas que me guardo en secreto.

Llevábamos ya un cuarto de hora esperando, Inma se bajó un momento de la furgoneta, en ese mismo momento, Jesus, Dani y yo le cerramos la puerta. Se quedo encerrada fuera, pobrecita, aunque hacía mucha gracia. Antes de que llegaran todos le abrimos la puerta y nos empezó a chillar como una loca.
- ¡Seréis malvados!
- Nosotros te queremos.- le dije para que se relajara, ya que estaba a punto de comernos.
- Eso, eso.- dijo Jesús sin parar de reírse.
Enseguida nos pusimos en marcha de nuevo, en ese trozo ya sí que me quede durmiendo.

Londres, tú y yo [Danisú]Where stories live. Discover now