1 | Besos sabor miel | Jearmin (yaoi)

Capítulo 2

Una caminata de pasos lentos y tranquilos se daba frente al molesto rostro de Jean, que observaba, sin escuchar, cómo Alexy recitaba un extenso monólogo sobre las nuevas chaquetas coloridas de su tienda favorita.

Caminando a su lado, Armin sólo reía y asentía, más absorto en sus pensamientos que en prestar atención a su amigo. No podía creerse aún cómo fue posible que empezara a seguir los consejos de aquellas psicólogas que le habían parecido dos auténticas locas sin profesionalidad. Incluso llegó a pensar que les habían dado el certificado tras haber pasado por la mesa una cuantiosa cantidad de dinero.

—¡Hemos llegado al paraíso gamer! —exclamó Alexy, despertando así al rubio de su ensoñación, haciéndole posar su vista en la ridícula pose que éste había puesto al decir aquella frase. Tenía una mano alzada con los dedos formando el símbolo de la victoria y una pierna ligeramente flexionada.

Al cruzar el umbral de aquella puerta de cristal, fueron recibidos por las luces parpadeantes de todos los tipo de maquinas, consolas y videojuegos que allí había, acompañadas del incesante sonido de los botones al ser pulsados por los jugadores.

—¿Quién se atreve a enfrentarse a mí, el rey de los gamers? —gritó Alexy mientras corría frenéticamente entre las maquinitas, tomando de un brazo a Armin.

—Yo me ofrezco voluntario a darte la paliza de tu vida —respondió Jean desafiante a la incitación.

—Jean, ¿sabes con quién estás hablando? —preguntó con los ojos brillantes de la emoción.

—Hoy se os ve mucho más competitivos, chicos —comentó Sasha con la boca llena. Dónde había conseguido la bolsa de patatas fritas que tenía entre las manos era un misterio.

—¡No, qué va! ¡Vamos, Jean! —exclamó Alexy al mismo tiempo que arrastraba a Armin del brazo y con su mano libre hacía señas a Jean.

Aquella batalla inició con maquinitas antiguas y juegos de arcade. En la primera ronda, Alexy salió victorioso y continuó así en las seis siguientes. Jean no aguantaba más la situación y escuchar a Armin animar al otro lo ponía de los nervios.

—Prepárate, desgraciado, esto sólo ha sido un calentamiento.

—Jean, no seas mal perdedor.

Conforme avanzaba la tarde, Jean iba sumando victorias poco a poco. Cualquiera en su lugar se hubiera rendido ante tal paliza, pero él no era así, y menos cuando su medidor de la rabia aumentaba exponencialmente cada vez que era vencido. Algo que ninguno de los presentes sabía, era que Alexy tenía un hermano gemelo muy aficionado a los videojuegos, con quien disfrutaba de tardes enteras frente a una pantalla y quemando los botones de un mando.

Pero Alexy no era su hermano y jugar tan seguido resultaba agotador. Este pequeño altibajo fue aprovechado por Jean, que empezó a ganar partidas hasta igualar las puntuaciones.

La competencia aún no terminaba y todos sus compañeros estaban agobiados y abrumados. Sobre todo Sasha, a quien ya le sonaban las tripas después de terminar su bolsa de patatas fritas y otras bolsas que seguían apareciendo de la nada. Era la última ronda para lograr el esperado desempate, y Jean tenía las esperanzas por las nubes. Todos sabían que, en caso de perder esta vez, pediría la revancha y Alexy no se negaría, haciendo de esa tonta batalla una eternidad. Así que, con apenas una mirada, Sasha y Mikasa decidieron que ya era suficiente.

Taparon los ojos y empujaron a los jugadores, consiguiendo así que la partida quedara en empate.

—¡No! —gritó jean intentando zafarse del agarre de Mikasa—. Estaba a punto de vencerle.