Kyle...¿eres virgen?

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–¿y crees que con toda esta tormenta haya algo de agua caliente?

– pues... eso espero. – respondí poco confiada, el regreso a casa había sido lento, ninguno corrió, simplemente nos tomamos de la mano y caminamos con pasos descuidados hasta que llegamos.
Habíamos entrado tiritando, más Kyle. Subimos al cuarto de huéspedes, donde mi madre había dicho que estaban las velas, pero descartamos la idea de un poco de luz cuando recordamos que no había fósforos y el encendedor de Kyle estaba por allí tirado en mi cuarto. Así que corrimos al cuarto de baño.

Después de unos dos minutos o quizá menos el agua comenzó a salir caliente, hurra!

– está caliente?

– por supuesto bobo, ¿quién de nosotros se baña primero?

– yo por favor.

Estaba a punto de aceptar, pero tendría que esperar fuera, sola y a oscuras.

– ¿puedo quedarme aquí sentada? – el agua seguía corriendo. – me da miedo estar sola afuera, prometo no mirar.

Había una fina cortina que separaba la ducha del retrete, pero no era la gran cosa, sin embargo sin luz eso no sería problema, no?

–me-me-jor entra primero.

– pero Kyle, tienes mucho frío, deberías entrar ya.

– no-no te hagas del rogar. – gruñó.

– pero no mires desgraciado. – dije mientras me sacaba los jeans.

– como si hubiera mu-mucho que mírate. – pero de cualquier manera noté que me daba la espalda.

Me quité lo demás temblando de frío, anhelante por agua caliente. Con una patada escondí mi ropa detrás del retrete. Y no hizo falta correr la cortina para entrar a la ducha. El agua estaba realmente cálida, confortante. Esperé un momento quieta a que el frío se fuera por completo de mi cuerpo para ponerme un poco de champú, no debía tardar mucho o Kyle moriría de frío fuera. Maldita falta de luz. Maldita yo por no tener fósforos. Me puse en cuclillas para tantear el suelo en busca del jabón en pasta. Nada simplemente no lo encontraba. – Kyle! – le grité mientras me incorporaba.

–¿¡ya-ya vvvas a salir!?–gritó en respuesta.

– ¡no hay... – o tal vez sí. Fue lo único que pude pensar fugazmente antes de azotar en el suelo. Cerré los ojos tratando de detener las lágrimas. Dolía.

¿¡Erin?!

Pero antes de responder con un estoy bien la delgada cortina de corrió, ponía notar la silueta de Kyle, me quedé inmóvil en el suelo.

–¡cierra idiota!

A pesar del bochorno en la habitación a causa del agua caliente podía sentirme ruborizada. Kyle no cerró, pero de repente empezó a reír.

–no-no pppuedo verte E-Erin. TTranquila.

Y sin más, entró a la ducha, corriendo la cortina detrás de él.

Parpadee varias veces y abracé mis rodillas a mi pecho. Una clase de enojo o tal vez emoción empezó a generarse en mi estomago.

–¿q-qué haces? – balbuceé.

– bañándome. – respondió tranquilo. – ¿no me ves o qué?

– pero yo estoy aquí. – estaba realmente incrédula.

–¿te duele el golpe? – soltó un gemido. – el agua es perfecta.

– Kyle. Salte.

– deja que te eche una mano.

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