Capitulo Trece

13.8K 1.5K 453
                                    

Layna

Estaba casi absorbida constantemente por la oscuridad. A veces podía escuchar voces hablando, diciendo cosas sobre comas y pérdidas de sangre, pero otras veces era solo silencio absoluto. Cuando estaba en esta oscuridad, podía sentir mi cuerpo pero era muy pesado moverme. Siempre intente abrir los ojos, pero cada vez que lo hacía, era como si estuvieran pegados.

Si no estaba en la oscuridad, estaba en mis recuerdos. La época antes de que todo se volviera tan complicado, cuando estaba feliz y tenía a mis padres y a Derek. Prefería recordar eso a la oscuridad; se sentía tan aterradoramente solo que no podida soportarlo.

∞∞∞

No estaba segura cuanto tiempo estuve es ese estado. Pudieron haber sido horas, días incluso años. No tenía noción del tiempo cuando estaba así, pero no tenía nada por lo cual volver así que no me importaba.

Lo único que odiaba era el dolor. Constante, y dolía. Pero siempre se iba cuando estaba en los recuerdos, y eso lo hacía más soportable.

∞∞∞

Una de esas veces, cuando estaba esperando en la oscuridad, escuche una voz, y podía sentir a alguien sujetando mi mano, mientras deslizaban un anillo en mi dedo.

Repentinamente, fue como si el peso hubiera sido levantado, y abrí los ojos. Me encontré con hermosos ojos verdes que creí que no vería otra vez.

-Derek. –me atragante, mi voz espesa. Lagrimas surgieron de mis ojos y antes de que me diera cuenta de lo que hacía, me tire hacia él, envolviendo fuertemente su cuello.

Él rio.

-También te extrañe, mi ángel, pero solo me fui por una hora.

Me aleje un poco y mire a mi alrededor, sorprendida de ver que estaba en una habitación de hospital. Estábamos sentados en la cama, la luz haciendo que la habitación luciera más brillante. Era una gran diferencia comparada con la oscuridad en la estaba atrapada.

Baja la mirada a mi cuerpo y vi que estaba en una bata de hospital, pero no tenía heridas, no que yo viera, y mi estómago estaba más plano de cuando estaba embarazada. Por una extraña razón, estaba extremadamente confundida porque no había heridas en mi estómago o mi brazo. Un recuerdo del dolor en mi sueño resurgió, y antes de que pudiera tomarlo, se retorció lejos, dejándome más desorientada.

-¿Por qué estoy aquí? –le pregunte a Derek, mientras me acariciaba gentilmente el cabello. Me incline hacia su toque, mis ojos se cerraron por él.

-¿No lo recuerdas? –pregunto, sonando preocupado- Entraste en trabajo de parto y te traje; estuviste así por casi un día completo. Tuvieron que hacer una cesárea, porque el bebe estaba de costado y has estado durmiendo desde entonces, estabas tan cansada.

Intente pensar, intente recordar lo que me decía pero estaba en blanco. Podía sentir algo en mi mente, una sensación persistente que algo no estaba bien pero lo ignore.

Retire la bata a un lado y, definitivamente, había una cicatriz allí por la cirugía que me habían hecho.

-¿Por qué estas llorando Layna? –Derek pregunto, y abrí los ojos para verlo mirarme preocupado.

Note que lagrimas estaban derramándose en mi rostro y todo mi cuerpo estaba temblando mientras trataba de controlar los sollozos.

-No lo sé... tuve un sueño y...no puedo recordar que pero algo horrible paso.

Intenté recordar sobre que era el sueño, el horrible sueño que me hacía temblar cuando pensaba el él, pero estaba en blanco.

Él me empujo más cerca de su pecho y me meció con gentileza.

-Está bien, ángel, todo está bien. No era real.

Me acurruque más cerca, respirando su esencia reconfortante mientras calmaba mi respiración.

-¿Qué paso? –alguien pregunto, y levante la mirada para ver a Steve de pie allí, luciendo extremadamente confundido.

-¡Papi! –llore y corrí hacia él, abrazándolo fuertemente.

-¿Por qué todo el mundo eta llorando? –Tom pregunto, e intente empujarlo en un abrazo pero no podía. Estaba sosteniendo mi precioso bebe en sus brazos.

-Michael. –susurre, sabiendo de alguna forma que esa era el nombre que le había dado a mi niño.

-¿Alguien me llamo? –el otro Michael bromeo mientras también entraba a la habitación. Me reí a través de mis lágrimas y tomo a mi bebe durmiente de los brazos de Tom, lo sostuve en mis brazos.

-Ustedes están todos aquí...¿Están vivos? –pregunte suavemente.

Tom lucía confundido.

-Por supuesto que lo estamos cariño, ¿Por qué no sería así?

Sacudí la cabeza.

-Yo no...no puedo recordar.

Michael se movió en mis brazos y lo mire despertarse. Tenía cabello oscuro como su papi, pero cuando abrió los ojos y parpadeo cansado, pude asegurar que su color de ojos era el mismo de los mios.

Lo sostuve cerca mientras lo acunaba delicadamente, y pude sentir a Derek acercarse y poner un brazo a nuestro alrededor.

-Los doctores dicen que está bien si nos vamos a casa ahora.

-Casa. –susurre, sonriéndole- Eso suena genial.

Y juntos, Tom, Steve, Derek, los dos Michael y yo caminamos por las puertas del hospital, hacia un brillo que se extendía más allá de ellas.



You're Mine [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora