Capitulo uno

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Victoria POV'S

Les contaré cómo terminé en este internado para adolescentes rebeldes...
Intership Harmony.

Hace ya muchos años, mis padres se quejaban de mi conducta, ¿Qué querían? Nunca estaban conmigo, siempre de viaje por temas de trabajo.

Entonces, se les ocurrió la magnifica idea de inscribir a su única hija a esta mierda de internado.

El primer día no es fácil, bueno... Entrar a mitad de año nunca ha sido fácil.
Yo era la rara y no conocía a nadie, hasta que las vi...

Dos chicas habían llegado tarde a literatura, supongo que ya eran famosas, por que todos murmuraban sobre ellas.

—Espero que usted no sea como él marica de Garrison— dijo la chica castaña, toda la clase rió— ¿No es cierto Sherlyn?— la otra asintió.

Sonreí de lado mirando el pequeño show que se habían montado.
Hasta que, al parecer, Sherlyn... Me miró, estaba sonriendo.

Me le devolví la sonrisa.

—L-lo lamento señorita Howards— habló el pobre maestro, al parecer era nuevo en esta escuela, lo comprendo.

—Sam, es suficiente, hay que ir a sentarnos— dijo Sher con expresión neutra, ¿Por que siento que a ella le vale mierda el mundo?

La castaña asintió sonriendo y la siguió.

Por favor que no se sienten detrás mía...

Confirmado... El Karma existe...

—¡Hola! ¿Eres nueva?— me llamó la chica de lentes... Sam, ya que se había sentado a un lado de mí.

—Es obvio idiota, ¿La haz visto en algún lugar de esta cárcel?— Sherlyn respondió por mi, mientras se acomodaba en su asiento... Detrás mía.

—Si, soy nueva, y es horrible— suspire cansada.

Se me hace fácil hacer amigas, pues dicen que soy amigable... El problema es encontrar a las indicadas.

—Joder... Pues yo soy Sam y ella Sherlyn— sonrió.

—Haber, ese grupito de amigas, se me separa— escuchamos al profesor quien nos apuntaba. Sam lo miró asesina— B-bueno... No importa, pero por favor, no mas bromas, estamos en un aula— y al fin se volteo a seguir con su clase.

—Salud por esas amigas chaparras que parecen adorables pero son mas peligrosas que un sicario— dijo Sher tomando una lata de refresco mirando a Sam.

—Lo malo es que no soy sicario— se acarició la barbilla— lo he pensado, pero matar gente cuesta mucho trabajo, y yo soy muy floja...

—¿Sam de sicaria? Estamos jodidos— habló Sher y yo reí.

—¡Por cierto! ¿Cuál es tu nombre?— me preguntó la de lentes.

—Victoria...— las miré sonrientes.

—¡Como Victoria Justice!— chilló Sam.

—No idiota, como la marca famosa... Victoria Secret's— la corrigió Sher...

...Las indicadas...

///

Corríamos por medio instituto en dirección hacia nuestra habitación...

Si, comparto cuarto con estas subnormales.

—¡Esto de correr por todo el internado no me va!— grité parando de correr y atrayendo la atención de todos en el jardín.

—¡Sé que puedo volar!— chilló Sam lanzando su cuerpo al frío pasto.

—Mierda...— susurró Sher, también parando y recuperando el aliento— ¿Cómo podemos correr tanto? ¿Hicimos un pacto con el diablo?— preguntó.

—Obvio no idiota— dije riendo.

Seguimos corriendo hasta llegar a nuestra habitación.

Sam abrió con su llave con un adorno de un Koala.
Adora los Koalas, y cuando digo que los adora... Es que los adora...

Al entrar, Sher se tumbó en su cama con edredón negro, el de Sam era morado y el mío azul.

—¿Por qué mierda siempre le hacemos caso a Sam?— habló Sher sacando su celular— corrimos casi medio kilometro solo para comprar sus malditas donas— miró asesina la bolsa que llevaba la castaña.

—Por que me aman... Y por que estas donas son deliciosas— abrió el paquete dejando al aire un aroma estupendo— recién hechas, gracias Thomasa— dijo refiriéndose a Thomasa, la cocinera de la cafetería.

—Si claro, te amamos tanto...— hablé en tono sarcástico— oigan... ¿Recuerdan a las mujeres que entraron a la oficina de Montez?— pregunté y ellas asintieron— bueno... Habrá chicos nuevos— miré a Sher cómplice, y ella me devolvió la mirada.

—¿Saben lo que eso significa?— preguntó Sher y yo asentí.

—No...— dijo Sam con una dona en su boca.

Me dí un golpe en la cabeza.

—Bromas a los nuevos...— me levanté de la cama sacando un mapa del internado de mi armario.

Después de unos minutos, Sam captó lo que quería decir y me miró cómplice... ¿Really?

—Volvimos perras— susurró Sher caminando hacia mi, la castaña hizo lo mismo.

—Bien, esto es lo que haremos...

Rebel ✨Where stories live. Discover now