Colder Than Snow (Gregstophe One Shot)

Though I die...

Dedicado a las personas que me ayudaron con esto, ya fuera escuchando mis frustraciones o dándome ideas.

Dedicado, como siempre, al fandom.

Dedicado a las/los Gregstophers, porque casi no tenemos material, pero que a pesar de eso, no se pierde la esperanza de verlos un segundo en el mismo plano alguna vez.

Dedicado a las/ los revolucionarios y luchadores, recuerden que la Resistance siempre vivirá

Finalizado el 12 de abril de 2015- Publicado el 15 de agosto de 2016

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Se nubla tu vista hasta dejarte en la oscuridad, dejas de ver, por un momento tus sentidos se agudizan para después desaparecer, sientes como si azotaran tu cabeza contra un muro de ladrillo pero al mismo tiempo no sientes nada, sientes el golpe seco retumbando dentro de tu cráneo pero no sientes nada, tal vez sea parte de tu imaginación, tal vez no; tu boca está cerrada, sabes que aunque la abras no saldrá sonido alguno de esta, ni siquiera tu puedes escuchar tus propios susurros, tus propios gritos, no puedes escuchar nada externo a tu mente, estás dentro de tus propios pensamientos, dentro de una "brumosa nube" que no te permite ver o pensar con claridad, no te permite hacer nada, no te permites hacer nada, y es que no haces ni el mínimo esfuerzo y no te importa que ni siquiera puedas sentir tu propia respiración, tratas de convencerte de que esto tal vez sea un sueño pero sabes que no lo es, tratas de pensar que lo último que viste antes de la oscuridad fue producto de tu imaginación pero sabes que no es así, la escena se repite una y otra vez dentro de tu cabeza, no es nítida, solo son sombras, pero aun así es muy clara para ti, maldices una y otra vez a esos bastardos y por un momento gritas dentro de tu propia mente haciendo que tus pensamientos se sacudan de manera violenta, tu grito hace eco dentro de tu cabeza, tu conciencia te dice algo pero el eco de tu grito lo opaca, no entiendes bien lo que te dice, pero pronto tu eco empieza a desaparecer y tu conciencia eleva la voz cada vez un poco más hasta que no queda nada de tu grito y solo se escucha el reclamo de tu conciencia gritándote -¡COBARDE!- ahora esto es lo que hace eco, y es que eso eres, un cobarde; te has enfrentado a muchas cosas, tanto solo como acompañado, has demostrado fuerza y valor, la gente te teme y te sigue, pero en este momento, justo en el momento que más fuerza necesitas es cuando te arrodillas ante el dolor y no intentas hacer nada.

El eco sigue haciéndote sentir cada vez peor, sientes como si tu mente se estuviera quebrando, como si se fuera a derrumbar, pero de repente para, todo queda en silencio, solo hay oscuridad y paz, pero eso solo logra alterarte más, porque has aprendido que después de la paz no hay nada bueno, porque la paz no existe, solo es una máscara que cubre el desastre, en un momento todo puede ser paz y al siguiente puedes estar a punto de morir, lo aprendiste a la mala y por eso o te queda duda de que el único momento de paz es la muerte.

Por un momento contemplas la posibilidad de estar muerto pero de inmediato lo descartas, tu no puedes morir, se lo prometiste, le prometiste morir de viejo junto a él, le prometiste que no morirías por culpa de alguien más que no fuera él o tú, se lo prometiste y tú no eres ese tipo de personas que rompe sus promesas; te das cuenta que no estás muerto solo te encuentras en la delgada línea entre la conciencia y la inconsciencia.

Y entonces vuelves a sentir tu respiración, es un poco dificultosa pero puedes sentir el aire entrando a tus pulmones, sientes como la sangre corre por tus venas, como tus músculos respiran, te tranquiliza saber que no has roto tu promesa, todavía no; pero entonces piensas en él, en su sonrisa y en lo último que viste antes de que todo se volviera negro, -Gregory- susurras, recuerdas que no sentiste nada pero te das cuenta de que lo que te cegó, lo que te hizo caer fue el dolor, notas que sientes la sangre correr pero no sientes a tu corazón bombeándola, no sientes su latidos, solo sientes un hueco en el pecho, como si te hubieran arrancado el corazón; tratas de pensar que solo fue una alucinación, que el tabaco ya está haciendo tal daño que afecta tu imaginación, pero el ardor en tu pecho rompe tu pequeña teoría.