¿Sabes...? No sé qué has hecho
en las ochenta y seis mil millones de neuronas
que habitan mi cerebro.
Qué les has hecho
a cada uno de mis somas, de mis dentritas,
de mis minúsculos axones.
Cómo has conseguido
mandar esos mensajes electroquímicos
para que mis neuronas sólo quieran
devorarte...
Dime cómo haces
que mi sinapsis
sólo esté pensando en tus huesos,
en tu cuerpo,
en la forma de moverte
mientras me miras encima de mí.
Porque sólo pienso en
besarte,
comerte,
morderte,
arañarte...
Y es entonces cuando penetro,
penetro en tus sentimientos,
tus ganas, tus locuras pasadas.
Y nos revolvemos,
nos revolvemos entre las sábanas de la vida,
entre los agarres de las uñas,
entre los sudores de la pasión.
Y tú gritas y yo cayo
y yo grito y tú contienes
lo que es incontenible ya entre nosotros.
Y sale,
sale todo,
las ansias, el afán,
el delirio, la lujuria...
Y entonces,
como dos almas destrozadas,
caemos en esas
aún más destrozadas sábanas
y miramos hacia el techo,
ese techo
que jamás podrá tapar
la pasión que existe
entre nosotros.
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La línea curva que lo endereza todo... tu sonrisa
RandomLa vida es una... Disfrútala. Vívela.
