Capítulo 41.

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P.O.V Ana.

Mi pequeño y extraño mundo se detuvo nuevamente. ¿Había escuchado bien? ¿Él en serio acababa de llamarme? Me quede muy sorprendida que él lo dijera ¿Cómo lo hizo? ¿Estaba alucinando? Mis pensamientos me estaban jugando una mala broma ¿Eso era? Si era así era una jodida y estúpida broma, de esas que no tienen ni una pizca de gracia. ¿Cómo puede ser verdad? Era mentira, si eso debería ser.

-¿Disculpa? -sorbí por la nariz, al momento que me alejaba de Kate.

-Ana.

El repitió nuevamente mi nombre, el chico rubio sabia mi nombre... definitivamente mis pensamientos no me estaban tratando de engañar, con voz temblorosa me atreví a preguntarle.

-¿Cómo es que sabes mi nombre?.

Sabía que Kate me había llamado cuando llegó pero en ese momento ella lo había dicho como un susurro que con suerte yo logré escuchar así que esa posibilidad estaba descartada. Mi miedo no aumento algo dentro de mi decía que no le temiera y esta vez le haría caso a ese instinto.

-Él te nombraba siempre -señaló con la barbilla a Christian pero no lo miro sus ojos estaban cerrados fuertemente que hasta una lágrima logró escapar de ellos. Le dolía, le dolía ver a Christian así de esa manera tan cruel, le dolía al igual que mi, nos dolía tanto que era difícil de soportarlo.

-¿Eras un amigo? -mi labio inferior comenzó a temblar.

Él sonrió, pero era una de esas sonrisas que no llegan jamás a los ojos y suspiro pesadamente- Mejor que eso -se detuvo- su hermano y no lo era -levanto su cara para mirar al techo pero sus ojos seguían cerrados, después de un momento los abrió y me miró fijamente, en sus ojos se reflejaba todo el dolor que estaba pasando en su interior pero como todo buen mentiroso que se veía que era lo ocultaba demasiado bien, ojalá yo también fuera así pensé- lo sigo siendo y seguirá así aunque él se encuentre en la otra vida.

Él no había notado el dolor que me hicieron pasar sus palabras pero por dentro me estaban destruyendo, no me podía hacer a la idea de que mi Christian estuviera fuera de nuestras vidas, jamás lo voy a aceptar.

-¡LA POLICIA VIENE EN CAMINO! -gritó un chico que estaba entre la multitud.

Todos estaban demasiado preocupados que corrían sin parar y llevándose a más personas de encuentro. Unos corrían hacia la entrada que estaba totalmente atascada de personas que querían pasar primero pero todos pensaban lo mismo. Otros corrían por los pasillos buscando alguna otra salida. Otros rompieron las escasas ventanas que estaban al rededor. Todos y cada uno de los que estaban aquí en este lugar buscaban la manera de no ser atrapados por la policia, todos buscaban el aire fresco de la noche la cual se convirtió aún más y más fresca para mí puesto que Christian ya no estaba.

-¡Tenemos que salir de aquí! -gritó Adam, tomando a Kate de su codo.

Ellos también se encontraban demasiado preocupados por salir, pero yo no. Me quede arrodillada frente al cuerpo de Christian, mirarlo era doloroso porque mi mente empezó a recordar cada momento que pase con él. No me quería separar de su cuerpo, no quería dejarlo ya que tengo miedo de que una vez que ya no lo pueda ver más todos los recuerdos se esfumen y no quede absolutamente nada -cerré mis ojos- pensando que él estaba aquí a mi lado pero esta vez respirando.

-¿Así se siente amar a una persona? -preguntó Christian.

Lo mire a los ojos-¿Así cómo?.

-Así que esa persona a la que tanto amas te haga ver que ya no hay más personas en el mundo solamente ella. Qué cada vez que la mires tu respiración se quede corta y tu corazón latiendo tan fuerte. Que cada vez que se miren uno al otro solo existen ellos dos no hay nadie más solo ellos -dijo.

Le sonreí tiernamente-¿Has sentido eso con alguien?.

Christian asintió- La que me hace sentir eso día a día desde que la conocí está justamente parada enfrente de mi, con sus mejillas enrojecidas.

-¿Te digo un secreto? -el asintió nuevamente- Yo siento lo mismo cada vez que te miro, eres lo mejor que me ha pasado en la vida de eso no tengo duda.

-Y tú eres lo mejor que mi vida propia.

-No quiero que esto jamás se terminé -mis temores salieron a flote.

Él me besó la frente con mucho cariño- Jamás se terminará amor, jamás -repitió.

Alguien me tomó por la cintura haciendo que me levantará, mire hacía la persona que lo estaba haciendo y me encontré con Adam.

-¿Qué haces? -le pregunte.

-Tenemos que irnos cariño.

-¡No pienso dejarlo aquí!.

Adam hizo un esfuerzo tremendo para mantenerse calmado- Ana la policia está apunto de llegar y si nos ven aquí nos podrán acusar de homicidio ya que somos los únicos aquí -mire a nuestro al rededor y como Adam dijo solo nosotros cinco nos encontrábamos aquí.

-¿Qué hay de Christian? -¿Qué pasará con su cuerpo?.

-Elliot se lo llevará en su carro, está claro que no podrá sólo tendré que ayudarlo a cargarlo y para eso necesito que tú y Kate salgan por la puerta trasera y se vayan en la camioneta yo las veré en casa ¿De acuerdo?.

No me veía capaz de contestarle ¿Qué haríamos con Christian una vez afuera?.

-¿Qué pasará con su cuerpo? ¿Qué haremos con él?.

-Ya veremos una vez que salgamos de aquí, solo has lo que te pido Ana, por favor -rogó.

-No lo dejaré aquí -le advertí.

-¡NO LO DEJAREMOS AQUÍ ENTIENDE! ¡SACAREMOS SU CUERPO Y LO LLEVAREMOS AL AUTO DE ELLIOT! -gritó Adam haciendo que las venas de su cuello saltarán y me diera aún más escalofríos.

-¿Quién es Elliot? -me atreví a preguntar.

-Soy yo -dijo el chico rubio- Ana te prometo que lo sacaremos de aquí pero primero tienes que salir tú -me dio una mirada suplicante.

Tenía que obedecerlos aunque me fuera difícil dejar el cuerpo de Christian aquí, pero si quería que su plan funcionará tenía que poner de mi parte y no hacer las cosas tan difíciles -tome un largo suspiro- tengo que hacerlo.

Me dirigí hasta donde estaba Elliot y le dije- Sólo sácalo de aquí, no lo dejes sólo.

-Lo prometo -me miró y supe en su mirada que estaba hablando muy en serio.

Kate me tomo del brazo y me condujo a una de las puertas que se suponía que era donde salían los peleadores, una vez que entramos ahí todo se volvió más complicado eran dos caminos y estaba oscuro con dificultad se podía ver pero muy poco. Kate tomó el camino de la derecha y corrimos buscando alguna puerta que nos pudiera dar la salida, encontramos una pero para nuestra mala suerte esta estaba atrancada, volvimos a correr pero yo tropecé con alguna roca.

-Vamos Ana, arriba tenemos que correr -dijo Kate en el momento que me ayudaba a ponerme en pie.

No se lo había dicho a Kate pero la oscuridad me aterraba, tal vez no lo hacía antes pero no logro recordar con exactitud, tomamos otro camino que no supe bien cuál era ya que parecía un jodido laberinto, no podía caminar más estaba cansada, pero tenía que salir de aquí, me faltaba el aire. Kate golpeaba una y otra vez una puerta forzándola a abrirse,  y lo logró.

Ambas salimos sin dificultad.

Mi Vida Junto A Ti.Where stories live. Discover now