Capítulo 17

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Stiles llegó a su casa embarrado por completo justo cuando su padre salía de la cocina con un café. El sheriff se le quedó mirando con una ceja alzada y Stiles sonrió como un niño pequeño, lleno de tierra hasta las cejas, con algún que otro jirón en la camiseta y las rodillas de los pantalones raspadas.

-He jugado a rugby.

-¿A rugby?

-Derek me ha enseñado... ¡¡ES GENIAL!! -dijo saltando en su sitio como si de verdad fuera un infante.

-¡Ah, Derek! -dijo sonriendo de medio lado y asintiendo, mientras iba al sofá -Cierto... jugó a rugby en la universidad, ¿no?

-¡Sí! Lo que me recuerda... ¿cómo se siente al ser el jefe de tu yerno? -dijo Stiles siguiendo a su padre, que le miró y rió por lo bajo.

-Veo que por fin lo ha contado. -dijo asintiendo. -Bien... se siente muy bien... porque cada vez que llegues tarde por estar con él, no solo te podré castigar a ti, sino también a él. ¿Quién sabe? Papeleo, multas de tráfico, hacer documentos de identidad... algo que le mate de aburrimiento.

-Sabía que habías pensado en algo así... -rió el hijo tumbándose en el sofá, pero su padre lo empujó de una patada. -¡EH! ¿Por qué...?

-Estás hecho un asco. Primero dúchate. -dijo señalándole por completo.

-Sí... -dijo levantándose del suelo y yendo a las escaleras. -¡Ah! Por cierto... hoy no ceno en casa.

-¿Y eso? -preguntó el padre frunciendo el ceño. -Sabes que te prohíbo dormir en casa de Derek.

-Lo sé, lo sé. La manada entera cenaremos en casa de Lydia y luego iremos a algún pub a celebrar el fin del verano y el comienzo de la tortura diaria que supone el instituto. Lo he bautizado como "el Entierro de la ilusión".

-¿Y piensas llegar muy tarde?

-Pensaba dormir en casa de Scott.

-Mientes.

-Vaaaale. Pensé en dormir en casa de Derek. -dijo Stiles, resignado.

-No.

-¡Pero papá!

-He dicho que no.

-¿Eres consciente de que lo que quieres evitar que haga con Derek podría hacerlo donde y cuando me viniera en gana?

-¿Cómo dices? -advirtió el padre inflando las aletas de la nariz, como cuando se empezaba enfadar.

-Vamos, papá... me conoces.

-Precisamente. -dijo terminándose el café. -Dúchate que estas poniendo perdida la casa.

-Pero...

-Dúchate.

Stiles suspiró y subió las escalera en dirección a la ducha, murmurando como cualquier adolescente murmuraría contra la "dictadura" a la que su padre le tenía sometido. Cuando llegó al baño, se desvistió y puso el agua en el lado más caliente.

Como solía pasarle, la "ducha de 5 minutos" ya se había convertido en una "ducha de media hora". En ese tiempo había hecho ya su sesión de playback con el bote de champú, había bailoteado en la ducha bajo el chorro de agua caliente que se deslizaba por todo su cuerpo, relajando cada uno de sus músculos... Pero cuando ya había pasado más tiempo de la cuenta, en opinión del sheriff, éste decidió cortar el agua caliente.

-¡¡¡¡YAYYYYYYYY!!!! -gritó el adolescente saliendo de la ducha. O intentándolo, pues se había llevado por delante la mampara, había resbalado y se había partido el labio contra el lavamanos para después quedar estampado contra el suelo, como una rana que se ha caído de un sexto.

Yaguareté·Abà IIWhere stories live. Discover now