¿Introducción?

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Naruto caminó a la par de Sakura, el pasillo parecía infinito, en frente podía ver la espalda de Sasuke, moviéndose lentamente con un ritmo que no supo interpretar ese símbolo Uchiha estampado en la camisa azul. Adelante, Kakashi, Tsunade y la eterna amiga de esta, Shizune.

Cada paso que daba lo ponía mas nervioso. Miro a su lado y la pobre chica estaba peor que él. ¿Cómo estaría Sasuke? No parecía temblar, sus manos, como siempre, escondidas en los bolsillos del pantalón. Se rascó la cabeza por el estrés abriendo aquella herida escondida entre el cabello; sus uñas se mancharon de sangre molida pero prefirió no decir nada.

-Recuerden... yo hablo, ustedes se callan. –les indicó la Hokage una vez que llegaron frente a una gran puerta.

-Si, lady Tsunade. –pronunció Sakura sin mirar a nadie mas a la cara. Naruto sintió un extraño rechazo de su parte, algo nuevo. ¿Estaba enojada con él? Porque parecía alejarse de su presencia.

Kakashi carraspeó y abrió la puerta con un simple empujón, el rubio sintió que estaba entrando al purgatorio. Sus pasos, de repente, tenían un eco enorme. El lugar era pequeño pero muy frio y no tardó en ubicar a cada uno de los ancianos sentados en el tribunal. Mientras avanzaban al centro, Sasuke rozó sus brazos, iba a pensar que fue un error pero, como siempre, tenía que verlo a los ojos. Descubrió que le mandaba una señal, siguió la mirada hasta toparse con uno de aquellos, se veía enfermo. Se giró de nuevo hacia Sasuke para preguntarle qué diablos traía con aquel anciano pero una de ellos empezó a hablar.

-Tsunade, la audiencia era para ellos nada más.

-Si... es que venimos en representación. –Naruto se mordió la boca para aguantarse las ganas de preguntar de una vez que hacían ahí.

-Nos enteramos en seguida gracias a la... fiestecita que armaron los de la aldea vecina. –su mirada mandaba puro desprecio al rubio.

-¿Fiesta?

-¡Cállate, Naruto! –le regañó la de cabello rosa cerrando los ojos.

-Esa fiesta... esa fiesta fue... de parte de ellos para despedirse por la misión cumplida.

-¡No trate de ofender nuestra inteligencia! –la interrumpió otro. Tsunade colocó la espalda recta, obviamente ofendida.

Sasuke suspiró molesto, Naruto supo interpretar su pujido pero no era el único que se sentía asi, hizo un puchero mientras se cruzaba de brazos. ¡Todo eso no era su culpa!

¿O sí?

El día anterior...

Misión: Proteger a esa niña. Sakura la había catalogado de berrinchuda y terca. Siempre quería tener lo que los demás traían, su forma de pedirlo era gritando y llorando, entonces llegaba "súper papi" y todo se lo compraba.

Naruto no supo manejar las cosas bien asi que se concentró en ser un buen guardia durante esos días en los que debían protegerle en ausencia de sus padres. ¿De quienes? ¡De nadie! Los padres estaban paranoicos o algo... pero dinero es dinero ¿no?

El problema llegó cuando Sasuke decidió hacer ese espectacular movimiento de cabello.

-¡Quiero que te cases conmigo!

-¡¿Qué has dicho?!

Sakura, prácticamente, estaba lista para matarla pero Naruto tuvo una idea "brillante" al ver que sus berrinches no se detenían y para agregarle, la querida niña amenazó con matarse.

-Niña, no se puede casar contigo.

-¡¿Por qué no?!

-Porque... porque... ¿Por qué no, ttebayo? –miró a sus compañeros. Sasuke solo se cruzo de brazos con total descaro.

¡Casados!Where stories live. Discover now