La verdad

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­­­­­­­­­­­­­­La verdad

—Me duele mucho, mami— se queja

Las lágrimas que estaba conteniendo en mi interior, caen precipitadamente por mis mejillas, empapando mi rostro entero. No sabía que hacer, estaba en un completo estado de Shock... ¿Debo llamar a alguien? ¿Esto es normal?

—Hija, respira, bebé—le dice Leila con calma mientras le acaricia el cabello.

Ally la obedece, y trata de hacer lo que le ha dicho su madre, pero el hipo y sus sollozos se lo impiden.

—No puedo mami, me siento mal—se queja nuevamente moviendo su cabeza de un lado para el otro.

Leila cierra los ojos, como aguantando las lágrimas y luego su vista se posa en mí.

—Por favor, ayúdenme a llevarla a urgencias—pide ella mientras unas lágrimas traicioneras escapan de sus ojos castaños

En ese momento me doy cuenta de que no estamos solas, y no se en qué momento llegaron los enfermeros con una camilla para Alice, pero a ellos parece no asombrarles la escena.

Cargan a Ally en la camilla, y a un paso rápido salen de allí dejando a Leila atrás quien se detuvo a llorar a gusto un momento.

Seco mis lágrimas y corro hacia ella, y sin que ella se diera cuenta, como si mis brazos tuvieran vida propia le rodeo con ellos, y le doy un gran abrazo.

—De verdad lo lamento, Leila—digo en un susurro ronco, a causa de mis lágrimas quienes vuelven a correr como raudales en mis mejillas.

Pensé que ella me apartaría, pero creo que en verdad necesitaba ese abrazo, para transmitirle fortaleza... Que sepa que hay una joven que se ha enamorado de su hija con solo verla dos veces. Que hay alguien que espera que todo le salga bien.

—Dios—gime ella antes de echarse a llorar en mis hombros.

Me limito a llorar con ella, y en ese momento no sé que ocurrió, pero ella se aferró a mí como si fuera hiedra... Y me plantó un beso en mis cabellos. Fue como si no quisiera soltarme, significaba algo importante.

—Eleanor, querida...—murmura

Su extraña expresión despertó mi curiosidad, pero no le iba a decir nada en estos momentos, Alice era lo más importante y ella estaba aquí conmigo mientras que ella le necesitaba.

—Ve con Ally, te necesita—solloce

Ella me suelta, como si recién se hubiese dado cuenta de aquello, y volvió a besar mis cabellos antes de correr hacia donde se habían llevado a Alice.

Quede sola, en un cuarto que empezaba a quedarse en penumbras por que la noche estaba cayendo. No podía procesar todo lo que acababa de ocurrir. Lo único que seguía plantado en mi mente era esa imagen tan horrible de Alice vulnerable, débil y pálida. No podía creerlo.

Sin más me eché al suelo a llorar, porque me sentía impotente...Porque no sabía como ayudar a aquella niña tan viva que estaba cayendo en las redes de la muerte de aquella manera.

Sollocé audiblemente aprovechando la soledad y el silencio, y llené el pasillo con mis hipos... Me sentía una jodida cabrona, yo vivo quejándome de que mis padres no me quieren, de que todos me ocultan cosas; pero me he dado cuenta de que eso no importa tanto, de que lo que tengo es mucho más valioso.

La vida, y mi familia. Esa misma a la que no supe valorar desde un principio, ellos son mi único tesoro... ¿Para qué aferrarme a algo que nunca fue mío? Algo como el cariño de Christian o el amparo de Anastasia.

The Origin: El origen de Eleanor GreyWhere stories live. Discover now