Capítulo 1: Pequeños aprietos

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Los soles estaban altos otra vez, y la vida en las calles de Mos Eisley había vuelto a encenderse como fuego. Me paseaba por corredores oscuros y calles solitarias, pues no quería compañía. Que era pues, si no más que un fantasma del pasado. Ya se había corrido el rumor hace un año de que seguía vivo. Y en efecto lo estaba. Que buena paliza le di a ese monstruo cuando logre salir de su garganta.

Debía ser precavido, pues mientras avanzaba por una de las calles y me perdía en un mar de personas desconocidas, pensaba que si alguien reconociera mi armadura, probablemente dejaría de ser un mito. Es raro saber que todos te creen muerto y aún estás respirando y con las botas llenas de arena de este maldito planeta.

Pero aun no podía partir. Faltaba algo por hacer

Gire repentinamente en una esquina y me escondí en un callejón sin salida. Saque el cubo brilloso de mi mochila, y lo apreté fuertemente con toda mi mano. Un holograma salió disparado desde el centro del artefacto, y se proyectó en todo el suelo del callejón como una maqueta a escala. Era un mapa, el destino no estaba lejos.

Entrecerré los ojos para observar el paradero que me esperaba, aquélla estructura de piedra sobre una montaña me parecía familiar, y en efecto lo era...

Repentinamente el holograma se cerró, y cogí el blaster lo más rápido que pude, pues esas tecnologías solo se desactivan cuando alguien entra en su zona de visión. Fabricados por delincuentes para delincuentes.

Vi unas sombras acercarse por el callejón y retrocedí hasta el muro detrás de mí.

Valla valla, que tenemos aquí- Dijo una de las siluetas


Y una vez cerca, los soles iluminaron sus caras.

Dos bandidos zabrak de pieles rojas como el fuego.

Qué tienes ahí compañero? No seas egoista, muéstranos. Dijo el otro apuntando con un arma.


No había tiempo para hablar, cargue mi EE-3 y apunte hacia sus cabezas.

Cayeron como moscas. No eran un obstáculo para mi.

Pero ya saliendo del callejón otras figuras me interceptaron desde el otro lado. Eran más numerosas, y veía como se acercaban corriendo directo hacia mi.

Alto criminal! Gritaron y cuando la luz los reveló, retrocedí.


La guardia de Mos Eisley. Demonios, eran docenas y me tenían acorralado en el callejón.

Escuche un disparo y un tiro rozó mi hombrera izquierda. Reaccione rápidamente y active mi jetpack sin pensarlo dos veces. No les sería tan fácil atraparme.

Aterricé en el tejado de una tienda de la calle principal, y empeze a correr de techo en techo, mientras rezaba que la lluvia de lasers rojos no interceptara con mi cuerpo.

Disparé mis balas con precisión y lanze un proyectil a un par de guardias que intentaban escalar hasta donde estaba.

Pero cuando menos lo esperaba, tropecé.

Quedé tendido en el suelo dolorido de la caída.

Los guardias habían ocupado ambos lados de la calle y se acercaban lentamente apuntandome.

Era el fin pensé. No para mi... Para ellos!!

Y apretando el interruptor de mi muñeca dos grandes explosiones estallaron a ambos lados de la calle, la gente se echó a correr a gritos dejándola vacía y el peligro cesó.

Bum! Espagueti de guardias. Tuviste que haber visto sus caras. Ninguno notó las minas térmicas que deje en el suelo mientras escapaba de sus malas punterías.

Siempre hay un az bajo la manga.

No se juega con Fett...


Negocios Peligosos: Boba FettWhere stories live. Discover now