O c h o

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Dos semanas.

Dos semanas sin él.

Dos semanas sufriendo.

Dos semanas sin salir de la cama.

Dos semanas sin salir de mi habitación.

Dos semanas sin salir de mi apartamento.

Las marcas en mi cuerpo ya se han borrado por completo, las del cuerpo, pero no las de mi corazón, esas siguen intactas como si el tiempo no pasara.

Cada día recibo un ramo de flores en mi apartamento, haciendo que sea más difícil olvidarme de él. Cada ramo viene con una tarjeta diferente, todos los días también llegaba una llamada que yo nunca contestaba.

Ésta había sido la tarjeta de ayer:

" Te amo Zoe, por favor perdóname, nunca fue mi intención hacerte daño y nunca lo será. Por favor, vuelve conmigo, te extraño.

El dolor que hay en mi corazón sólo tú lo puedes curar, el vacío que tengo dentro sólo tú lo puedes saciar."

Te amo Zoe.

-Alexsey Vólkov.

Y ésta es la de hoy:

"Lo que hice no tiene perdón de Dios, y lo entiendo; pero por favor vuelve conmigo, necesito de tu olor entre mis sábanas, tu cuerpo contra el mío, tus labios bailando junto a los míos, tus brazos rodeando mi cintura".

Te amo, Zoe.

-Alexsey Vólkov

Ésta había sido la nota del ramo de rosas azules que había llegado hoy. La dejé junto a las otras y puse las flores en un basurero.

Conecté el Mac de la televisión y puse la franquicia de las películas Rápido y furioso, tomé el bould de palomitas y volví a tumbarme en mi cama.


-Dos semanas más, y estaremos viendo a Daddy Yankee en concierto. -Suena muy emocionada April desde el celular.

-Sí, ya quiero que sea ese día. -Mi voz no sonó tan emotiva como quería.

- ¿Qué te pasa Zoe?- ¡Diablos!

-Nada, ¿por qué? -Hablé lo más calmada que pude.

- ¿Segura? -Preguntó como si ya supiera algo.

-Segurísima. -Mentí descaradamente a mi amiga.

-Guapa te dejo, Phil me está llamando para la última sesión. -Sí, es modelo. -Besos, Te amo.

-Yo igual. -colgué el celular.

Me levanté, y me duché, me puse unos vaqueros, una camiseta de cuello V Blanca, una chaqueta de cuero y mis converse negras. Es hora de darme mi buena borrachera.

Tomé espagueti, vino, todo para hacer una salsa para los espagueti, harina de panqueques, dos tarros de nutella, Tequila, whisky y un par de cervezas.

- ¿Cuánto es?

-Doscientos veinte. -Le extendí mi tarjeta de crédito junto a mi identificación, para ella luego devolvérmelas.

-Gracias.

Tomé las bolsas con lo que había comprado para salir hacia a fuera hasta mi auto. Primera vez en dos semanas que había salido de mi cueva, de mi nido, de mi departamento.

Dejé el auto en el estacionamiento y subí las bolsas hasta mi departamento, las dejé en la mesa y me puse a preparar algo nutritivo para comer, ya que estas dos semanas me la pasé comiendo del delivery.

Dejé la pasta hervir y me serví una copa de vino, el principio de muchas. El sonido de un mensaje en mi teléfono llamo mi atención, suspiré al ver el número de Alexsey en él, pero éste mensaje no es como los demás, éste es distinto.

No lo hagas, no te emborraches nena, odio ver que sufres, odio que yo sea el causante de tu sufrimiento, pero no lo hagas, te lo ruego.

-Alexsey.

¿Cómo? ¿Me está espiando?

-Lamento informarte que sí lo haré, querido. -Susurré mientras dejaba el celular en la mesita.

Encendí el estéreo con un CD de reggaetón, esta vez dejando sonar a Nicki Jam y a Kevin Roldán en Una noche más.

Sólo eso necesito, una noche más, una última noche pero en diferente situación, sólo quiero una noche más y olvidarme de él y del dolor que aún sigue en mi corazón.

Mr. VólkovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora