Alec Vulturi ¿enamorado?

Capítulo 22: Sorpresas

Alec, el "renegado":

- Puaj... no creí que las ardillas tuvieran un sabor tan repugnante... es peor que beber de un ebrio...
Jane miraba a Demetri con los ojos entrecerrados.
Él se encogió de hombros en respuesta.
- Es lo que hay- murmuré secamente.
La verdad, no estaba de buen humor.
Y la culpa la tenía ese maldito perro pulguiento.
El solo hecho de verlo me daba ganas de golpearle...
- Alec, si te digo esto no es porque sea un mal amigo, pero las cosas claras, ¿si? Estamos en esta situación debido a tu... relación con Emma- Dem torció la boca, medio arrepintiéndose de haber dicho eso.
Suspiré.
- Puedes volver a Italia cuando quieras, Demetri. Ve a rogarle a Aro.
Les di la espalda y caminé hacia la entrada del bosque.
Podía percibir los grandes ojos de Jane clavándose en mi nuca como cuchillos.
No me importó.
Era mejor salir a respirar un poco antes de empezar a desquitarme con ellos.
Cuando estuve lo bastante lejos, saqué el móvil y le marqué a Emma.
Aguardé unos segundos.
No contestó.
Colgué y lo intenté una vez más.
Ella contestó justo antes de que me mandaran al buzón de voz.
"Uhm... hola, Alec"- su tono fue extrañamente distante.
Me recordó a cuando no le caía bien... a cuando me odiaba.
"¿Estás bien, cariño?"-susurré dulcemente.
Oí un profundo suspiro al otro lado de la línea.
"Sí... bueno, en realidad, no. No estoy bien. Casi me descubren, casi nos descubren..."- ella hablaba muy bajito, como si estuviera contándome un secreto.
Pero su deseperación y ansiedad no me pasaron desapercibidas.
"¿Descubrirnos? Hablas de tus..."
"Mis padres- completó ella- ellos... mis tías. Mi familia completa estuvo a punto de descubrirnos. Garrett me vio hablando contigo. Les dijo a mis padres. Y ellos... ¡maldición!, revisaron mi teléfono. Leyeron tus mensajes. Bueno, un mensaje. El largo y muy cursi. Yo los encontré. Me asusté, Alec. Cuando me miraron tan serios, creí que lo sabían. Pero no. Solo les molestó que no les hubiese contado que tenía... un amigo..."
Dejé escapar un suspiro de alivio.
Recién en ese momento, me percaté de la última palabra que dijo.
Amigo.
No novio, solamente un amigo.
Estuve a punto de preguntarle sobre ello.
Y, demasiado tarde- otra vez- , caí en la cuenta que no era mi novia.
No se lo había pedido aún.
" ¿Hola? ¿sigues ahí?"
La voz suave de Emma me hizo volver a la realidad.
"Em... yo te quiero..."- comencé, sintiendo que la voz me temblaría en cualquier momento.
Era una extraña sensación.
Extraña y... agradable.
Me sentía nervioso, pero feliz.
Si bien ella no podía verme, la sonrisa permaneció fija en mis labios.
" Yo más"- dijo, riendo.
También reí.
"¿Más de lo que yo te quiero a ti? Eso es imposible..."
"Lo digo en serio"- sonreí ampliamente ante su tono de puchero.
" Em... yo... eh... pues... quería hacerte una pregunta..."- hubo un silencio incómodo.
Me aclaré la garganta antes de continuar.
" Tú... Emma... ¿aceptarías ser mi...?"
"Sí"- ella me cortó con una voz muy alegre.
"¿Eh?"
" Que si acepto ser tu novia, Alec..."
Tuve el impulso de murmurar un muy breve y primer Te amo, sin embargo, algo más llamó mi atención.
"Cariño... pero yo no... ¿cómo supiste? No estarás aquí en el bosque espiándome secretamente..."
La oí suspirar.
" Pues... no estaba del todo segura hasta que... la verdad, me lo acabas de confirmar..."
Oh... ¿por qué tenía que ser tan malditamente adorable?...
¡Al demonio!, ella lo ha provocado.
Ella ha causado que diga esto...
"Te amo, Emma... yo... siento que te amo demasiado... ¡ya, lo dije! No puedo seguir ocultando todo lo que siento por ti... eres increíblemente tierna y... te has ganado mi corazón sin hacer el más mínimo esfuerzo... te amo, te amo, te amo... creo que nunca me cansaré de decirlo..."
Las palabras me salieron en un torrente.
Me sentía aliviado y feliz de haberle dicho todo.
Oí una risa ahogada y luego, unos muy débiles sollozos femeninos.
"Emma... ¿qué pasa?"- pregunté, preocupado.
"Pasa que me haces muy feliz. Te amo, Alec. Por siempre y para siempre"