Parte 10

1K 90 14
                                    

Sherlock y John llegaron a primera hora a la comisaría para presenciar la interrogación del Camaleón. Todavía tenían que averiguar cuantas personas estaban involucradas en esta red. Eran prácticamente una telaraña de criminales, todos entrelazados con el mismo modus operandi, el disfrazarse para matar.
La interrogación ya había comenzado pero no se perdieron de mucho. Cuando llegaron el acusado estaba sospechosamente tranquilo.

- Podemos cerrar un trato si nos ayuda delatando a sus compañeros...- Lestrade negociaba inútilmente. El camaleón no hacía mas que mirarlo con los ojos inexpresivos, inmutado.

- Tengo que entrar- Le dijo Sherlock a John. Antes de que el otro pudiera detenerlo, le apretó la mano por un instante y luego entró a la sala de interrogación.

Al entrar el criminal le sonrió con malicia; parecía complacido de ver al detective.

- Señor Holmes!- Dijo.

- Sherlock, que necesitas?- preguntó Lestrade, sin conseguir respuesta, pues el recién llegado no le contestó.

Caminó hasta la silla contigua a la de su viejo amigo y se sentó, posando sus codos en la mesa y sus labios en sus dedos. Miró al criminal a los ojos sin inmutarse.

Todo estaba claro. El Camaleón no era una, sino cientos de personas cumpliendo diferentes crímenes con el financiamiento de un hombre misterioso que se hacía llamar "Moriarty".

Lestrade estaba haciendo todas las preguntas equivocadas. No había que preguntar cuántos eran, ni como realizaban los actos. La pregunta correcta era mucho más simple, quizás tanto que parecería estúpido preguntarla.

- ¿Por que?- Preguntó.

El criminal pareció verdaderamente complacido.

-Al fin hacen las preguntas correctas.

Ninguno de los integrantes del grupo tenía ningún objetivo en particular. Todos eran actores, ex militares, gente de negocios. Nadie tenía nada en común, excepto que todos trabajaban por dinero. Moriarty se encargaba de enviarles una carta con la conformación del objetivo. Eso es todo lo que alguna vez se comunicaron.

- No voy a revelar nada de nuestros actos señores; mis compañeros tampoco. Cualquier castigo suyo será una caricia al lado de lo que Moriarty nos haría.

Así fue como concluyó la historia del Camaleón, pero sus activistas seguían sueltos. Se avisó a las autoridades de mantenerse alerta pero Sherlock y John sabían que no sería la última vez que se cruzarían con Moriarty.

Cuando llegaron al departamento la pareja cenó tranquila en la cocina. Bueno... al menos John cenó. A pesar de todas las protestas, Sherlock no toco un bocado; estaba demasiado tenso por el caso.

Cuando esté se quedó quieto, el doctor fue por detrás y lo abrazó. A pesar de ser mucho más abajo pudo posarse cómodamente con la cara enterrada en su espalda.

- Vamos Sherlock, este caso fue difícil pero ya lo resolvimos, esta hecho.- comenzó a elevar la mano hasta tocar los pantalones del detective. Este exhaló - Aunque si sigues tenso, se me ocurre una manera para desquitarnos...

Se dirigieron a la habitación mas cercana lo más rápido que pudieron.

Hola! Aquí dejo otra parte del fanfiction. Como siempre, diganme si les gusta, si tienen alguna crítica, o alguna sugerencia para la historia!

Defectos quimicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora