Termonuchleosoidina

Litio.

-Si mi amor...-Dije resoplando.

Me tumbo en la cama y me pongo a pensar en la cantidad de años que hace que esta enfermedad llevaba fastidiandonos y nosotros en un intento frustrado, intentando encontrar una cura en vano para no conseguir más que perder el tiempo como si en medio de un océano nos encontráramos y nosotros estuviéramos nadando en una dirección sin pensar que posiblemente este sea el fin de la humanidad tal y como la conocíamos, la extinción de nuestra especie longeva y que por lo tanto solo sobreviva esta nueva generación tan veloz en reproducirse. Seguramente este sea el fin, pero está claro que no nos rendiremos, ¿qué es la vida si no podemos vivir tranquilamente durante unas cuantas décadas? Supongo que si un árbol centenario pudiera hablar preguntaría lo mismo y le parecería que nuestras existencia no es más que una pequeña huella en el trascurso del tiempo, en cualquier caso estamos jodidos, y hasta que la muerte no nos lleve, seguiremos luchando por sobrevivir, igual que cuando conocí a ella, a Trece, era una chica con el pelo alborotado más bien timida y nunca me habría podido imaginar que sobreviviera junto a mi. A ella le conozco desde mucho antes que pasara esto, vivía casualmente en la misma calle que yo y muchas veces habían coincido nuestros grupos de amigos, así que eso fomento nuestra actual relación, pero de eso ya hace mucho, veintidós años para ser exactos, veintidós años de los cuales tres pasé dando vueltas por zonas inhóspitas conociendo a personas y viendo como caían por la enfermedad. Por aquel entonces encontré a Timmy bajo un árbol estaba desnutrido y a punto de perecer, pero decidió seguirme y sin quererlo estrechamos un vinculo ambos que aún a día de hoy es difícil de olvidar.
Creo que la parte más difícil de todo el recorrido no fue sobrevivir a bandidos y a todo tipo de malnacidos que sobrevivirían a toda costa, suerte que donde vivía y las zonas que frecuente no era algo usual el uso de armas de fuego, esto último facilito mucho las cosas, pero bueno, a lo que iba, lo más difícil del recorrido fue aquel tiempo en barca que pasamos timmy y yo con una simple brújula casera que constaba de un tapón, un metal y un recipiente de agua, para conseguir llegar a una pequeña isla donde se encuentra actualmente este complejo. Ahí encontré a ella y bueno, lo que pasa a continuación ya lo sabéis...
-¿A quien coño estoy hablando?- Dije en voz alta.
-¿Que?- Dijo Trece.
-Nada, que se me va la cabeza.- Dije mientras la abrazaba, y me imaginaba que es lo que le podría haber pasado a ella durante esos tres años que no había sabido de ella, es raro que después de tanto tiempo juntos nunca había salido el tema.
-Creo que me voy a ir a dormir.
-¿Tan pronto? Pero si son las nueve...- Dijo Trece dando a entender por el tono que no quería que me fuera tan pronto- Pues me acuesto yo también.-Se tumbó a mi lado y se quedó dormida abrazandome.