Capítulo 5

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Más que nada, desearía que no fuera junio.

En realidad, más que cualquier cosa desearía que la única persona de la cual se enamoró no hubiese follado a alguien más tres veces mientras Louis pasaba horas enteras sentado en casa con una pila de papeles de adopción a la espera de dar el paso definitivo al compromiso más importante de su vida con Harry, pero todo eso es incierto ahora.

Así que más que nada, desearía que fuera junio, debido a que dispone solamente de dos meses y una semana de las vacaciones de verano y por lo tanto no tiene caso siquiera intentar recuperar la compostura.

Todavía no ha muerto, lo cual es lamentable, porque despertar cada día es una gran decepción.

Alguien toca la puerta de su habitación y automáticamente se da la vuelta sobre su costado y finge estar dormido.

-Sé que estás despierto -dice suavemente su madre, Louis no puede verla, pero sabe que tiene una sonrisa en su rostro, frunce el ceño como si tuviera quince años y lo despertaran para ir a la escuela.

-No, no lo sabes -se queja, y la oye reír en voz baja antes de abrir la puerta.

Le frunce el ceño y por enésima vez en su vida, el pecho realmente le duele porque ella es tan, tan maravillosa.

Reunió las fuerzas suficientes para llamarla el octavo día. Ella ya lo sabía, por supuesto, sabía que algo andaba mal, porque Louis normalmente la llama cada dos días y Harry generalmente le envía textos a Lottie una vez por semana y regularmente le escribe: "Dale un saludo a tu mamá de mi parte." Se sentó en el balcón y fumó medio paquete de los cigarrillos de Zayn cuando finalmente se lo contó a ella, tuvo que enfocar su atención en un hueco en la silla de plástico que estaba frente a él.

Louis suele centrar mucho su atención en pequeñas cosas cuando le dice cosas así a las personas, porque lo hace sentir como si estuviese hablando con una grieta en la pared o a un pixel muerto en la tv, lo cual hace que sea circunstancialmente más fácil.

Casualmente, eso es una gran mentira, pero se dice a sí mismo cosas poéticas, como que todo esto particularmente es un mal sueño.

No le había pedido que lo visitara, porque ella tiene un trabajo y las gemelas aún se quedan en casa y si hay una persona con una vida estúpidamente ocupada que no necesita que su hijo de veintiséis años le pida que conduzca tres horas seguidas hacia el sur y se quede en el apartamento que recientemente compartió con su novio de hace siete años, probablemente sea ella. Nunca le pediría algo así a ella, y se siente tan mal, tanto que su propia auto indulgencia es suficiente como para llorar junto a ella por una hora un miércoles por la noche, cuando ella tiene bocas que alimentar y torres de ropa que lavar, repitiendo la misma rutina la mañana siguiente.

Cuando se había ofrecido a acompañarlo, él se negó rotundamente, antes de ser cortésmente informado que no tenía elección. Así que colgó el teléfono y echó a Zayn del apartamento, puso la llave de repuesto bajo la alfombra de la puerta y se fue a la cama hasta que ella llegara.

Este es el tercer día desde que ella tocó a su puerta para cuidarle y él le ama tanto que por un segundo se olvida que su vida ha acabado.

Entonces recuerda todo de nuevo, por lo que gira su rostro en la almohada e intenta no gritar mientras su madre abre las persianas. Ella hace un pequeño sonido, se acerca y se sienta en el borde de la cama y pone una mano sobre su pierna.

Ella no pregunta nada estúpido como: ¿Cómo estás? O ¿Te sientes mejor? Solo se sienta allí y espera a que hable.

-Tengo hambre -dice automáticamente. Y ella le da un apretón a su rodilla.

LIKE A BASTARD OH THE BURNING SEA || One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora