Parte 29

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Temeroso de la manera que mate al tributo del 11, de mi futuro a manos de los Vigilantes, del castigo pendiente de los habitantes de mi distrito y sabiendo que Clove, lo único  que quería tener en mi vida estaba fuera de mi alcance, solo me quedaba una salida. 

Me adentré al bosque después de que un aerodeslizador se llevo el cuerpo de mi ultima victima y me detuve cuando mis piernas no pudieron andar mas. Estaba hambriento, desesperado y paranoico las horas pasaron y aun no había noticias de la pareja del distrito doce, ni de la escabullidiza comadreja.. Tal vez ella terminaría ganando los juegos...

Las horas pasaron mientras me perdía entre mi conciencia, el mismo lugar que había habitado cuando asesine al tributo del 11, y un lugar tan dulce como cruel en el cual Clove habitaba junto a mi pero aun así su imagen siempre me recordaba de su muerte. Su pálida y delicada mano se acerca a mi rostro y yo voluntariamente me acerco a ella, puedo sentir la calidez de su piel, pero no es real, ella esta muerta. Escucho su voz susurrar mi nombre y hablamos de los pocos momentos felices que tuvimos en nuestro distrito, reímos y siento como la risa vibra en mi garganta pero también siento como su risa se cuela en mis oídos y hacen que mi corazón se acelere, pero nada de eso es cierto, Clove esta muerta. Vuelvo a la realidad cuando nuestras conversaciones inexistentes viran a hablar del futuro, ella me recuerda que no esta mas conmigo y que debo seguir adelante sin ella. Resurjo de mi paraíso, o de mi infierno aun no puedo decidirlo. 

El manto de la noche me sorprendió mientras permanecía perdido en el bosque y en la jungla de mi propia conciencia. Mientras entraba y salida de mi inconsciente me quedaba observando por eternos minutos la hoja de mi cuchillo, su filo llamaba de manera hipnótica toda mi atención. El cuchillo estaba tan afilado que no seria difícil desgarrarme mi propia garganta con un solo movimiento.

 Una brisa fresca hizo que me estremeciera y descartara mis pensamientos suicidas.  Frente a mi entre la hierba pude ver nuevamente sus ojos... 

-Estoy despierto, estoy despierto- repetí en mi mente 

Los ojos de Clove me miraban con la misma expresión de amor y de dulzura, atrayéndome a ella como un iman, me puse de pie y camine al menos unos diez pasos hasta que vislumbre en la oscuridad otros pares de ojos empezando a destellar.

-¿Clove?- pregunte tentativamente y recibí una respuesta en un leve gruñido y unos colmillos blancos destellando con la luz de las estrellas.

Empiezo a correr en dirección contraria, mutos, ese es el castigo de los vigilantes: Mutos con los ojos de la persona que mas amé en este mundo. La convirtieron en una especie de lobo, un animal que excede las dimensiones de cualquier otro animal, una mutación hecha con el propósito de torturarme y asesinarme. Ese es el plan de los vigilantes, yo no soy el ganador de los 74 Juegos del Hambre. 

En mi maratón dispuesto a salvar mi vida me encuentro con la pareja del distrito 12, pero no tengo tiempo para lidiar con ellos y de todas maneras mi única arma ha quedado perdida en algún lugar del bosque. La cornucopia no debe de quedar muy lejos, no creo que esas criaturas puedan llegar a esa altura. Subo a la Cornucopia con dificultad pero no estoy muy preocupado, gané bastante tiempo corriendo y ademas los mutos se podrán entretener un poco con el panadero y la cazadora. Me alejo de los bordes y me tumbo en el centro de la estructura que conforma la cornucopia intentando recuperar el aliento.

Veo que ambos llegan a salvo... No tiene sentido ¿Por que no dejaron que los mutos mataran a uno de ellos? Veo que la pierna pierde bastante sangre ¿Ese es el plan? ¿Que la cazadora gane? y ¿Que se supone que debo hacer? Morir mientras el amante muere desangrado por su enamorada. Ese no se suponía que era mi plan, Clove debería estar aquí, ella tendría que haber ganado, nada de esto tiene sentido. La ira me maneja nuevamente, no me aleja de la realidad por completo, pero aun asi se que es lo que quiero hacer: No les voy a dar la posibilidad de estar juntos, no ganaran estos juegos como una pareja, el panadero debe morir primero.  Tomo a Mellark por la cintura y lo alejo de la cazadora, le impido el movimiento manteniendolo ahogado con mi brazo alrededor de su cuello. 

-Disparame, y él se cae conmigo- le advierto a Everdeen en cuanto me apunta y retrocedo unos pasos cerca del borde- ¡Hazlo! Estoy muerto de todas maneras- digo pensando en los vigilantes, en mi distrito, en Clove...

Y en mi momento de distracción una flecha se entierra en mi mano y Mellark me empuja fuera de la cornucopia. Caigo de espalda al suelo y logro recuperarme rápidamente, peleo con mis propias manos con uno de los mutos heridos, seguramente por alguna de la flechas de Everdeen, pero es inútil,son demasiados el juego se ha acabado. 

Los mutos arrastran mi cuerpo abatido al interior de la cornucopia y empiezan a divertirse como un gato lo hace con un ratón que acaba de cazar. El muto con los ojos de Clove nunca se aparta de mi vista y rasga superficial pero dolorosamente trozos de mi piel ¿Cuanto mas planean torturarme? El dolor es incalculable, y no se aun cual es peor: ser destrozado en mil pedazos durante horas o ver los ojos de Clove llenos de furia frente a mi. En un momento veo el rostro de Everdeen asomarse sobre el bulto de mutos y yo y solo atino a suplicarle que acabe esto por mi.

-Por favor- muevo mis labios mientras me ahogo con mi propia sangre

La tributo del distrito doce apunta a mi cabeza pero antes de recibir mi destino miro los ojos del muto que personifica a Clove, pueden estar llenos de ira y de desprecio pero es lo ultimo que me queda de ella.

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⏰ Last updated: Jan 24, 2016 ⏰

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Los Trágicos Amantes del Distrito Dos: Cato y Clove (Reeditando)Where stories live. Discover now