XIII

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(23: 58 horas)

La joven princesa de apenas dieciséis, dejó escapar una lágrima al sentir como que el alma de su padre había abandona su ya débil cuerpo, sin embargo no soltó su mano, sentía que si hacía ese acto se sentiría finalmente la perdida que aún no sentía por completo.

Las hermanas menores, Lucia e Isabel lloraban mares de lágrimas mientras que la fiel esposa del fallecido sufría en silencio, fuerte por el bien de sus hijas.

Isabel tacho de insensible a la hermana mayor que nunca apareció, tacho de malvada y mala hija a su hermana mayor, Carmen.

La joven princesa pelirroja finamente se sintió preparada para sentir el vacío, soltó la mano de su fallecido padre y salió de la alcoba, mostrando todo menos el dolor que sentía.

13 de Febrero de 1576

(00: 19 horas.)

Amado padre, rey Edmundo.

Mi rey, padre, mí amado padre Edmundo. Hoy lo vi partir para siempre de este mundo terrenal y me duele como no se imagina, el tiempo que pasamos juntos fue fugaz pero memorable para mí.

Os extrañare como no tiene idea. El dolor resultó ser menor al que sufrí tras la partida de Catalina, mi madre, pero no por eso el amor que le profeso es menor. Supongo que se debe a la convivencia.

Amado padre, me quedaré y guardaré los maravillosos momentos y versos que compartimos en la comodidad y privacidad de vuestra alcoba, donde me habéis dicho lo mucho que me querías y yo lo mucho que correspondí el cariño dado. Recordaré vuestras historias de amor entre mi madre y vos, entre la reina y vos, entre vuestras amantes y vos... Jamás he de juzgar a un hombre por sus amores porque sería como rechazar mi propia existencia.

Amado padre, esta será mi segunda y última carta dirigida a vos. Os amo y ya os extraño.

Os deseo que en su próxima vida viva mil años, y que vuestra familia se vuelva a reunir con lazos de sangre.

Tu fiel súbdita, tu hija.

Padme.

La Reina Bastarda [Completa]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu