2. Te Encontrare Otra Vez

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Pasó un año, cuando la familia Palacios llego de Europa despues de la muerte de Eugenia, la esposa del gran Don Palacios. Desde su partir, sus dos hijos quedaron en el rumbo del destino oscuro y la mercericordia de su padre corrupto, el rey de la sombras.

Ariel y Cesar eran hijos del Don Palacios, un hombre muy poderoso y temido por toda Latino America. Ambos vivían en una guerra familiar por lo distintos que eran como hermanos. Aparte de los inconfundible rostros que lo distinguían como el agua y el aceite, sus metas en la vida llegaba mas lejos que la simple diferencia. Ariel con su ambición y egoísmo era el hijo preferido del Don Palacios, y el primero de seguir los pasos de su padre sin importarle hasta vender su alma al Diablo para llegar a su objetivo. Al contrario, su hermano Cesar detestaba las comodidades y riqueza en que nació, y sentía que vivía un infierno en carne propia. Su único sueno era escapar de las garras de su padre y empezar de nuevo, lejos de la mansion De la Sombras--una vida normal y común.

Después de la escena de anoche, Cesar juro que no iba aguantar mas para irse. El muy malévolo de su hermano casi le llena la cabeza de balas por una broma de mal gusto. La salvaje hermosa de anoche obviamente le callo peor que leche cortada y Ariel no era de esos quienes mostraban el otro cachete--al contrario, disfrutaba iniciar una venganza.

"Oye," punto Cesar hacia su hermano, bajando la escaleras espiral. Ahora la mansion se econtraba vacía sin los invitados y los contratados mayordomos recorriendo el castillo con flautas de crystal llena de champaña y aperitivos Franceses.

"Que sea la ultima vez que me pones en el medio de unas de tus bromas."

Sirviendo una copa de Scotch con hielo como acostumbraba cada mañana, Ariel solo respondió ha su hermano con una sonrisa indiferente y satisfecha.

Cesar llego al primer piso, "Me escuchaste?"

Ariel con toda la calma del mundo, tomó su trago antes de responder. "Ya, relajate. Estas vivo y coliando, no te me ablandes," dijo Ariel sin inquietud, dandole palmaditas al hombro de su hermano.

Cesar apreto los dientes. Su hermano nunca entrara en razón, y supo que lo de noche iba recurrir.

"Además, sabes muy bien lo que hace papá con los desconocidos que se infiltran en la fiesta Sombras."

Cesar guardó silencio. El tema le revolvía el estómago. Aunque lo negaba todo el tiempo, no era ciego ni bruto, los que cruzaban a su padre no vivían para contar el cuento.

Cesar despegó el sentimiento.

"Eran dos niñas...lo más seguro de un barrio pobre...a que le temias a las unas o a los tacones?" burló Cesar.

"Esas muñecas baratas podían ser agentes de la CIA idiota. Con razón papá no te quiere entrar al negocio, eres demasiado confiado." Ariel giro el hielo en el bazo antes de terminar su trago.

"Agentes?" Cesar se rio. "Eso es puro paranoia."

Con ojos esmeraldas de soñador, Cesar volvió al momento que se encontró a la niña malcriada.

"Esa mujer me robó la cordura," susurro Cesar perdido en el momento en que conoció a los ojos negros de un cuervo y exóticos de la joven.

Ariel con cara de disgusto, lo miro, "Siempre tuviste mal gusto en las mujeres brother."

El insulto de su hermano desapareció en el aire. El recuerdo de la mujer con la mirada de gitana lo llevaba a otro lugar.

"Esa mujer va ser mía, vas a ver," dijo Cesar, mirando fijamente a los ojos azules de su hermano.

"Y de muchos más." Brindó Ariel, levantando su vaso en el aire antes de tomarse otro trago.

Cesar despertó del sueño con el amargo comentario. Ahora miraba a su hermano con fastidio. Siempre con sus trajes prístino, rubio y listo para modelar en la ciudad todos los días, superficial y arrogante, su hermano se convirtió en una caja de ollas vacía.

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⏰ Last updated: Jan 07, 2023 ⏰

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Principe De Las Sombras - (La Novella) - ON HOLDWhere stories live. Discover now