10.

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Llevaba ya casi dos horas encerrada entre las cuatro paredes del estudio de baile, y aunque mis pies comenzaban a quejarse, no quería dejar de bailar. Lena me había facilitado hacía pocos días las llaves del estudio, que tenían alquilado por las tardes toda la semana; aunque el ensayo grupal era el sábado, los viernes me correspondía pasar la tarde allí si quería, y allí estaba, dándolo todo, cansando el cuerpo y entreteniendo mi mente.
Afortunadamente, teníamos aire acondicionado en el estudio, porque sino estar allí a finales de Junio sería toda una odisea griega. Problem de Ariana Grande sonó en el reproductor, y no pude evitar venirme arriba. Adoraba aquella canción, la cual había coreografiado con mi anterior grupo de baile, y comprobé gustosa que no me había olvidado de ningún paso a pesar del tiempo. Bailar era una de mis actividades favoritas, me permitía desconectar de todo y pensar con mayor claridad.
Cuando la canción acabó decidí dar por finalizado el ensayo de aquella tarde, y apagué el equipo de música antes de ir hacia el banco donde tenía mis cosas. Cogí el móvil y vi que tenía varias llamadas perdidas de Álvaro, probablemente se estaría preguntando dónde estaba, así que decidí llamarle de vuelta para que no se preocupara.
-¡Por fin! Ya me tenías preocupado.-dijo Álvaro nada más descolgar el teléfono.- ¿Dónde estás? He subido a tu casa y no estás.
-Tranquilo, Álv. Estoy en el estudio de baile, me he quedado más tiempo del que tenía planeado.-dije, mientras metía en mi bolsa mis zapatillas de baile, que acababa de quitarme.- ¿Pasa algo?
-Pasar no pasa nada, pero me había preocupado, no sueles tardar tanto en llegar. Ah, por cierto, Tony me ha llamado hace un rato, quiere que vayamos mañana a hablar con él de lo del festival.
-No entiendo por qué no me ha dicho nada esta mañana cuando nos hemos visto.
-Ni idea, pero hay que estar allí a las nueve.
-Vale, bueno, voy ya para Alcalá, ¿te veo ahora?
-Aquí te espero, pequeñaja. Ahora nos vemos.
-Hasta ahora, cielo.-me despedí de él y colgué el teléfono.
Terminé de cambiarme de ropa y, una vez con todo guardado y habiendo recogido la sala, salí de esta y cerré la puerta con la llave que me había dado Lena. La puerta del estudio de al lado se abrió justo en el momento en que yo pasaba por delante, y de este salió Paula, la chica con la que me había chocado semanas atrás, la primera vez que fui allí con Lena y las chicas.
-Anda, qué casualidad; te llamabas Mara, ¿no?-me dijo, y asentí con la cabeza.-Qué curioso, otra vez que nos encontramos. ¿Has venido a ensayar?
-Eh... sí, bueno, ya me iba.-dije, e iba a proseguir con mi camino, pero ella siguió hablándome.
-Yo justo acabo de terminar, ¿te apetece que tomemos algo juntas en la cafetería de arriba?-dijo, sacando las llaves del bolsillo de su sudadera.
-No puedo, he quedado y llego tarde.-no estaba mintiendo, en parte era verdad, Álvaro me estaba esperando en casa.
-Aunque seamos de grupos de bailes distintos podemos ser amigas, ¿no?-dijo con una sonrisa.
-Me encantaría, pero tengo que irme, de verdad. Nos vemos por aquí, adiós.
Di por concluida la conversación y continué caminando hacia las escaleras. Afortunadamente ella no intentó hablar más conmigo, y pude salir del edificio en seguida; tenía ganas de llegar a casa, darme una ducha y bajar a pasar un rato con Álvaro viendo una película o haciendo cualquier cosa. Ya montada en el coche, emprendí la vuelta a casa; aunque si hubiera querido habría podido seguir ensayando esa tarde, era mejor no forzar los músculos, pues al día siguiente tenía ensayo con las chicas y si forzaba podía lesionarme.
No tardé en llegar a Alcalá, aparqué el coche en el garaje del edificio y subí en el ascensor directamente a mi planta. Hannah estaba tumbada en la cama cuando entré en mi dormitorio, y me miró curiosa al ver la rapidez de mis movimientos, aunque pronto volvió a recostar la cabeza sobre sus patas delanteras para dormir. Saqué una toalla del armario y fui derecha al baño para darme una ducha y quitarme el sudor; no tardé ni cinco minutos, pues no me hacía falta lavarme el pelo. Me hice una coleta alta y me puse unos vaqueros cortos, unas sandalias y una camiseta de manga corta blanca.
Ni siquiera esperé al ascensor, nada más salir de mi casa bajé por las escaleras al piso inferior, y llamé a la puerta de Álvaro, que abrió a los pocos minutos.
-Hola.-sonreí.
-Te has hecho de rogar hoy, eh.-dijo con esa sonrisilla suya que me encantaba, y se hizo a un lado para que pasara al interior.- ¿Qué tal ha ido el día?
-Ha estado bien, bailar siempre me anima; pero te he echado de menos.-dije abrazándole, y él besó mi cabeza.
-Mi niña... yo también te he echado de menos, siempre lo hago.-alcé la cara para mirarle y le besé.
-¿Qué tal tu día? Cuéntame.-caminamos hacia el salón, donde nos sentamos en el sofá. Tenía el televisor encendido, pero no me fijé en qué estaba viendo.
-Nada fuera de lo normal, hemos estado grabando un tema del próximo álbum, y bastante bien, en general. David y Bea han peleado y estaba un poco de morros, pero por lo demás ha sido un día tranquilo.
-Recuérdame que les llame a ambos... cuando ellos pelean debe ser algo importante.
-Sí, yo también tengo pendiente hablar con David.-se acurrucó a mi lado, ocultando su cara en mi hombro.-Pero ahora quiero estar contigo.
-Pequeño mimoso.-sonreí, acariciando su espalda.- ¿Qué quieres que hagamos? Hoy te toca escoger a ti.
-No sé, la verdad.-dijo mirándome.- ¿Te gano al FIFA otra vez?-preguntó divertido.
-Si dejaras de hacerme trampas ganaría, pero como eres un tramposo...-dije, y él rió.
-¿Tramposo yo?-me cogió de las muñecas impidiéndome mover las manos, y se colocó sobre mí.-Repítelo.
-Tramposo.-dije al borde de la risa, y tras lograr atrapar mis manos con una de las suyas, empezó a hacerme cosquillas con la otra.- ¡Para, Álvaro!
-Di que no soy un tramposo y paro.-dijo riendo.
-¡Nunca!
-Entonces no paro.
Logré deshacerme de su agarre y solté mis manos, pero él era más fuerte que yo, y al tratar de zafarme de él, ambos caímos al suelo entre risas; quedando yo encima de él, que me abrazó haciendo que recostara mi cabeza sobre su pecho, pero me incorporé para mirarle a los ojos.
-Te quiero.-dije en voz baja, como si fuera un secreto, nuestro secreto.
-Y yo a ti, mocosa, demasiado.-me respondió, también susurrando y con los ojos brillando como estrellas.

Revival (Twitter-2)Where stories live. Discover now