Única parte.

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Ya habían pasado 180 días desde que fui por primera vez a la academia de danza, 180 días en que la vi por primera vez y 180 días en los cuales me enamore por primera vez.
Kim Sung Ri, ese era su nombre, una chica de complexión delgada, ojos grandes y de un color chocolate, nariz semi puntiaguda, piel blanca como la nieve y un hermoso cabello ondulado con olor a fresas; era una chica tímida, alegre, amable pero sobre todo una excelente bailarina. Ella era casi perfecta, solamente tenía un defecto y ese era su novio, Jung Ho Seok. Él era un el mejor bailarín de la escuela, alegre y muy popular; A su lado yo era nada.

Todos los días antes de entrar a mi clase pasaba por su salón a verla bailar, cada uno de sus movimientos eran precisos y delicados, era como una muñeca de porcelana, una pequeña bailarina la cual se encontraba en la caja musical donde mi abuela guardaba sus joyas. Recorrí nuevamente los pasillos que me llevaban a su salón y pasos más adelante el mío, pero hoy había algo diferente, no se escuchaba la música hacer eco por el salón ni el ruido de sus puntas haciendo contacto con el frío suelo de madera, a cambio se escuchaban leves sollozos y una chica sentada frente al espejo.
-¿Estas bien?- la pregunta más estúpida que he hecho en la faz de la tierra, ella simplemente negó con la cabeza, me senté a su lado con toda confianza del mundo, como si fuéramos amigos de hace año aunque la realidad no fuera así -Tal vez no soy nadie y no estés de humor para hablar con alguien, pero si necesitas desahogarte aquí estoy.
Pasaron 15 minutos aproximadamente para cuando dejo de sollozar, alzo la cabeza y me miro con sus mejillas manchadas por las lagrimas y sus ojos y nariz levemente rojos e hinchados.
-Gracias- susurro, un susurro apenas audible.
-No hay de que- sonreí de manera sincera- ¿puedo saber por qué llorabas?
-Sonara tonto, pero hay un paso que no me sale y mi recital va a ser muy pronto.- dijo mirando a la nada y ya no a mi- Es la décima vez que lo practico en lo que va del día, pero es inutil, siempre que creo haberlo conseguido pasa algo que me des concentra y pierdo el equilibrio, es frustran te ¿sabes?- me miro- Mi mamá me a dicho que me tome un descanso pero no puedo, no hasta estar segura que el paso me salga a la perfección.- me quede callado, perplejo, ¿qué se supone que deba decir en esta situación? Yo no tenía mucho tiempo en esta escuela para saber lo que eso significaba. Ella se paro y se dispuso a salir del salón.
-¿Qué te parece salir de aquí? Sirve para que despejes tu mente.
Lo pensó unos segundos que para mi fueron años- Gracias...
-Jungkook, Jeon Jungkook.
-Gracias Jungkook.- sonrió levemente- Realmente no quiero estar acá, así que tomare tu oferta. Por cierto, soy Sung Ri, Kim Sung Ri.
Esta vez fui yo el que sonrió pero con un poco de gracia puesto que ya me sabia su nombre.
Caminamos a las salida de la escuela en un silencio cómodo, cada quien iba sumergido en sus pensamientos, caminamos aproximadamente cinco cuadras hasta que nos topamos con una tienda de helados, a ella le brillaron los ojos.
-¿Qué te parece ir por un helado?
-Me gusta la idea, kook.
Hicimos una carrera hasta llegar a aquel lugar, nos sentamos en una de las mesas cerca del ventanal donde por fin pude escuchar una hermosa melodía, su risa.
-No me había divertido así desde hace mucho.
-¿Y eso por qué?
-El ballet es un baile que requiere mucha disciplina aun más que los otro bailes y por eso, desde que tengo memoria, he dedicado todos mis días a practicar para ser la mejor, para sobresalir de las demás. -rió- Eso se escucho muy vanidoso y egoísta.
-Solo un poco- reí. Un chico con un uniforme sumamente rosa se a cerco a nosotros para tomar nuestras órdenes, ambos pedimos un banana split- ¿No has pensado en descansar un poco?- me miro con una ceja alzada- Digo, tal vez piensas mucho en el baile y por eso no te sale, lo piensas mucho y no lo disfrutas.
-Ta... Tal vez tengas un poco de razón... Hoseok siempre me lo dice pero nunca le hago caso.-suspiro- Soy algo perfeccionista cuando de la danza se trata.
Habíamos estado hablando por más de cinco horas, conocí nuevas cosas sobre ella, cosas maravillosas y algunas extrañas pero llego el momento en que se tuvo que ir, con el pequeño defecto que tanto me dolía pero que ella amaba como si fuera su propia vida.
180 días habían pasado desde la ultima vez que hablamos, 180 días en los que me di cuenta que ella era como una mariposa, la cual admiras por su belleza pero no la puedes tocar porque vuela lejos de uno, ella voló lejos de mi.

180 Días →Jeon Jungkook←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora