Star Wars Episodio VII: Un amor oscuro (Kylo Ren)

Capítulo 12

Ben nunca volvió a mencionar el hecho de que yo tuviese algo parecido a la fuerza, y todo siguió como cabía esperar. Bueno, todo no. De alguna forma, Ben, había cambiado. Al menos dentro de lo que yo le conocía. Todavía recordaba aquel día en el que mi guardia desapareció y Ben lo reemplazó rápidamente por otro, esta vez mujer. Después de esto, unos cuantos incidentes más ocurrieron, dándome a pensar lo posesivo y asfixiante que Ben se había vuelto conmigo.

Ya no me llevaba a aquel lugar desde donde se veían todas las estrellas. Ni siquiera me dejaba salir de mi celda. Él siempre pasaba mucho rato conmigo pero aún así, siempre era ahí dentro. Él me abrazaba, y no se separaba de mi. Lo quería, mejor dicho lo amaba, pero a veces superaba el punto de confianza que le daba. Ya no era del todo Ben.

La abertura de las puertas metálicas me despertó. Lo normal sería que por la puerta entrase Ben, a lo sumo mi guardiana. Pero no fue así. Por la puerta entró un hombre uniformizado de negro, el cual no tenía la cara enmascarada para mi sorpresa. Tenía un rostro serio, enmarcado por cabello pelirrojo. Ante aquella presencia desconocida, me incorporé.

--Soy el General Hux. Tengo órdenes del líder supremo de llevarte ante él.--dijo sin mostrar expresión alguna.

--¿Sabe esto Kylo Ren?

--No es necesario.

A continuación unos soldados imperiales entraron y me tomaron por ambos brazos, conduciéndome por aquel largo pasillo detrás del General Hux. Al cabo de un rato, llegamos a una inmensa puerta. Al cruzarla, entramos en una aún mayor estancia, muy oscura. Al final se encontraba un gran trono de dimensiones inexplicables.

En el momento en el que los soldados se fueron y solo quedamos el General Hux y yo, un holograma de una persona con el rostro desfigurado apareció sentado en el gran trono. Nada más aparecer, el General Hux le hizo una reverencia.

--¿Quién eres y qué quieres de mi?--le pregunté cuando el silencio se había cernido sobre la sala.

--Vaya, parece que eres tan osada como me han dicho.--dijo con una sutil sonrisa. 

--¿Quién eres?--volví a preguntar.

--Soy el Líder Supremo Snoke. ¿Has oído hablar de mi?

--Sí.--contesté, seria y algo alerta.-- Todavía no me has contestado a lo segundo.

Snoke rió. 

--Vaya, vaya. Osada y temeraria. Así que has oído hablar de mi ¿y no me tiene miedo? 

--No te tengo miedo.--mentí. Han Solo me había especificado no meterme en problemas que lo involucraran.

--No me lo creo. Se ve claramente en tus ojos el miedo que te reflejo.--mierda. Lo sabía. 

--¿Dónde está Kylo Ren? Quiero hablar con él.

--No es que estés en la condición de exigir ahora mismo. Más cuando solo quería tener una agradable charla contigo.

No sabía que decir. Aquello me olía a chamusquina. 

--En tu sangre está la fuerza.-- mi silencio demostraba mi indiferencia ante su comentario.-- Tienes el mismo don que Kylo Ren. Sé que él ya te lo ha dicho y también se de vuestra relación, pero ahora quiero ser yo él que te lo diga. ¿Por qué no te unes al lado oscuro? Seríais un pareja excepcional.

--Ya se lo dije a Kylo Ren en su día. No pienso tocar lo que sea que tenga. Ni para el bien, ni para el mal.--dije enfatizando esta última palabra.

--No deberías rechazarlo sin haberlo pensado antes. La fuerza es muy poderosa, y pronto se manifestará de una manera en la que tendrás que saber como utilizarla.

Iba a contestarle de nuevo, insistiendo en mi decisión, pero entonces la puerta se abrió bruscamente dejando aparecer a Ben con un semblante furioso.

--¡Maestro, debió haberme pedido permiso para hablar con Alisa!--le dijo nada más entrar a Snoke.

Yo, por mi parte, quedé impresionada con la confianza y desenvoltura con la que Ben le hablaba a Snoke. A mi, al menos, me infundía un terrible temor hacia su persona.

Snoke volvió a reir con superioridad.

--Solo nos estábamos conociendo.--contestó.--¿Y por qué debería haberte pedido permiso?

--Porque ella es mía.--dijo Ben, cogiéndome del brazo y llevándome fuera de la sala con la sonora risa de fondo de Snoke.

--Recuerda lo que te he dicho.--dijo Snoke antes de que saliéramos.