Chapter 3

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- Lo siento, lo siento.- es mentira. No lo siento. El chico que está delante mío, se merece eso y más. Es un completo idiota.

- Te veo cara conocida.- Muérete. Lenta y dolorosamente. Maldito hijo de...

- Sí, fuimos juntos a la primaria.

- Lillian.- niego. Ni siquiera teníamos una compañera con ese nombre.

- Sienna.

- Oh, si. Sienna Marino.

- No, Carter ¿Sabes? Necesito ir en busca de mi prima, pero fue un placer.- ni fue un placer ni voy a ir a buscar a la hija de satanás.

- Oye, no. Tomemos unos tragos.- ni siquiera voy a molestarme en decirle que no bebo.

- Lo siento, en serio debo irme.

- De acuerdo, hagamos un trato. Encuentras a tu prima y ambas vienen a tomar algo con nosotros.- dice señalando a un grupo de chicos a su espalda. No se que parte del trato se supone me beneficia.

- De acuerdo.- le digo sonriendo. Una vez que logró desaparecer de su vista, ruego al cielo para que no crucemos caminos nunca más en su miserable existencia.

Voy tan sumida en mis pensamientos, que choco con alguien.

- Lo siento, lo...

- ¡Hey... tú!- no me molesta que no sepa mi nombre, básicamente por que no se lo he dicho.

- Sienna.

- Sienna. Vi a tu prima con mi hermano, pero no supuse que estarías aquí.

- Si, no es de mi agrado tampoco. Pero mamá piensa que debo hacer más sociales.- estamos girando para escucharnos encima de la música. Él señala las escaleras. No entiendo su punto, por lo que el toma mi mano y me guía escaleras arriba.

Hijo de su santísima madre. Es que al parecer nadie le ha dicho que no es normal ir tomando las manos de las personas desconocidas. Entramos a una habitación y decido darle un minuto, para que yo deje de creer que me ha llevado allí arriba porque piensa que soy igual que mi prima.

- Pensaba ir al latió trasero, pero esta mucho peor que adentro.- señala el balcón de la habitación. Abre las puertas de vidrio y me invita a su lado.

Me acerco y agradezco el aire puro.

- Gracias, en serio. Ya no podía respirar.

- Si, yo tampoco.

- ¿Por qué me has traído aquí?

- Mierda, no se por qué piensas que quiero follarte.

- No estaba pensando en eso.- si, si lo estaba pero ya que el no puede leer pensamientos... espere, ¿Qué tal que si puede?

- ¿Qué sucede? Tu cara es de horror total.

- Lo siento. No pensaba en eso. Solo me llama la atención. Hablamos dos veces, y me invitas aquí arriba. No importa si es para tener relaciones, o para jugar al ajedrez. Me llama la atención que me hayas traído a mi.

- Si, bueno. No podría traer a nadie mas sin que pensase que es para follar. Y tu no pareces de eso tipo. Pensé que podríamos simplemente hablar.

- Eres la segunda persona en la semana que dice algo así. Y no se si sentirme alagada porque me ven como alguien con quien hablar, u ofendida porque no me ven como una posible pareja sexual.

- ¿Quién habla de esa manera?- pregunta riendo.

- Creo que yo misma respondí a mi pregunta.

- Lo siento, no quería insultarte.

Please, Be My AngelOù les histoires vivent. Découvrez maintenant