"amigos"

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23 octubre:

Hoy (...) cumple nueve años, ella me pidió un sin fin de cosas para su fiesta: globos, bocadillos, pasteles,juegos, magos y por su puesto vestidos cosa que le daba sin protestar por ser mi pequeña niña.

Decidí invitar a mucho conocidos de mi confianza a tal evento incluyendo a Dino Cavallone, mi pupilo al que entreno desde hace poco después de la muerte de su padre. A pesar de no querer pertenecer a la Mafia acepto la invitación pues tenia curiosidad de conocer a mi hijastra.

Los organizadores ya estaban puliendo los últimos detalles; los magos ya estaban llegando y mi princesa estaba en su habitación enojada, ella quería una mascota; un perro para ser más específico pero  para su desgracia yo no tengo tiempo de cuidar de ella y su mascota (aunque no tengo nada en contra de los animales) así que se lo negué con la excusa de que no tenía la edad suficiente para cuidarlo ella misma así que a regañadientes acepto, claro, no sin antes prometerle que le compraría uno después -Espero que se le olvide- pensé para mi mismo.

Cuando estaba en su habitación sonreí al verla tan hermosa, con su vestido blanco lleno de olánes  dorados, su sombrerito y guantes crema de seda y sus zapatos hecho a la medida como ella los pidió...siendo sincero ella no lo pidió del todo así; fui yo quien decidió que todo lo que se le haga a mi pequeña Rosse se haría hecho a la medida y único, sabía que esto la encapricharía pero no me importaba.

-¿Por que estas tan triste? tu fiesta va a comenzar- le pregunté dudoso de su mirada perdida sobre la ventana en lo más alto de la mansión.-Tus amigos ya están llegando, baja a saludarlos-

Ella me miró, sabía que se sentía sola pero se lo callaba por alguna razón, también sabía que necesitaba compañía pues tiene toda una mansión para ella sola, con centenas de sirvientes y jardines enormes si, pero terminaba siendo lo mismo: ...sola. Yo nunca estaba con ella, salía a trabajar, a asesinar o a entrenar a Dino y no me podía permitir llevarla conmigo por lo que toda su vida se regía dentro de la mansión hasta que tome la decisión de llevarla a la misma escuela que Dino fue llevado; una escuela de mafiosos..me arrepentí semanas después por lo que la saque.  

-Nadie en la escuela me cree que vivo en una mansión yo sola- hablo por fin mi princesa- Ni que mi padre es un bebe- 

Eso era normal, a veces me llamaba padre por miedo o vergüenza..generalmente me llama padrino por que así se lo ordené; en cuanto a la nueva escuela de Rosse después de la Mafiosa; era una escuela de niños ricos, superdotados y con poder pero nada que ver con la mafia como yo quería; también cambie de opinión cuando le estaban metiendo en la cabeza ideas absurdas sobre competencia por dinero o algo así por lo que la cambie a un internado; tampoco me pareció dejarla ahí sola en la custodia de otras personas que no fuera yo; así que la metí a un colegio normal, sin ricos ni mafiosos.

-Sabías que no debías decírselos- le reprimí. 

-Pero la maestra me lo pregunto...en frente de toda la clase...yo...- su voz comenzaba a entrecortarse, ya veía el llanto venir por lo que salte a su hombro y acaricie su cabello en un intento de tranquilizarla.

-Pensaremos en algo ¿Bien?-pregunte y ella sonrió aun que aun se le veía tristeza en los ojos y en su interior pensaba que debía ser una niña muy mala para que le sucediera lo que sucede; no era la única vez.-Vamos a tu fiesta- me baje de ella y camine a la entrada de su habitación, no sin antes tomarle una foto.

La fiesta paso como cualquiera de un hijo mafioso, llena de lujos y comida fina. Llego primero un amigo de la primer escuela Mafiosa a la que Rosse asistió, pero midió su distancia gracias a las advertencias de su padre pues todos sabían que yo era el Hitman más poderoso de todos. Luego llegaron dos amigas de la escuela elemental de prestigio y en su momento jugaron con ella, al final llego un niño de la escuela actual quien la miró con sorpresa cuando llego a la mansión. 

-¡De verdad vives en una mansión!- protesto el niño al estar frente a ella- ¡Y es enorme!- ella sonrió y lo jalo de la mano, luego jugaron con los demás.

Mientras tanto yo me acerque a los padres del niño quienes estaban completamente pasmados por lo lujoso que  era el lugar. Les invite a pasar y ellos me miraron con diversión...normal en la gente común y corriente.

Todos había llegado menos Dino. La fiesta estaba culminando cuando la noche callo, todo el tiempo Rosse se veía feliz rodeada con todos sus amigos...hasta que paso.

EL último chico fue llamado por sus padres, si, los que se sorprendieron por la mansión y le murmuraron algo en el oído; algo que escuche a la perfección y me molesto demasiado por lo que los fulmine con la mirada. Al principio se sorprendieron..luego callaron y se rieron entre sí; claro, piensan que solo soy un bebe, ellos no conocen mi trabajo.

El niño se acerco a ella y hablaron como si nada estuviera pasando por lo que los deje: Gran error. 

Se hizo presente el rubio al que estaba esperando, Dino Cavallone. Al recibirlo lo golpee levemente, lo suficiente como para que se azotara contra el suelo y al final lo invite a pasar; perdí a (...) unos minutos.

-¿Donde esta tu ahijada Reborn?- preguntó Dino aun sobándose el insignificante golpe que le dí.

Lo mismo me pregunte yo. Al buscarla con la mirada me encontré con unos niños de nueve años peleando el hijo del Mafioso con el niño común. Pronto llegaron sus padres a separarlos y yo entre a escena con Dino detrás de mi. 

-¿Que paso aquí?- gritó furioso el mafioso. El padre del otro niño se intimidó al verlo tan furioso y por supuesto, a simple vista se veía que era peligroso sin contar la evidente arma enfundada en su cadera y sus subordinados a sus espaldas.

-¡Fue culpa de Rosse!- Reclamó el niño común; si, rosse me había dicho sus nombres pero no se me habían hecho importantes.

-¡¿Su culpa!?- gritó el otro- ¡Tu la llamaste niña mimada!- se defendió, mire a Rosse por el rabillo del ojo, estaba callada, con las manos apretando su vestido, aguantando las ganas de llorar y roja de furia.

-La llame así por que no quiso darme dinero- todos se callaron al escuchar lo que el maldito mocoso dijo y lo fulminaron con la mirada; si, ya lo veía venir ese tipo de personas sólo buscan dinero. 

-¿Cómo es que te portas de esa manera Elias?- reprocho su madre fingiendo decepción.

-El niño no tiene la culpa.- hable por fin, todos me miraron- Sus padres le ordenaron que le pidiera de forma amable a Rosse todo el dinero que pudiera conseguir, Rosse al no querer dárselo lo molesto y le llamo así-expliqué.

-¡Malditos canallas!- habló uno de mis invitados sacando sus armas.

-Esto no se va a quedar así ¡¿con quien creen que se están metiendo!?- Habló otro, sonreí de lado...pero el que debía encargarse de esos inútiles era yo. Los padres del niño se asustaron, lloraban y hasta entregaron a su hijo con tal de seguir con vida.

-Dino, llévate a los niños de aquí- le ordené- a todos- resalte lo último; el niño que había peleado con Rosse también debía ser sacado de ahí.

Dino asintió con miedo; aún era un inútil pero en ese momento me fue de mucha ayuda. Cuando estaban lejos de mi vista y hasta del lugar sonreí ante los inútiles que cuestionaron mi poder y convertí a león en pistola; la diversión estaba por comenzar... sobre todo por que había hecho llorar a mi princesa.

Reborn

Acosada por Hibari Kyoya. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora