Esta historia me gustó por su originalidad y por su buena trama y aunque es un poco larga se merece el segundo lugar x3
Titulo: ???
Pareja: Usagi x Misaki
Eran las 3 menos cuarto de la tarde de un día soleado y especial. Hoy, era el primer día de un nuevo año. Indudablemente salí a sacar fotografías del paisaje para luego enmarcarlas y, asi, poder decorar un poco el penthouse que ya me estaba enloqueciendo con sólo poder ver ojos acosadores de felpudos osos colorinches.
En un principio pensé en invitar a Usagi-san para hacer fotografías más significativas, juntos.
Pero mi idea se quemó más rápido que gasolina en combustión cuando, Aikawa-san llamó esta mañana para advertirle al peli-plata que el plazo final se estaba acercando y él todavía no había hecho nisiquiera la mitad.
Como sea, ya estaba aquí y el día estaba demasiado agradable para desperdiciarlo frustrandome por mi irresponsable pareja.
{ a las cinco y media de la tarde}
Ya había podido sacar unos buenos ángulos de los lugares más transitados y cuidados del barrio y, también, de los solitarios y amenos a la vista.
Estaba agotado y con mucha sed. Sin otra opción me dirigí a un banquillo del parque y empecé a comer un sandwich que me había preparado en casa. También, agarré una gaseosa que había comprado Usagi-san hace unos días atrás en no sé donde.
-- Aaah. Definitivamente le preguntaré donde compró esta bebida-- lancé un suspiro de placer. Esa gaseosa había sido sabrosa.
Tan sólo pasaron un par de segundos cuando sentí que mis músculos pesaban toneladas, mis ojos se sellaban y la botella que tenía en la mano colapsaba salpicando todo el suelo.
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Me desperté repentinamente sin poder moverme con libertad. Di un respingo al caer en cuenta que estaba sentado, atado de manos más arriba de mi cabeza a una canilla de la ducha en la que me encontraba.
El lugar era espacioso y abrumadoramente aparatoso. Estaba rodeado de azulejos finos y productos de gustó refinado.
Con desesperación empecé a tirar de la soga que me traía preso. Pero lo único que logre es rasparme las muñecas hasta tal punto que no pude evitar soltar un par de lágrimas.
Así permanecí por unos minutos. Agonizando del miedo que me provocaba estar aquí encerrado, hasta que un sonido me hizo entrar en alerta.
La ducha.
Alguien la había prendido, y ahora se acercaba a grandes zancadas en mi dirección. El agua estaba tibia, pero aún así no podía dejar de temblar. Estaría mintiendo si dijera que no estaba aterrado.
Al sentir que la puerta se abría instantáneamente cerré mis ojos, con la esperanza que el extraño no notará mi presecia. Pero toda ilusión se desvaneció al sentir unas manos recorriendo mi cara.
--hola-- susurro el extraño--¿Piensas estar todo el día con los ojos cerrados?-- me preguntó al ver que no le daba respuesta.
Todavía me sentía algo atontado por el desmayo, pero podía jurar que esa voz la conocia. Me era imposible reconocerla porque era muy claro que el hombre estaba fingiendo un tono de voz que en realidad no tenía.
Finalmente decidí no darle respuesta hasta que se aburriese y me dejará libre.
Como toda la suerte del mundo está de mi lado... las cosas empeoraron. El hombre al captar mi actitud resiliente, empezó a subir mi camiseta y a tocar mi estómago suavemente.
