Untouchable | Harry Styles

012 ←

Brook.

En la madrugada, entré a mi departamento, después de haberme despedido de Kennedy. Una parte de mí se esperaba lo peor al entrar a mi propio hogar. Tal vez gritos, insultos, o ambos cosas. No quiero ni me permito el masoquismo, pero ya estaba cansada, quería caer. Limpié una lágrima, me sentía rota. Pero sé que sobreviré de esta pelea, y de alguna manera eso me da fuerzas, aunque él es todo lo que yo quería mas sin embargo, no nos merecemos.

Mis ojos se toparon con los de Harry. Estaba él ahí, derrumbado en una esquina del suelo, con una botella de alcohol en la mano. Mordí mi labio inferior, deseando no romper en llanto por esa triste imagen. Sabía que estaba borracho, era más que obvio al ver esas latas de cerveza alrededor suyo también y esa mirada pérdida. Di un paso hacia atrás, sin querer preguntar nada, con la idea de solo marcharme.

— Por f-favor, no te vayas — murmuró, con su lenta y rota voz. No me di la vuelta, me quedé ahí, viéndolo. — L-Lo siento, quiero... que lo sepas. Tengo miedo a que me dejes. 

— Sé que es un 'lo siento' sin significado. No tienes qué decirlo si no lo sientes de verdad. Quiero ayudarte pero no me dejas.

— ¡Si lo siento! — alzó la voz y yo me estremecí por oírlo gritar, me miró furioso, pero luego relajó su entrecejo fruncido — Sé que estuviste con él. No entiendo por qué te vas con él, ¿en serio le amas? Y-yo no puedo imaginarte con él porque me rompes el corazón. Maldita sea... ¡tú me rompes a cada rato el maldito corazón! 

— Si estuve con él, no te voy a mentir. ¿Y si lo amo? No, no lo amo. Pero él sabe cómo tratarme, Styles, no como tú que me haces sentir como un papel arrugado en un bote de basura. — como él a mí, yo también le grité, pero no pareció molestarle, sólo se veía perdido — Honestamente no creí que así sería nuestro encuentro. Y-yo fui una estúpida en el pasado, pero te di todo.

Harry apoyó su cabeza en la pared, viendo a un punto fijo.

— No quería... no quería volver a verte — dijo y yo sollocé, yo estuve esperándolo todo este tiempo — Tú no tienes de idea lo horrible que fue estar en las jodidas celdas. Te odié como el infierno, sólo que... al verte de nuevo... creí que debía tratarte como lo peor, como me trataste aquel día en la corte. Tuve esperanzas, pensé que algún día irías al menos a verme en la cárcel, pero no, ni una maldita despedida. Entiendo que tus padres s-sean idiotas... pero venga, si tanto te importé, pudiste haberlo hecho de contrabando. — lloró, sus aguados ojos se dirigieron hacia mi dirección — Al principio te extrañé Brook, pero empecé a tomarte odio.

— Rompí tu corazón, entiendo — me senté en el suelo — Me odias porque te destrocé, pero... ¿y qué hay de mí? Tú también rompiste mi corazón. Ocultaste algo muy importante, y preferiste callarte. Ibas a dejarme, no me digas que no.

Le dio un sorbo a la botella de alcohol y después la estrelló contra al suelo. El ruido era escalofriante. Soltó en llanto, se veía devastado.

— Supongo que esto no llegará a ningún lado. Estamos destruyéndonos cada vez más, y sé que jugaremos esta clase de juegos cada noche. Estamos acabándonos, ¿Qué no lo ves? Tú no sabes cómo amarme. Ya no es lo mismo, ¿no notas que haces lo suficiente pero no lo suficiente? — lloré, cubrí mi rostro con mis manos — No me lleves al infierno contigo. Debo irme.

Quité mis manos de mi rostro para verle. Tan rápido como dije eso último, él negó rápidamente, gateando hasta llegar a mí.

— No. — lloriqueó — No me lo hagas más difícil. — tomó mis manos para entrelazarlas con las suyas, miró nuestro agarre y después me vio a los ojos — Entiendo, s-soy una mierda... pero prometo tratarte mejor. No quiero que te vayas de nuevo, eso me rompería una vez más. Aunque me cuesta decirlo... eres mi luz, tienes una parte de mí contigo. Ayúdame a cambiar, haremos esto juntos. 

Negué, dudando. Yo no debería de seguir aquí. Fue bueno verlo de nuevo, no quiero despedirme, pero a veces las despedidas son buenas.

— Brook, por favor. Lo lamento.

— N-no. Lo siento Harry, creo que deberíamos tomar nuestros caminos para sanar — dije con la voz entrecortada. Los recuerdos de él y yo gritando hace rato volvieron a mi cabeza, al igual de cuando le entregué todo y él solo se marchó después de hacerme sentir lo peor.

Me aparté de sus manos y me levanté del suelo. Salí del departamento, al momento de hacerlo, oí como se escuchaban gritos de enfado y vidrios rotos. Cerré y apreté mis ojos. Fui a recepción y me acosté en el sofá de ahí. Las lágrimas salían y me abracé a mi misma para sentirme viva. Yo no quiero vivir así, ¿qué hice para haber jodido mi vida? Tal vez mis padres tenían razón; juntarte con ese chico malandro nunca te traerá nada bueno. Y no fue por su actitud, o cómo fue que él lucía, o si era de bajos recursos, sino que personas como él, son frías porque alguien los hizo así, y en este caso, yo lo arruiné aún más y lo hice más frío. No quiero culparme, pero me sentía tan mareada con esta situación.

— Señorita, ¿usted es dueña del apartamento 24-D? — rápidamente me reincorporé y miré al recepcionista, yo asentí confusa — Déjame decirle que ha ocurrido un accidente con el chico que comparte su apartamento. Ya llamé la ambulancia, debería de ir a verlo de inmediato — habló rápidamente.