PARTE XV: REENCUENTRO

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Desperté sin ayuda del móvil. Aún era muy temprano para salir al gym, así que me quedé en la cama oyendo música con los cascos puestos. Parecía un zombie, mirando fijamente a la nada y con  ganas de querer dormir de nuevo. De vez en cuando miraba sus fotos, me gustaba mucho que no sonriera, y sus vídeos me servían, me encantaba oír su voz. En casa aún quedaba algo de su ropa, por cierto.

Después de regresar del gym, me duché y desayuné algo. Me quedé viendo alguna serie para distraerme porque la verdad no tenía muchas ganas de querer salir de casa. ¿Ahora sí se supone que ya no existe nada entre nosotras? Me preguntaba. 

Me hacia un poco de gracia leer comentarios en muchos lados de gente preguntándonos, a mí y a ella, si éramos novias. A pesar que ni si quiera hablábamos, me hacia gracia que la gente le hiciera spam con mi nombre. Igual eran pocos, pero eran. También me hacia ilusión ver que a veces ella les seguía el juego ¿Tal vez sí me echaba de menos? 

- ¿Vamos a grabar el vídeo? - Me preguntó Juanma por whatsapp.

- ¿Qué vídeo? - Le contesté. 

- Joder Melo, el vídeo con Cadepe, conmigo, contigo. ¿Holaaaa?

Ostias, es que se me había olvidado que hace mucho quedamos, Juanma, María y yo, en grabar un vídeo, pero a Juanma no le importaba mucho que nosotras estemos peleadas por lo visto. De hecho no sé si lo hacía a propósito pero, da igual, a mí no me importaba. Creo que hasta me tranquilizaba la idea de volver a verle, además, ya dependía de ella si nos reuníamos. Yo me imaginaba que no aceptaría.

- Vale, pero dile tú a María, a ver si quiere. Yo os espero aquí. - Le escribí a Juanma, esperando un ''no'' rotundo por parte de ella. 

Menuda sorpresa me llevé cuando Juanma me dijo que María había aceptado. Así que tenía que esperarles en casa a las cuatro de la tarde. Yo estaba muy ansiosa por verle de nuevo y también tenía mucho miedo. ¿Cómo se supone grabamos un vídeo así? ¿Eh? Suficiente con fingir que tenemos una relación, ahora hay que fingir que nos llevamos muy bien.  Pero en fin, solo me quedaba esperar el momento.

- ¿Quién? - Pregunté de pie detrás de la puerta. De hecho aún no eran ni si quiera las dos de la tarde y no esperaba a nadie. 

- Ábreme la puerta, Melo. 

Podía confundir cualquier voz, menos su voz. Era ella, y no estaba segura de querer abrir. Me quedé parada, fría y un poco asustada. ¿Qué íbamos a hacer solas? Me daba miedo mi actitud, porque sentía que quería decirle tantas cosas pero al mismo tiempo no quería hacerlo. Solo atinaba a contestarle detrás de esa misma puerta.

- ¿Qué pasa María? - Le pregunté. 

- ¿No vas a abrir? 

- Sí...

- Pues abre. 

Tuve que abrir la puerta y quedarme ahí con la mirada perdida. No le había visto a la cara hace unos cuántos días ya, pero se veía igual de guapa. Iba de negro, con el collar de media luna que le compré en Marruecos. Tan pequeñita se veía...

- Hola. - Le dije, esta vez mirándole a los ojos. Algo en mí se quebraba cuando le veía fijamente, y sentía cómo mis emociones se entregaban por completo a ella. Una completa gilipollas. 

- Hola... ¿Cómo has estado? - Me pregunta. - ¿No vas a dejarme pasar?

- Sí, pasa.  

Ella entró, se paro con los brazos cruzados, apoyándose en una de las paredes. Evitaba un poco mi mirada, esperando alguna explicación supongo, estaba en plan ''pídeme perdón''. Ya conocía ese lado suyo, sé que nunca iba a dar su brazo a torcer, pero es que tampoco tenía ganas de insistirle. No sé, era todo muy raro, como si compitiéramos a ver quien se rinde primero.

- ¿Qué pasa? - Le pregunté. Algo tenía qué decirle o se iba a quedar en silencio por siempre. - ¿No te quieres sentar?

- ¿Ya no está Abi?

- ¿Eh? No, solo estuvo ayer. 

- Elegiste estar con ella ¿Eh? Supongo que os divertiste...

- ¿Y tú con Aleks?

Ella sonreía aunque intentaba ocultarlo, caminó y se sentó sobre el sofá. Me deprimía volver a lo mismo y no se me ocurría de qué otra forma seguir su juego. Yo también me senté en el sofá, a su lado. Sin querer ella empezaba a ser la víctima y yo empezaba a dominar todo el momento. 

- ¿Por qué has venido antes? - Le pregunté. 

- No he venido antes... - Me respondió con tono sarcástico. - No te creas que he venido antes por ti.

- Pues entonces vete. - Le dije. Toda la casa se quedó en silencio. Ella me miró sorprendida, no se lo esperaba. Yo tampoco me esperaba ser así de borde con ella, pero es que era lo único que se me ocurría ser. Estaba cansada de tener que pedir perdón, de dar las explicaciones y tal. Cuando la que tenía que hablar era ella.

- ¿Pero a ti qué te pasa? - Me preguntó muy indignada.

- Nada ¿Qué te pasa a ti? Que vienes así, como si nada... 

Me puse de pie y caminé hasta la cama, me tumbé ahí, con las manos sobre la cabeza. No estaba huyendo de ella porque al final podía oír lo que me decía desde el salón. En realidad trataba de huir de mí, yo en realidad no quería tratarle así. Creo que era mi reacción para evitar que me rechace o algo parecido. Yo solo estaba muy a la defensiva. 

- Vale, he venido por ti, porque creí que a lo mejor querías verme. 

- ¿Verte para qué? - Le contesté desde la cama. - Si has pasado de mí todo este tiempo.

- Joder, Melo, pero si yo no te he hecho nada. ¿Estás así porque no le digo a todo el mundo que estamos saliendo? - Me gritó desde el salón. Yo tenía un nudo en la garganta, estaba siendo muy dura con ella, pero ya no quería seguir siendo la tonta de las dos. - ¿Qué se supone quieres que haga?

- Nada.  

- ¿Ya no quieres intentarlo? - Me dijo con la voz quebrada. Luego se quedó en silencio, vi su silueta frente a la cama. Quería abrazarle, pero no estaba segura de nada ya,  creo que con la mirada le podía decir mucho, por eso le esquivaba. 

- No lo sé, María. -

- Te echo de menos... - Me dijo llorando. Se sentó en un extremo de la cama dándome la espalda. Yo tenía el corazón partido en dos, pero no sabía qué más decirle, solo recordaba todo lo que me decían muchas personas de ella y me aferraba inútilmente a mi orgullo, que era más fuerte que yo ¿Tal vez era eso? - Me ha costado mucho estos días fingir que no me importas porque me he terminado acostumbrando mucho a ti.

- Yo también te he echado de menos... - Le respondí ya sentada sobre la cama. Tenía la mirada en el suelo porque me sentía muy mal al haberle hecho llorar. - Perdóname.

- Te prometo que no hay nadie más. Siempre te lo he dicho. - Me dijo al acercarse a mí y tomar una de mis manos. Se inclinó un poco a uno de mis hombros  mientras secaba sus lágrimas. Se me hacía difícil manejar la situación. - ¿Vas a confiar en mí?

- Te he echado muchísimo de menos. - Le contesté. - Pero ya no sé si quiera seguir así...

- ¿Así cómo? Melo, mírame... - Me dijo mientras tomaba mi cara con ambas manos y llevando mi mirada hasta la suya. - ¿Me quieres?

Yo tenía el corazón a punto de estallar. Le tenía tan cerca a mí que en el fondo me estaba sintiendo muy bien. No me hacia gracia verle así, tan mal, pero por lo menos me hacía sentir mejor oír todo lo que me decía. Tenía dudas y ya sabía a lo que me expondría si decidía volver: Tener que ocultar todo, hacer como que en mi vida nada ha cambiado y bla, bla, bla. Yo ya no tenía mucho que perder y seguir engañándome era lo más tonto que podía hacer. Necesitaba mucho de ella.


Lo que no se puede negar | MELEPE = Yellow Mellow & Cadepe | FANFICWhere stories live. Discover now