cuatro.

41 8 0
                                    

Cuando tenía trece por fin me miraste fijo.

Pero no me hablaste.

Quizás y porque mi peso no era el adecuado para ti.

O porque ya, según me decían, eras muy grande para mirar pequeñeces como yo.

Y yo seguí sin hablarte.

NEIGHBOURSWhere stories live. Discover now