Capítulo III

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Al salir del restaurante se arrepintió al instante ¿Estaría bien ir? Podría encontrar trabajo, de eso no tenía duda y si no lo hacía siempre podría regresar a trabajar con el padre de Hoya o simplemente vivir de las ganancias del lugar, después de todo, era el dueño de una parte.

El chico no era de las personas que rogaba, si aquella persona lo lastimó simplemente no se quedaría a lamentarse, se alejaría completamente. Y así se sentía con sus dos mejores amigos, estaba olvidado y no podía mentir, le dolía.

¿Buscarlos estaba bien?

Acomodaba su ropa dentro de la maleta, se aseguraba de no dejar nada por la cual tuviera que regresarse. Jin estaría en un par de minutos a fuera de su casa, al menos lo que tenía seguro en Seúl era un techo, Jin le había ofrecido su departamento cosa que no desprecio en lo absoluto.

Sonó el timbre.

–Pasa hyung– dijo en cuanto abrió la puerta – Ya estoy terminando.

Se aproximó a la cama a terminar de guardar las cosas que estaban al rededor de la maleta.

– Oh, ¿Sabes que se me ocurrió? – No espero respuesta –Podrías trabajar conmigo de mesero en el restaurante que tengo aquí.

–Ay hyung, no me voy a ir a Seúl de mesero. ¡Claro! de compositor/rapero a mesero– Soltó una risa.

–Uh, sólo era una idea.

Termino de guardar las cosas, dio una mirada a su pequeño pero cómodo departamento, se sentía como si no fuera a regresar en un futuro... quizás eso quería.

Suspiro profundamente, decidido cerró la puerta del departamento.

– Todo estará bien– Jin parecía entender el temor de Suga y lo agradecía. Asintió dedicándole una sonrisa.

En cuestión de minutos llegaron al aeropuerto, arrastrando su maleta hasta las sillas de espera, miraba el tablero tan grande de los vuelos.

–Voy al baño, no tardamos en salir así que tengo que ir al baño– le dio su mochila y corrió hacia los sanitarios.

Se sentó en la silla, hecho su cabeza hacia atrás y soltó un suspiro pesado, cerró sus ojos. Estaba a punto de quedarse dormido, la calma era bastante agradable a pesar de ser un aeropuerto, pero escuchó muy cerca de su oído ruido como si alguien tuviera los audífonos a todo volumen.

Abrió los ojos y giro su cabeza, se encontró un chico que usaba lentes y gorrito sentado a su lado viendo su celular concentrado.

"Se quedará sordo" pensó. De nuevo cerró sus ojos y trato de dormir un poco.

– ¿Es tuyo? Se le ha caído esto – frunció el ceño ¿Le hablaba a él? Dudaba en abrir los ojos – Hyung.

Finalmente abrió sus ojos y lo miro, asintió y tomó el desodorante que probablemente había caído al poner la mochila de Jin en la silla.

– Gracias.

El chico sonrió.

–Vamos, ya llamaron nuestro vuelo– tomó sus cosas y camino hacia la fila.

El vuelo fue bastante rápido, quiso dormir y olvidar un poco su nerviosismo pero le fue imposible. Miro la ventanilla todo el rato hasta que llegaron a Seúl.

– Ah! Mi espalda – se quejó Jin enseguida al bajar del avión.

– ¿El abuelo no era yo?– Sonrió, camino sin mirar al frente – Oh, lo siento – Chocó con el chico que estaba delante suyo.

– ¡Oh! ¡Hyung!– le sonrió, era el chico del aeropuerto – No te preocupes – Su sonrisa se hizo aún más amplia, termino de ponerse la mochila y agitando su mano se fue.

–¿Lo conoces?– negó – Bueno, vamos.

Salieron del aeropuerto, tomaron un taxi y de nuevo agradeció el que estuviera tan cerca del departamento de Jin.

– ¿Cuándo empiezas a buscar a tus amigos? –abrió la puerta –Pasa– Entro Suga seguido de Jin.

–No lo sé, primero encontraré un trabajo y después me dedico a buscar a esos dos idiotas. No es muy difícil, Kim Namjoon ¿Te suena?

–¿Kim? – Abrió sus ojos –¡El hijo del dueño de MyeongDong! ¡¿Es tu amigo?! ¡¿Por qué no me lo habías dicho?! – Se dejó caer en el sofá – Es tan guapo. – Yoongi río.

– Te mojas por él así que no iba a soportar que me preguntarás– se sentó al lado de Jin.

– ¡Lo sabes! Dime que es gay.

–No lo sé, pero sería raro que lo fuera. Siempre andaba viendo revistas para adultos, pero hace tiempo que no lo veo.

–Hagamos algo, te llevo a la empresa y tú me lo presentas ¿Estamos de acuerdo?– Asintió golpeando su hombro.

Sonó el timbre.

–¿Quién?– se puso sus pantuflas – Oh ¡Leena! ¿Qué pasa?

–Escuche que se abrió tu puerta y como sabía que no estabas pensé que era algun extraño.

– Ah y entonces tú decidiste averiguar por ti misma... – Yoongi río al escuchar –Que amable, pero todo está bien.

–¡Ahora que recuerdo! Guardé esto para ti. Jin oppa es muy guapo así que sería bueno verlo en una obra de teatro y al parecer es de un director famoso, se que pagan bien.

– Oh, gracias lo tomaré en cuenta. – cerró la puerta sin antes despedirse. – Yoongi ¿Por qué no le das un vistazo? Podría ser interesante – le dio el papel, camino hacia la cocina.

– "Efecto Lujurioso" – leyó en alto – ¿No es una clase de teatro porno?

– Te divertirás entonces– gritó desde su lugar.

– Las audiciones son mañana...

– Mira – le tendió una cerveza en cuanto llego al sofá con él – No he investigado mucho, sólo he visto su nombre por ahí. "Zico" es su seudónimo y te puedo decir que es verdad lo que dijo la chica de antes – Dio un sorbo – Estoy seguro que mandaras a la mierda cualquier trabajo totalmente distinto a la música, esto en cierto modo se apega.

– Lo haré, iré a ver mañana.

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MyeongDong: Es un centro comercial demasiado grande en Corea del Sur.

Efecto LujuriosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora