Capítulo 4

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Narra Len

Estaba durmiendo tan tranquilo en mi cuarto y escuché un plato romperse. "Habrá sido la sirvienta, a veces es un poco patosa" pensé en mi cabeza, a si que sin preocupaciones volví a cerrar los ojos y a encerrarme en mi profundo sueño.

Desperté en la mañana, en un cuarto que no era el mío, y estaba primo Oliver a mi lado leyendo un libro.

--Oliver, ¿dónde estoy?-- dije recién levantado.

--Estas en mi cuarto, por lo visto la cerradura de tu puerta se atasca y ahora mismo la estan arreglando-- respondió.

--Ah, no lo sabía-- me levanté y me dí una ducha fría. Al parecer todos me esperaban en el comedor.

--Len, ¿has dormido bien, florecilla de primavera?-- dijo mi madre.

--Si, ¿y usted, madre?--

--Estupendamente, corazón.--

Me senté y se me escapó un bostezo. --¡S-sumimasen!-- me disculpé.

--Lleva más cuidado la próxima vez, cariño-- dijo mi madre.

--S-si...-- respondí.

De repente, se acercaron dos tipos que parecían muy fuertes. --¿Quiénes son ustedes?-- pregunté.

--A partir de ahora serán tus guarda-espaldas.-- respondió mi madre.

--¿Guarda-espaldas? Yo no necesito guarda-espaldas.-- dije con un tono agudo de voz.

--Hijo mío, Kaito está recuperando poder y no queremos que nada te ocurra-- mencionó mi madre.

--¡Pero yo no quiero que dos tipos a los que no conozco de nada me estén espiando viendo todo lo que hago hasta cuando duermo! ¡¡Me niego!!-- dije agoviadamente.

--Len, no te espían, te vigilan, TE PROTEJEN,...--

--¡¡No, me niego!!--

--Len, no me esta gustando este comportamiento tuyo-

--¡No me importa!--

--¡¡Len, ya esta bien!!--

--¡¡Me niego!!--

--¡¡YA ESTÁ BIEN!! ¡¡Vete a tu cuarto, ESTÁS CASTIGADO!!-- Gritó mi padre y yo me fuí furioso.

Me tumbé y me tapé con las sábanas. Estaba muy pero que muy enfurecido. A la media hora, escuché los pasos de mi padre venir hacia mi habitación a si que cerré los ojos y me dormí lo más rápido posible.

Narra narrador

El Rey entró a la habitación del muchacho para pedirle disculpas, al entrar se lo encontró dormido; le quitó las sábanas de la cara y le besó la frente, cerró la ventana y se fué tranquilamente.

Narra Kaito

Len había quedado dormido y aproveché para sorprender al pueblo. Lo lleve a mi hermoso castillo y lo amarré a una silla. El muchacho despertó al rato y se sorprendió al ver lo hábil y rápido que yo era.

--¡¡Suéltame, cacho mounstruo!!-- me gritó.

--No puedes saber si soy un mounstruo o no... nunca viste mi rostro-- respondí.

--¡¡Eso no me importa, suéltame!!--

--Quieres que vuelva a ponerte la venda en la boca, como veo...--

--¡¿Qué quieres de mí?!--

--Te quiero a ti... desde que vi ese rostro tan hermoso, esos grandes ojos azules, ese pelo dorado,... me enamoré de ti--

--¿No se suponía que querías matarme...?--

--Antes si, hasta que creciste y pude ver la hermosura en la que te has convertido, Len--

--K-Kaito...-- se sonrojó y asombró.

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