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Otro capítulo más. Saludos a todas\os.



Solo lo ví por un segundo, pero me causó una gran impresión.

Helsing me mintió, lo que tiene allí es un hombre.

El verde intenso de sus ojos me impactó. No recuerdo haber visto antes unos ojos así. Me pareció ver mucho dolor y sufrimiento en ellos... ¿O solo me lo había imaginado?.

Traté de controlar mi respiración, necesitaba tranquilizarme.

Volví a acercarme a la pared para hablarle.

-Adam, ¿puedes escucharme?... ¿porqué te tienen en este lugar?-le pregunté (como si alguna razón lo justificara).

No oí ninguna respuesta de su parte. Esperé un par de minutos, pero no escuché ningún sonido del otro lado.

-¿Adam estás bien?-volví a cuestionarle. Solo el silencio absoluto fue mi respuesta.

Me quedé con la cabeza apoyada en la pared sentada en el piso. Después de unos minutos más me levanté y me senté en la silla.

Traté  de entender, de pensar claramente...pero no era fácil. Mi mente estaba confundida y alterada.

Pense en Adam encerrado allí¿porqué no me había contestado más?¿se estaría escondiendo?¿o la debilidad que oí en su voz terminó por vencerlo?

Otra vez analicé qué hacer. Podría llamar a la policía, pero quizás pensarían que yo soy cómplice de esto. O que estoy loca. Lo primero no es cierto.
También pensé en irme y no volver más, pero seria muy cruel de mi parte dejar librado a Adam a su suerte.

-¿Qué debo hacer?¿qué debo hacer?-me cuestioné muy nerviosa, mientras me masajeaba desde la sien hasta el inicio de mi cabello.

La hora pasó y el tiempo del regreso del señor Helsing se acercaba raudamente. Debía tomar una decisión antes de que él llegue. Si me iba sin más, no podría volver a ayudar a ese pobre hombre, lo más sensato era quedarme, fingir que nada había pasado,y ver que podía hacer mañana.

<<¿Lo más sensato?>>pensé y me reí por un momento.

Media hora después escuché la puerta de entrada abriéndose, y también el caminar lento y pesado del señor Helsing.

-¿Todo tranquilo?-me preguntó con una sonrisa. Se lo veia más cansado de lo normal, algo ido.

"Tan tranquilo como se puede al estar con un secuestrador completamente demente" pensé.

-Si señor Helsing...hoy todo ha estado bien-mentí. Descaradamente.

-Perfecto, ya puedes retirarte. Nos vemos mañana-me despidió casi sin mirarme.

Yo lo saludé, tomé mi mochila y después me marché.

Sentada en el bus no he dejado de pensar en el embrollo en el que me estoy metiendom

Al llegar a mi casa, Richard estaba preparando la cena.

-Espaguetis con albóndigas- me anuncio al verme.

-Humm...huele rico-le respondí, y lo besé en la mejilla.

Parecía estar alegre hoy, y eso me tranquilizo, no había lugar en la maraña de mis emociones para más drama.

Unas dos horas después, mirabamos en el televisor frente a la cama, una película de acción de la década pasada. Me costaba horrores concentrarme en ella, mi mente parecía pegada a ese departamento, a esa voz,  a esos ojos.

Mil planes bastante locos se me ocurrían, pero los iba descartando uno a uno rápidamente, por absurdos y peligrosos. Bueno a todos, menos a uno( seguramente igual de peligroso y absurdo)

Casi como si el tiempo se hubiese adelantado de pronto, me encuentro de nuevo llamando a esa puerta.

-Mary...pasa¿quieres una taza de té?Hoy no tengo tanta prisa-me dice el señor Helsing al recibirme.

"Lo sabe...¡¡¡corre!!!"me dice a u vez mi histérica voz interna. Pero, no me decidí  a escucharla y entré.

-Siéntate, pondré el agua a calentar.

Me quedé sentada mirando a todos lados, casi tiritando de ansiedad

Mi mirada se volvió a fijar en la foto antigua de esa pareja. Y...

-¿Qué diablos?-murmuré  sorprendida.Y me levanté para acercarme a ella.

La observé con detenimiento y no pude creer lo que veía. Mis ojos tenían que estarme mintiendo.

Una mirada increíblemente verde se posaba una vez más en mi, a través de aquella foto vieja.

-¿Adam?-musité en voz baja sin poder evitarlo.

-¿Me decía algo?-habló la voz del señor Helsing muy cerca mío.

-Oh no...yo solo...esta foto me intriga-dije evadiendo su pregunta.

-Si...es la segunda vez que la veo mirándola fijamente-me dice él-Ya le dije, son parientes míos.Si quiere puedo contarle más mientras tomamos el té.

Me senté frente a él y tomé la taza que me extendió. Olía a frutas.

-Los de la foto que tanto la cautivan, son familia mia. Ella es mi bisabuela y él su esposo. Mi madre guardaba de su madre este retrato como si fuera un gran tesoro. Al morir ella me quedo a mi. Tiene una interesante historia sabe, el hombre del retrato Adam Irwin, asesinó a su esposa a sangre fría. Cuando la encontraron estaba bañada en sangre, pero sin una gota de ella en todo su cuerpo. A él nunca lo volvieron a ver ni pudieron apresarlo.

Yo lo miré horrorizada por aquel espeluznante relato.

-Es espantoso...pero ¿cómo sabían que habia sido él?-le pregunté  intrigada.

-Pistas...Mary. Ellas siempre dicen la verdad...aunque las personas mientan-me dice en un tono que me asusta. Realmente lo hace-Bueno, ya debo irme...ya sabes lo que debes hacer-me vuelve a decir, luego se levanta, se pone su abrigo y se va.

Yo me levanté,y bien...tengo sus llaves en mi mano. Las tomé sin que lo notara al saludarlo.

<<Tener tantos padrastros criminales por fin me sirvio para algo>>pensé sonriendo.

La puerta debe abrirse por algún lado, pero no hay ninguna entrada evidente en aquella habitación.

Me dediqué a recorrer las otras habitaciones una por una.

Llegué hasta lo que me pareció el dormitorio del Helsing. Lo revisé detenidamente y detrás de unas enormes cortinas, la hallé.

La puerta que da hacia esa habitación estaba frente a mi,o eso es lo que creí.

Probé cada llave en la cerradura.bNinguna parecia cuadrar.Una,votra y otra más...hasta que al fin.

Click.

La llave giró, abriendo la puerta. Me quede paralizada.

<<<¿Debo abrir?-me pregunté¿Que me espera allí?>>
Solo había una forma de saberlo.

Ya he llegado hasta aquí, así que...

Abrí la puerta lentamente y traté de acostumbrar mis ojos a la oscuridad en ella.

En una esquina lo vi. Su cabeza estaba entre sus piernas, se veía delgado y alto. Su cabello negro hasta los hombros estaba despeinado.

Vi sus muñecas, estaban encadenadas y horriblemente laceradas. Sus pies también.

Tragué saliva y decidí hablarle.

-Adam-le dije con voz temblorosa.

Él levantó su cabeza despacio,y posó sus ojos de jade en mi.

Y....¿qué puedo decir?, el tiempo dejó de existir.

Sálvame Adam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora