Capítulo 1: "Mírame"

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"Venga, Draco, ve a la fiesta. ¡Qué puedes perder!", le había dicho Blaise. "Necesitas dejar de pensar en toda esta mierda de la guerra. Ya ha pasado". 

Tras una hora pensando en si hacerle caso o no, Draco se presentó en las tres escobas. Todo estaba muy cambiado. Habían puesto la música muy alta y las luces se movían de un lado para otro. Todos bailaban y se reían. Y bebían. 

El rubio fue a pedir una cerveza de mantequilla, y en la barra, estaba ella. Esa chica que tantas veces había ocupado su pensamiento, que tantas veces había tenido que insultar para protegerla. Ella tenía la vista clavada en su vaso vacío, y al contrario que todos los demás, no reía, ni bailaba. 

-Una cerveza de mantequilla- pidió el chico a Rosmerta. 

Al oír esa voz, Hermione se sobresaltó.

-Que sean dos- añadió. 

Draco miró a Hermione embelesado. Todo había acabado al fin. La guerra había terminado, Lord Voldemort había sido derrotado, su familia estaba a salvo. Sin embargo, él seguía teniendo miedo. Miedo a que Hermione no llegara a entender sus razones, miedo a que ella jamás le perdonara, miedo a no poder olvidarla nunca y a la vez, miedo a no recordarla algún día... 

-Hermione, quería decirte algo...- empezó el chico rascándose la nuca sin encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que sentía. 

-Malfoy, ahórratelo- le interrumpió la chica en un tono cortante. Su expresión se endureció.- Si lo que quieres es echarme en cara que soy una sangre sucia, que no merezco haber sobrevivido, que tu tienes sangre pura, que tú y tu familia sois perfectos. Si lo que quieres es recordarme los ideales de los mortífagos, no hace falta- ella se subió la manga de la camiseta y le mostró la marca que llevaba escrita. "Sangre sucia".- Ya se encargó de que no lo olvidara tu tía. 

-Hermione, no lo entiendes, no es...- quiso explicarse el chico, pero de nuevo, alguien le interrumpió. Esta vez fue Rosmerta, quien llevaba las dos jarras de cerveza de mantequilla. 

-Gracias, Rosemerta- dijo la castaña. 

-Hermione, por favor. Sólo quiero que me escuches. 

-Pues te escucho. ¡Qué quieres!- le gritó cruzándose de brazos.

A su alrededor, nadie los escuchaba. Todos bailaban al ritmo de la música. Malfoy tragó saliva y buscó las palabras apropiadas. Finalmente, habló en el tono más suave que pudo:

-Hermione, jamás quise hacerte daño.

Ella arqueó las cejas escéptica, pero le dejó continuar.

-Bueno, tal vez, en segundo año no tenía las ideas claras. A mí me educaron con ese pensamiento. Pero fueron pasando los años y... Simplemente, tenía que mantener la máscara del perfecto sangre pura que todos esperaban de mí. Del Slytherin sin corazón que apoyaba fielmente a... Quien-tu-ya-sabes.

La expresión de la chica se suavizó un poco, aunque seguía manteniendo su posición con los brazos cruzados. 

-Lo último que quería era tener que hacerte más daño del que ya te había hecho. Y tuve que seguirle para que no hiciera daño a mi familia. Si yo me negaba, él tacharía a mi familia de traidora, y no podía permitir eso. Y si se enteraba de que...bueno... de que...- el chico calló por unos momentos, pero prosiguió- de que te amaba, él te mataría.

Hermione olvidó aparentar enojo y se llevó las manos a la boca y abrió muchísimo los ojos. 

-Sé que tú no sientes lo mismo por este despreciable Slytherin, pero yo no puedo seguir soportando fingir que te odio. Fingir que no me importa lo que te pase, fingir que disfruto con tu dolor, fingir que no me dolió ver cómo te torturaba mi tía, fingir que te vería mejor muerta, fingir que...

-Malfoy, para- le interrumpió Hermione, más dulce que nunca.- Yo no... yo no siento lo mismo por ti...

La castaña intentaba esquivar la mirada del chico. 

-Mírame a los ojos y dime que no me amas- pidió el chico.- Si lo haces, te prometo que te dejaré en paz.

La chica dirigió su mirada al chico. Marrón y gris se chocaron provocando una tensión en todo la sala que al parecer sólo sentían ellos dos. El chico se estaba preparando mentalmente para las duras palabra que le dirigiría la chica. "No te amo", "Mi corazón es de Ron", "Jamás sentiré nada por ti"; por lo que se llevó una sorpresa cuando la chica actuó. Le tomó del brazo y le arrastró hacia un lado de la posada y le besó. Ocurrió de repente. Tras unos primeros instantes de confusión, el chico reaccionó besándola más apasionadamente. Ella le revolvía el cabello y él la atraía cada vez más a él abrazándola por la cintura. 

Sin saber cómo, acabaron apareciéndose en la habitación del chico en la Mansión Malfoy. Los besos se sucedían cada vez con más pasión. Cada vez costaba más diferenciar el final de uno de los besos y el comienzo del otro. En las pocas pausas que se daban, el chico podía ver una sonrisa en los labios de ella. Los "Te amo" que se susurraban contra los labios se hacían más y más frecuentes. Sin darse cuenta, estaban tumbados en la cama del chico conectando y desencajando sus cuerpos. Esa noche hubo besos. Abrazos. Caricias. Sentimientos. 


Corrompiendo a la leona (Dramione) ✓Where stories live. Discover now