Acepto (COMPLETA) ©

Capitulo 6 (Epílogo)

Siete años después de la boda...

Mía.

Me dirigí a la última clase, ser profesora de una de las mejores Universidades de París no era mi sueño, pero era agradable.

Las cosas no estaban yendo mal, tenía mi propio apartamento, un buen trabajo, amigos, tranquilidad. Era menos de lo que había soñado pero más de lo que creí tener luego de aquel día.

Al terminar la última clase, me encamine a la cafetería cerca de la Universidad, había quedado con una de mis amigas allí y no quería hacerla esperar, hacía mucho tiempo que no la veía.

Las hojas secas en el piso lucían hermosas, el otoño aquí era hermoso, además de ser mi estación favorita. Suspiré al recordar que hace tan solo unos años atrás, este lugar estaba destinado a ser mi luna de miel. Los recuerdos me golpean con dolor... es como si no pudiera superarlo jamás, como si ese momento fuera a seguirme de por vida. Recuerdo cada llamada de Jack luego de dejarlo, recuerdo como sufrió y como, aun así, lo dejé, dejando la mitad de mi vida con él.

Luego de unos quince minutos en el café y al ver que mi amiga no aparecía, decidí llamar a unos de los meseros.

-Buenos días ¿En que puedo ayudarla?

-Podría traerme un café bien cargado por favor... y mucha azúcar.

El hombre asintió y tras preguntar si deseaba algo mas... se retiró.

En tanto esperaba, me puse a revisar los éxamenes de mis alumnos, tenía unos chicos bastantes bueno. Eso me agradaba, me costaba mucho tener que poner malas notas o...

-¿Mía?

Fue un susurro tan bajo que creí que se trataba de un sueño, la piel de mi cuello se erizo y no pude evitar ponerme a temblar.

No quería voltear mi cabeza y enfrentarme a lo que estaba detrás de mi... a quién estaba detrás de mi.

-¿Mía?

Inhale profundamente y gire mi rostro.

Quede muda al verlo... allí, de pie. Estaba con su cabello rubio y sus ojos claros, llevaba ropa de deporte y al asegurarse que era yo, sonrió.

-Dios... -susurre.

-No pensé encontrarte jamás aquí -comentó.

-Ni yo.

Era increíble que lo encontrará en un país tan grande, a kilómetros de donde, se suponía, él estaba. Luego de que había decidido alejarme e intentar olvidar todo lo que lo amaba... todos estos años de esfuerzo acababan de derrumbarse uno por uno al tenerlo frente a mi.

-Te ves bien... muy bien -aseguro sonriendo.

-¿Que haces aquí? -pregunte sin poder evitarlo.

Suspiro agotado... conocía ese gesto. Estaba nervioso.

-Vine de vacaciones. Yo...

-Amor.

Una chica rubia se acerco a nosotros y tomo el brazo de Jack en tanto me observaba sonriente.

Ya no solo se acababan de derrumbar todos los años de esfuerzo, sino que acababan de convertirse en cenizas.

-Lorie, ella es Mía... una amiga. Mía... ella es Lorie, mi novia.

-Y futura esposa -agrego ella con una sonrisa en el rostro en tanto me extendía su mano.

Se que a pesar de intentarlo, no logre sonreír, no logré ser amable y no logré disimular lo que sentía.

Me fui de allí cuanto antes, crucé la calle a toda velocidad y limpie las lágrimas que estaban comenzando a salir... pero mi nombre saliendo de la boca de Jack a mi espalda, me detuvo.

Giré sobre mis talones y lo vi llegar frente a mi.

-Sabía que ibas a llorar -aseguro y limpio una de mis lágrimas.

-¿Que... que haces? -pregunte alejándome.

-Yo no te olvido, y por lo que veo tú tampoco. Me caso en tres meses aquí... tienes hasta ese entonces para buscarme y arriesgarte a estar conmigo. Te amo... pero no es justo que siga esperando por ti si sigues siendo cobarde.

Beso mi mejilla y me entrego una tarjeta... volteó y entró nuevamente al café.

Tres meses, una decisión, el amor de mi vida... y el miedo.

Me dirigí a un recipiente de basura y arrugue la tarjeta entre mis manos dispuesta a deshacerme de ella... pero no lo hice.

Tenía tres meses... y a pesar de saber cual era la decisión correcta, seguía dudando.