El verde musgo es un color horrible

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El verde musgo es un color horrible. Me resulta imposible pensar en un color más horrible que el verde musgo. Y eso que el mundo está lleno de colores de lo más ridículos. Como por ejemplo, el morado. Odio el morado. Una vez dejé de ser amigo de un tipo porque siempre se vestía de morado. Al final me arrepentí, porque era un tipo de lo más simpático. Quizá aun sería su amigo si hubiera accedido a vestirse de morado sólo de vez en cuando, una vez por semana o algo así, en lugar de todos los malditos días. Pero cada vez que se lo pedía, él sólo se reía, aunque yo estaba hablando totalmente en serio, y al otro día se aparecía en la escuela vestido como una uva. Y bueno. Yo no tengo la culpa de que él intentara asesinarme los ojos. También odio bastante el celeste. No es que sea feo, ni nada de eso, es sólo que no creo que debería considerarse un color. Es igual al azul, pero más maricón. Más débil, sin tanta fuerza. Es como un azul que quedó a medio hacer, que no llegó a convertirse en azul del todo. Bueno,si no lo consiguió, no puede ser un color. Que soporte la humillación del fracaso. No podemos crearle toda una definición y un nombre, pretendiendo que es un color cuando no llego a serlo, sólo para no herir sus sentimientos. Una vez,cuando tenía unos catorce años, fui miembro de un club acerca de que el celeste no era, en realidad, un color. Se llamaba "el celeste no es un color". Si, bueno, no nos matamos pensando en el nombre, como ya imaginarán. Podría decirles que era un buen club, pero lo cierto es que no era bueno. Y, si quieren que les diga la verdad, tampoco estoy tan seguro de que fuera un club. Lo único que hacíamos era escribir "el celeste no es un color" en todas las paredes del instituto, y uno de nosotros, generalmente Tom, siempre hacía dibujos de lo más graciosos para acompañar el lema. No tenían mucho que ver con el asunto, porque por lo general eran de genitales, pero aún así eran de lo más graciosos. Como sea, una vez la profesora se enteró y nos amenazó con expulsarnos, lo cual fue el fin del club. Como supondrán, había sido culpa mía que nos atraparan, porque no me di cuenta de que la maldita lata de pintura estaba abierta. Por eso, cuando caminé con ella en la mano hasta el salón de clase luego de uno de nuestros vandalismos, deje un rastro que los guió directo a mí. Intenté decirle al resto de los integrantes del club que no fue sólo culpa mía, sino también del cretino que dejó la pintura abierta, (aunque probablemente ese también había sido yo, pero ignorémoslo) Aún así los otros me dijeron que hiciera pasar como que el incidente había sido sólo mi idea, porque supuestamente, a mí no me iban a expulsar, ya que mi madre era amiga de la directora, lo cuál era verdad. Aún así, no quise salvarles los traseros, porque mi lema de vida es: "si yo caigo, todos caen conmigo", así que en menos de cinco minutos ya había delatado a todos los demás participantes de tan horrendo crimen. Nos pegaron tremendo reto, y varias amenazas, porque los imbéciles de los directivos escolares hacía meses que estaban buscando a los culpables de los graffittis obscenos. No nos expulsaron, pero aún así,ellos se enojaron conmigo porque los delaté y se fueron del club. Quise continuar por mi cuenta, pero no tenía el talento artístico que se requiere para dibujar genitales, y pronto descubrí que, sin los dibujos obscenos, el club era un aburrimiento total.

Pero me he desviado de mi interesante y asombroso tema, que es que el verde musgo es el peor de los colores. No sé bien según qué criterio, pero es el peor. Quizá algún día escriba un libro sobre eso, pero en realidad, no podría. Porque no tengo ninguna razón válida para odiar al verde musgo. Sólo lo odio y ya. Aunque en realidad, no se necesitan de demasiadas razones para odiarlo. Es un color desagradable. A nadie le gusta, a no ser que sean ciegos o mi psicólogo, el doctor Smith. El doctor Smith no es ciego, pero su sala de espera está siempre pintada de verde musgo para que los pacientes que estamos esperando, al estar rodeados de tan asqueroso ambiente, nos pongamos bien desesperados y furiosos y, para que, cuando entremos, ya estemos tan irritados que saquemos nuestra locura afuera en la primera oportunidad y él la pueda analizar con más facilidad. Es bien ingenioso si uno lo piensa bien. Y de lo más sádico si uno lo piensa mejor. Pero si uno lo piensa sólo bien, es ingenioso. El doctor Smith de verdad se pule con su técnica de la máxima incomodidad. Hasta hay sillas duras como piedras, revistas hipócritas y cuadros ridículos, por lo cual es una sala de porquería bien completa. Justo encima de mi cabeza, hay una imagen de un oso panda y un oso Koala abrazándose con una inscripción debajo que dice: "Si estos dos enemigos por naturaleza pueden amarse, tú también puedes amar a tu prójimo". Bueno, eso es erróneo por treinta y seis razones, y la razón treinta y seis es que estoy bastante seguro de que los pandas y los Koala no son, ni jamás han sido, enemigos por naturaleza. Además, dudo mucho que se amen. Y tampoco voy a amar a mi prójimo porque dos osos ridículos se abracen, mi prójimo es un idiota y lo odio, y me importa un cuerno lo que los ositos opinen al respecto. Y es gracioso, porque al levantar la cabeza, uno de ellos hasta parece ofendido conmigo por haberlo insultado. Me disculparía con él, pero no quiero quedar como un demente frente a estas personas. Recién el chico de cabello azul que está al lado mío se puso a hablar con el aire y muchos lo miraron mal. Aquí todos son de lo más juzgadores. Al lado del poster de los ositos, alguien escribió una grosería con marcador indeleble, pero no me puedo quejar, porque ese alguien fui yo.

No me dejes ir...  //  #NewStarsAwardsWhere stories live. Discover now