Capítulo 2. POV Carlos

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Definitivamente, este iba a ser nuestro primer día en Áuradon tras un intento fallido de robar la varita de Hada Madrina.

Tenía algo de recelo de venir aquí, por eso de no conocer nada y por el tema de que aquí estaban permitidos los perros; pero tampoco lo veía como una idea tan terrible como hacía creer Mal.

De momento, la estancia aquí no se veía tan mal. Aquí al menos tenía una cama en condiciones, además de la cantidad de dulces deliciosos y los increíbles videojuegos que ya había probado. Lo único malo era que había pasado de ser un cerebrito en la Isla a no acertar ninguna pregunta en clase.

Las cosas que nos enseñaban eran absurdas, todas relacionadas con hacer el bien y ayudar a los demás. Aunque quizás podría acostumbrarme a esta vida.

Tras la clases, fuimos Evie, Mal, Jay y yo a nuestras taquillas y a despejarnos un poco, pero el moreno no nos ponía fácil el tema de avanzar ya que continuamente se detenía para hablarle a alguna chica.

La última que había elegido al parecrer, Alice, la hija de Cenicienta.

-Alguna vez he visto por la Isla a las hermanastras de tu madre. - comenté. - Están completamente locas.

La rubia me miró y rió dulcemente; sinceramente tenía que admitir que tenía una risa bonita, aunque me quité esa idea rápido de la cabeza.

Mal terminó de despedirse de ella tras invitarla a comer con nosotros.

-¿Has visto cómo te miraba? - me preguntó Evie una vez que nos habíamos alejado.

Yo la miré arrugando el entrecejo, sin comprender a qué se refería.

-Esa chica no podía dejar de mirarte, Carlos. - añadió la peliazul desconcertándome.

-¿A mí? - cuestioné. - No creo que lo estuviera haciendo.

-Tiene razón. - alegó Jay. - Seguramente me estaría mirando a mí.

Cómo no, Jay siempre tan egocéntrico.
-No, Evie está en lo cierto. - aseguró Mal. - Te miraba a ti, Carlos, y eso nos va a venir muy bien.

-¿Para qué? - pregunté. ¿Era el único que se había perdido en esta conversación?

-Ya habéis oído que Hada Madrina es como su madre. - explicó Mal con una sonrisa torcida. - Si la utilizamos lo suficientemente bien, nos podrá ser muy útil para conseguir la Varita Mágica.

-¿Y qué tendría que hacer yo?

-Todo a su tiempo, Carlos.

Ese último comentario de Mal consiguió ponerme los pelos de punta. Además, la sonrisa que puso a continuación no podía significar nada bueno.

OoOoOoOoOoO

Supuestamente ahora salíamos de nuestra última clase antes de la comida; sin embargo, el hambre se me había esfumado tras escuchar el plan del que había hablado antes Mal.

-No, me niego. - dije rotundamente tras que hablara la pelimorada.

-Tienes que hacerlo. - contestó segura. - A no ser que quieras decepcionar a tu madre de nuevo.

Y ahí estaba otra vez. Esa chica sabía cómo causar verdadero daño.

-¿Por qué soy yo el único que tiene que hacer esto? - cuestioné como último recurso.

-Somos un equipo. - añadió. - Todos colaboraremos.

En ese momento odié a Mal con toda mi alma, pero con el paso de los minutos comenzaba a convencerme yo mismo de que era necesario que hiciera eso para conseguir la varita.

Fuimos rápidamente a la cafetería a por la comida y después nos sentamos fuera, en una mesa más alejada del resto de las mesas.

Cuando vi caminar directa hacia nosotros a Alice, supe que el plan que habíamos acordado acababa de comenzar.

-Jay. - lo llamó Mal entre dientes sin perder su sonrisa extrañamente amigable.

El chico supo enseguida lo que eso significaba y se levantó de mi lado para sentarse en el contrario, al lado de Evie y de la pelimorada.

Sin poder evitarlo, fulminé a Mal con mi mirada, consiguiendo que la peliazul riera levemente al verme.

-Alice. - dijo demasiado simpática Mal. - Siéntate, bonita.

-Hola chicos. - saludó la rubia sentándose a mi lado, ya que era el único sitio libre que quedaba ahora que el moreno se había cambiado de asiento.

Pasaron el resto de la comida hablando de temas triviales. Y digo pasaron porque yo no abrí la boca en toda la comida. Escuché a Evie hablar de temas de moda y maquillaje; y Mal solía unirse a las conversaciones simplemente para preguntar a la rubia acerca de Áuradon y sus habitantes.

Jay solamente había comentado que Hada Madrina nos había invitado a probar a jugar con el equipo de la Academia para descargar la ira ya que tanto él como yo nos la pasábamos discutiendo por cualquier tontería. No es que fueran peleas serias, simplemente eran pequeños conflictos para picarnos el uno al otro, igual que siempre.

Cuando los cinco terminamos de comer, la astuta vista de Mal se volvió a depositar sobre mí. Negué rápidamente con la cabeza, pero la mirada de la pelimorada se intensificó No, en ningún caso el hijo de Cruella de Vil sería capaz de ganar un combate de miradas a la hija de Maléfica.

Finalmente me levanté nerviosamente de la mesa tras golpear mi propia rodilla contra la madera de esta. No era bueno bajo presión, y menos con la mirada de todos puesta en mí.

-A-Alice. - tartamudeé. - ¿Q-Quieres venir a dar un paseo?

La chica se giró exaltada hacia mí, como si no pudiese creérselo, y luego miró de nuevo a los otros tres chicos, los cuales también estaban sonriendo.
-Será mejor que os dejemos solos. - comentó Mal levantándose al igual que Evie y Jay. - Nos vemos en el entrenamiento de esta tarde.

Y los tres se alejaron dejándome a mí solo con una chica que no conocía de nada y una misión que debía seguir. ¿Cómo iba a lograrlo si era una persona nefasta para las relaciones sociales?

Genial, mi primer día en Áuradon ya se estaba convirtiendo en el peor. Si tengo que hacer esto el resto de días, prefiero volver a la Isla, y no hablo en broma.

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Holaa! Creo que ya era hora de actualizar y subir nuevo capítulo.
Gracias a todos los que habéis votado y comentado en las partes anteriores :)
Podéis votar si os ha gustado el segundo capítulo y cualquier comentario será bien recibido.
Besoos!
-ShyAndDreamy-

Deseos de princesa | Carlos de VilWhere stories live. Discover now