दो

457 60 6
                                    

0002.

Aquella noche, en aquel autocinema, estábamos en la parte trasera de mi camioneta vieja y desgastada.

Sabía que a él no le gustaba, pero tampoco tenía la suficiente confianza como para decirme "Oye, realmente odio éste vehículo". Sólo se quedaba callado y aceptaba ir conmigo a donde fuera.

—Esto es una cita—dijo para sí mismo mientras se llevaba un puñado de palomitas a la boca—. ¿Feliz?

—No lo sé. ¿Tú lo estás?

—Si te hace feliz, creo que también a mí.

Siempre decía creo.

Creo que ésta película es un asco.

Creo que me enferma tu manera de ser.

Creo que esto es pasajero.

Creo que deberíamos irnos ya.

— ¿Crees?

—Sí—sonrió de lado y dejó aparte las palomitas—. ¿Eres feliz?

Quería decirle que sí. Que lo era.

Pero la verdad era otra: me sentía más que miserable a su lado, y era aún peor cuando estábamos separados.

—Sí. Lo soy.

—Genial—respondió. Miró su reloj de muñeca e hizo una mueca—. Ya es algo tarde.

—Te llevaré a tu casa.'

—Me refiero a... ir a la tuya.

No era momento para decirle que vivía en un motel gracias a mi salario miserable en aquel empleo tan... miserable también.

Él tampoco vivía como un rey, pero al menos tenía un lugar dónde caerse muerto, a diferencia de mí.

Portada hecha por @epicniall

what harry never knew; larryOù les histoires vivent. Découvrez maintenant