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Algo quizás, se interpone. Una barrera tan fina que impedía que la paz abracé su espíritu. La ira reposaba sobre sus lúgubres pupilas dilatadas, aquellos iris de colores paraíso se tornaban tan oscuro como sus pensamientos suicidas. Amaba tanto cada parte de aquel ser de bella sonrisa la ama tanto, tanto que daría su vida y las que le sigan por qué es su mundo, su todo, su razón de ser. Y como no enamorarse de esas perfectas curvas que adornan su rostro, no era la más atractiva, pero si alguien fuera capaz ver más allá de la belleza física... llegarían a estar tan embobado como él.

Y el peor caos en ese momento de gloria cuando sentía estar a milésimas de tocar el cielo, ambas miradas toparon en un ambiente que se tornó tóxico e inaguantable. Sentía esa fría mirada como le atravesaba el corazón como una daga fina, él, deseaba tanto llegar a tal fuerza descomunal de la cual él había sido bendecido. Si tan sólo hubiera tenido tanta suerte como su capitán. Ya lo habría matado.

Esa dulce mirada de la cual desvive. Por qué a pesar de todo el odio que sentía en ese momento la seguía amando en ese sufrido silencio; agitó su mano al aire recibiendo el mismo gesto con una cálida sonrisa apreto con fuerzas el collar de plata con un grabado especial el cual se lo entregaría después. Los vio alejarse con sus manos juntas y entonces compendio que tal vez ese era el último cartucho que su corazón guardaba.  

O sólo tal vez... no se dé por vencido.




















He intentado ganar tu corazón...

Losing You [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora