De compras

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Durante las siguientes dos semanas, las cosas progresaron según lo planeado. Para el público, el fandom y Youtube, su relación era una historia floreciente de amor en proporciones épicas. Incluso la señorita Chest estaba empezando a pensar que algo real estaba pasando entre ellos.

—¿Van a ir a comprar ropa para el evento de Navidad? — preguntó, mirándolo por encima del borde de sus gafas.

Willy presionó la flecha hacia arriba en la cinta, con la esperanza de ahogar la voz de la señorita Chest y su propia voz interna molesta-como-el infierno. Habían hecho lo que hacía falta: tres citas a la semana y el pasar la noche los fines de semana, pero desde la noche en el sofá, las cosas habían sido tensas. No es que ellos no se llevaran bien, porque lo hacían.

Se llevaban bien ―famosamente, como lo había puesto la señorita Chest.

Ayer, habia llevado a Samuel a una exposición de juegos; era terriblemnte bueno disparando, tanto que hacia sentir a Willy un poco decepcionado de todos los años que habia jugado Call of Duty.

Después, habían almorzado con un amigo suyo en Hooters por el camino.

A su amigo le gustaba Samuel, más de lo que Willy apreciaba, lo cual era estúpido, porque Dios sabía que no querían complicar las cosas.

Las cosas ya estaban jodidamente complicadas.

Sin mencionar que estaba masturbándose como si estuviera en la maldita escuela secundaria de nuevo. 22 años, un gamer profesional, Youtuber famoso, soltero codiciado, más rico que el pecado, y estaba masturbándose cada día en vez de bajarse en un hombre. Eso es a lo que su vida había llegado.

Pero lo más jodido era que todavía podía conseguir un pedazo si quería. Infierno, sabía cómo ser discreto cuando lo deseaba, pero no lo hizo. No quería a nadie, excepto al caliente moreno.

Samuel consumía sus pensamientos cuando estaba con él, o lejos.

Por dos semanas, había estado en un estado constante de excitación que solamente había sido despertado por lo que había pasado entre ellos.

—¡Willy! —espetó la señorita Chest. Se inclinó sobre el brazo de la cinta y golpeó el botón de parada de emergencia.

En el último minuto, se sostuvo a sí mismo antes de comerse la cinta. —¡Jesús!

—No del todo. —Ella dobló los brazos—. ¿Has estado escuchando?

—Sí. —Agarró la toalla del frente y bajó de la máquina de correr, limpiando su sudor—. Lo voy a llevar más tarde hoy, antes de cenar, a uno de esos malditos lugares que escogiste, y que me va a costar el salario de un mes.

La señorita Chest asintió con aprobación. —A Samuel le gustará el lugar.

—¿Cómo sabes que le gustará? —Se arrancó la camisa y la tiró al cesto de la ropa. La señorita Chest no estaba tan afectada por ninguna desnudez parcial, después de todo.

Ella lo siguió hasta la cocina. —Me gusta, lo sabes.

Agarrando una botella de agua, levantó una ceja.

—A tus amigos parece gustarle Samuel también. A ti parece gustarte él.

Willy bajó la mitad de la botella. —¿Qué quieres decir?

La señorita Chest se encogió de hombros. —Todo lo que estoy diciendo es que ustedes dos son realmente convincentes.

Lo que sea. Dijo eso en voz alta, también.

Para Siempre - Fanfic WigettaWhere stories live. Discover now