"Instintos sexuales" | En edición |

"Que bueno que lo notas.." #6

La mirada tan intensa de Íngrid hacía Logan y a mi me inquietaba, así que tomé a Logan con más fuerza, ya que al parecer no solo se quiere quedar con James.

Continuamos con la comida, después de charlas, terminamos y nos pasamos directamente a la sala.

—Es bueno conocerte un poco, porque, por lo que veo sabes todo sobre mi.
Íngrid: Sí, por cierta parte también me alegro.
Kendall: ¿Y si vemos alguna película? Al fin y al cabo Miranda ya terminó la tarea. -dijo repentinamente.-
—Claro, será un placer no separarme de ustedes nunca. -dije en voz alta, así Íngrid se enfadaría más.-
Logan: Yo iré por las películas. -se ofreció.-
Íngrid: ¡Yo voy contigo! -exclamó-

Se supone que yo tendría que ir con Logan, pero la muy estúpida se entrometió. Logan me miró para ver si yo aceptaba esa idea y moví mi cabeza para asentir.

Carlos: Kendall y yo iremos por las botanas. -abrazó a Kendall muy tiernamente.- 
—Bien, James y yo preparamos todo aquí.
Logan: Entonces nos veremos aquí. -me dio un pequeño beso antes de irse.-

Solo estábamos James y yo. Creo que no podría ser mejor, era la mejor oportunidad para hablar.
Me hice la inocente, no dije nada cuando todos se fueron, sólo me acerqué a la pantalla para distraer, hasta que me jaló del brazo.

James: ¿Qué estás haciendo?
—Prendiendo la televisión ¿algún problema?
James: Eso no, ¿por qué actúas tan... fría con Íngrid?
—Porque quiero. -me solté de su mano.-
James: A ella no la tratas así, al menos se educada con ella.

“Ah, la estás defendiéndola.”

—¡Y como voy a ser educada con ella! si no te deja ni un instante.

James me volvió a tomar de los brazos y me jaló hacía las escaleras, me obligó a subir, hasta entrar a la que antes era mi habitación.

—¿Qué haces?
James: Creo que es absurdo lo que estoy pensando ahora mismo...
—¿Qué? ¿qué es lo que esta pasando por tu cabeza ahora?
James: Estás celosa. -susurró-
—¡Sí! ¡si lo estoy! ¡estoy celosa! -grité.- Tu y los demás son mios, nadie tiene el derecho de acercarse a ustedes porque yo soy la que les dio noches de placer inolvidables. Ni Íngrid ni nadie más puede acercarse a ti. ¡¿entiendes?! -estalle de ira.-

James no dijo nada más, solo sonrió y me miró, puso su mano en mentón para que pudiera alzar mi cara.
Poco a poco James se iba acercando a mi, hasta que me dio un beso inesperadamente.